Evaristo, Santo
V Papa y Mártir, 27 de octubre
Quinto Papa de la Iglesia y Mártir
Martirologio Romano: En Roma, san Evaristo, papa, que fue el cuarto sucesor de san Pedro y rigió la Iglesia romana en tiempo del emperador Trajano.
Breve Biogrtafía
Nació por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos.
No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la predicación y humilde en el servicio.
Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por Papa a Evaristo.
Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió cartas a los fieles de Africa y de Egipto.
Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.
La iglesia del tiempo cada día crece en número, pero está perseguida por las leyes; es silenciosa y fuerte en la fe, oculta y limpia en las obras; vive dentro del Imperio en estado latente, desplegando poco a poco su potencialidad al soplo del Espíritu.
Es mi puerta
Santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30. Miércoles XXX del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme poder experimentar tu amor, tu cercanía, tu acompañamiento.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: «Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?».
Jesús le respondió: «Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Pero él les responderá: «No sé quién son ustedes». Entonces le dirán con insistencia: «Hemos comido y bebido contigo y tú nos has enseñado en nuestras plazas».
Pero él replicará: «Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal». Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios.
Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros, y los que ahora son los primeros serán los últimos».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy Jesús nos propone en el Evangelio entrar por la puerta estrecha y, muy seguramente, nosotros nunca lo hemos hecho. En la actualidad las puertas son amplias para todos nosotros, pero de seguro hemos pasado por un lugar estrecho y no es nada cómodo. Sin embargo es por allí donde Cristo nos pide pasar.
La puerta estrecha es diferente si somos gordos o flacos, es decir, nosotros somos quienes hacemos la puerta estrecha. Cada uno de nosotros tiene la propia puerta estrecha por la cual pasar, y cada uno debe buscarla y cruzarla.
Pasar por nuestra puerta estrecha implicará abandonar la comodidad de cruzar por un lugar amplio; abnegarme; no pensar en mi bienestar y comodidad sino en la santidad a la que Cristo me está invitando, porque es Él que me invita a pasar. Mi puerta estrecha tiene como nombre abnegación, porque me ayuda a no pensar en mí sino en Cristo y en los demás.
La puerta de la salvación es Cristo mismo y cada uno tiene una puerta diferente, no porque haya diferentes Cristos, sino porque cada uno tiene un llamado diferente a seguir a Cristo; y este llamado implica una puerta estrecha porque todo acto de amor implica sacrificio, abnegación y me lleva a pensar en los demás y no en mí. La puerta estrecha es Jesús pidiendo que le ames de una forma específica, ¿la buscarás? Y luego de encontrarla, ¿pasarás por ella?
«Este es el corazón de nuestro Dios: nos espera siempre. Y cuando alguno dice: “He encontrado a Dios”, se equivoca. Él, al final, te ha encontrado y te ha llevado consigo. Es Él quien da el primer paso. Él no se cansa de salir, salir… Él respeta la libertad de cada hombre pero está allí, esperando que nosotros le abramos un poquito la puerta. Y esto es lo grande del Señor: es humilde. Nuestro Dios es humilde. Se humilla esperándonos. Está siempre allí, esperando. Todos nosotros somos pecadores y todos necesitamos el encuentro con el Señor: un encuentro que nos dé fuerza para andar adelante, ser mejores, simplemente».
(Homilía de S.S. Francisco, 24 de septiembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscar como quiere Dios que le ame hoy y pasaré por esa puerta estrecha.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Las enseñanzas de Jesús
La puerta angosta
La lucha para entrar por la puerta angosta, la única que conduce al cielo.
«Y recorría ciudades y aldeas enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Y uno le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan?». La pregunta parece fácil, pero no lo es, pues si dice que Dios es tan bueno que todos se salvan ¿para qué molestarse en vivir una vida exigente de amor y evitar el pecado? si, en cambio, son poquísimos y nadie prácticamente se salva, ¡vivamos aprovechando los placeres del momento, olvidados del futuro! Jesús va al centro del problema y les contestó: «Esforzaos para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán».
La salvación es un don y una tarea. Sin la gracia de Dios nadie puede salvarse, pero sin el ejercicio de la propia libertad para el bien, tampoco. Aquí reside el drama de la existencia humana; saber vivir de acuerdo con una libertad amante y rechazar la libertad esclava del pecado. Esta es, en resumen, la lucha para entrar por la puerta angosta, la única que conduce al cielo- «Una vez que el dueño de la casa haya entrado y cerrado la puerta, os quedaréis fuera y empezaréis a golpear la puerta, diciendo: Señor, ábrenos. Y os responderá: No sé de dónde sois. Entonces empezaréis a decir: Hemos comido y hemos bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas. Y os dirá: No sé de dónde sois; apartaos de mí todos los que obráis la iniquidad. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham y a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras que vosotros sois arrojados fuera. Y vendrán de Oriente y de Occidente y del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Pues hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos»(Lc)
La velada alusión a los fariseos y a los escribas queda reforzada por la apertura del reino a todos los hombres de todos lo pueblos. El amor a la patria de los padres, y la conciencia de ser un pueblo elegido por Dios, no puede llevar a la exclusión de otros pueblos del Dios, creador y redentor de todos los hombres, sea cual sea su raza y condición.
Estar siempre donde están los pobres y vulnerables
Caritas Internationalis (CI) celebrará el 70º aniversario de su fundación.
Atender las necesidades humanitarias que surgieron al final de la Segunda Guerra Mundial y prestar asistencia a las víctimas del conflicto. Cuando Pío XII la creó, el 12 de diciembre de 1951, estos eran los principales objetivos de Caritas Internationalis. Una confederación de organizaciones nacionales de Caritas que ha pasado de las 13 iniciales a las 162 actuales. Además, a lo largo de estos 70 años, CI ha ampliado cada vez más su radio de acción y multiplicado sus sectores de intervención. En el centro, hoy como al principio, está el testimonio concreto de la caridad para que las personas -sobre todo las más vulnerables- puedan experimentar el amor misericordioso de Dios. Caritas Internationalis ha anunciado hoy el programa de eventos e iniciativas que marcarán este 70º aniversario de su nacimiento. Fue una oportunidad para hablar con su secretario general, Aloysius John, sobre los retos a los que se enfrentará Caritas en el futuro, empezando por la crisis humanitaria mundial provocada por la pandemia.
Pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, nació Caritas Internationalis. Setenta años después de su fundación, ¿cuáles son los valores que sostienen su Confederación hoy como lo hicieron entonces?
Caritas Internationalis nació como «la mano solidaria y amorosa» de la Iglesia para servir y promover a la persona humana y, en particular, a los pobres, los marginados y los más vulnerables de la sociedad. Durante estos 70 años, nuestra Confederación se ha guiado por valores fundacionales como la protección de la dignidad humana, los derechos fundamentales y la justicia social. Estos valores siempre han sido la base de nuestro trabajo, que ha evolucionado a lo largo de los años, siguiendo los signos de los tiempos y buscando un desarrollo constante para servir mejor al prójimo necesitado. En el corazón de nuestra misión está, y siempre estará, el encuentro con los pobres, como también nos recordó el papa Francisco en 2019, durante nuestra última Asamblea General. «No se puede vivir la caridad sin tener relaciones interpersonales con los pobres», nos dijo, «porque viviendo con los pobres aprendemos a practicar la caridad con espíritu de pobreza, aprendemos que la caridad es compartir»10:32
En estos 70 años, Caritas Internationalis ha estado presente en todas las grandes emergencias humanitarias. ¿Cuál cree que es el mayor reto al que se enfrenta hoy en día en un mundo marcado por rápidas y profundas transformaciones?
La labor humanitaria ha cambiado mucho desde 1951 y hoy nos enfrentamos a crisis complejas y duraderas, tanto naturales como de origen humano. Las divisiones políticas, las guerras y los conflictos religiosos, se mezclan con los efectos del cambio climático, lo que provoca un aumento espectacular de los refugiados y desplazados internos. También nos enfrentamos a graves desigualdades y a la aparición de nuevas formas de pobreza y vulnerabilidad. Mientras seguimos sirviendo y acompañando a los afectados por ese sufrimiento, nos enfrentamos al reto de fomentar en nuestra sociedad moderna un sentimiento de solidaridad con ellos. Por otro lado, el reto más urgente, ante el inmenso sufrimiento humano, es movilizar los recursos necesarios para llevar a cabo nuestra misión.
La COVID-19 también ha supuesto una carga para las actividades benéficas y humanitarias. ¿Cómo ha afrontado Caritas Internationalis la crisis y cómo se está preparando para el periodo post-pandémico?
Nuestra Confederación se enfrentó a una crisis sin precedentes, en la que casi todas las Caritas del mundo se comprometieron a responder a la pandemia. Una señal concreta de apoyo y esperanza vino del Santo Padre, que quiso incluir a Caritas Internationalis en la Comisión Vaticana COVID-19. A instancias del Papa, y en colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, creamos un fondo para apoyar 40 proyectos de Caritas. Este gesto de solidaridad ha motivado a otros agentes locales a unirse a Caritas para ofrecer su apoyo. En Bangladesh, por ejemplo, los propietarios de restaurantes musulmanes apoyaron a la organización local Caritas, donando alimentos para los refugiados. La respuesta inmediata a la emergencia fue acompañada inmediatamente por una reflexión sobre el futuro. Impulsados por la invitación de papa Francisco a «pensar en el nuevo futuro» de la post-pandemia, hemos creado un grupo de reflexión y estamos reflexionando sobre cómo el trabajo de Caritas se verá afectado por la nueva realidad.
La Iglesia está comprometida globalmente en el proceso sinodal deseado e iniciado por el Papa Francisco. ¿Cuál es la contribución que una realidad eclesial mundial como Caritas Internationalis puede ofrecer al mismo?
El Papa Francisco destacó que el proceso sinodal, que implica a toda la Iglesia, tiene como primer punto la escucha. La capacidad de imaginar un nuevo futuro para la Iglesia depende, por tanto, en gran medida, precisamente de iniciar un proceso de escucha, diálogo y discernimiento comunitario. Por lo tanto, Caritas Internationalis puede ayudar a reflexionar en las comunidades cristianas de base y en las parroquias, ante todo promoviendo el diálogo y la solidaridad con los más vulnerables dentro de ellas.
Un aniversario es una ocasión para hacer balance, pero también para relanzar. ¿En qué se centrará Caritas Internationalis en los próximos años? ¿Hay alguna campaña en particular que se lance con motivo de este aniversario?
Esta pandemia nos ha demostrado que, sin el cuidado de la humanidad y la creación, todos seremos cada vez más vulnerables. Hoy el mundo necesita más que nunca una conversión radical de corazones y mentes y una reconciliación con la Creación. Al llevar a cabo nuestra labor caritativa, estamos especialmente comprometidos con la promoción de una civilización de amor y cuidado de la humanidad y de nuestra Casa Común. En estos puntos se basará nuestra Campaña Mundial, que lanzaremos con motivo de nuestro aniversario y que se prolongará hasta 2024.
Preguntas no respondidas
El mundo necesita personas honestas
Tiene su arte: saber torear una pregunta y, en vez de dar la respuesta, aprovechar cualquier ocasión para difundir las propias ideas.
Preguntan al político A si existe un plan para prevenir la falta de agua en varias zonas del país. Responde que el gobierno mantiene sus compromisos, como se ve en los arreglos de carreteras, y que está atento a las nuevas necesidades.
Preguntan al político B si su partido, en el caso de que ganase las elecciones, subiría los impuestos sobre la herencia. Responde que lo importante es atender las necesidades de las clases más desfavorecidas y buscar redistribuir la riqueza entre la población.10:21
Preguntan al político C qué haría si se descubriera un nuevo escándalo en su grupo parlamentario. Responde con ataques al partido opositor, que estaría lleno de lodo hasta las cejas…
Lo curioso es que a personas como estas, no solo en el mundo de la política, se les sigue invitando una y otra vez a entrevistas, encuentros, conferencias, como si su competencia escurridiza y su habilidad para dejar no respondidas muchas preguntas fuese un triunfo a exhibir continuamente.
Gracias a Dios, hay políticos, y no políticos, que afrontan las preguntas serias y lo hacen de modo serio, que responden lo que saben y reconocen lo que no saben, y que toman nota de lo que necesitan estudiar para dar en el futuro respuestas adecuadas a cuestionamientos importantes.
En un mundo donde la imagen tiene un papel clave para el triunfo de personas con pocos conocimientos técnicos y con mucha habilidad sofística, da gusto encontrarse otras personas honestas, capaces de afrontar preguntas difíciles con naturalidad, sencillez, respeto, y con respuestas adecuadas.
¿Por qué rezar el Rosario?
El Rosario es una oración mariana que inmediatamente centra nuestra mente y corazón en el Señor Jesús.
El Rosario es un acto de amor a Santa María. ¿Por qué rezarlo? Porque amamos a María y con el Rosario podemos darle una muestra sencilla, pero profunda, de nuestro filial amor.
La tradición de la Iglesia ha recomendado esta oración desde que apareció en el peregrinar del Pueblo de Dios como expresión concreta de piedad filial. Ha sido motivo de numerosas recomendaciones pastorales de obispos y Papas. Entre ellas dos cercanas a nosotros: la Exhortación Mirialis cultus del Papa Pablo VI y la Carta Rosarium Virginis Mariae del Beato Juan Plablo II. Tal vez este mes de Mayo-que en muchos lugares está dedicado a Santa María-sea una buena ocación para revisarlas y nutrirnos de sus enseñanzas y orientaciones.
Una oración mariana centrada en Jesús
El Rosario es una oración mariana que inmediatamente centra nuestra mente y corazón en el Señor Jesús. Esta sencilla plegaria nos introduce en un ritmo mediativo que nos pone «en comunión vital con Jesús a través-podríamos decir-del corazón de su Madre». En cada Padrenuestro rezamos con las palabras que Jesús mismos nos enseñó y por acción del Espíritu nos unimos a la voz del mismo Hijo; en cada Avemaría reconocemos «el milagro más grande de la historia», la Encarnación del Verbo, y hacemos nuestra confesión de fe de Isabel:»Bendita tú y bendito el futuro de tu vientre, Jesús»; al término de cada decena damos gloria al Padre a través del Hijo en comunión con el Espíritu Santo.
Por otro lado, los misterios que vamos anunciando antes de cada denario nos permiten ir meditando en acontecimientos de la vida del Reconciliador de la mano de la Madre, En la escuela de María nos vamos compenetrando con el Señor Jesús.
¿Por qué rezar el Rosario? Pues porque con la Madre nos acercamos más a Jesús. Y conociendo y amando más intensamente a su Madre. Desde esta óptica, el Rosario es una práctica espiritual que nos ayuda mucho a ir realizando el ideal vivir como verdaderos hijos de María a través del proceso de amorización:»Por Cristo a María y por María más plenamente al Señor Jesús».
Es importante señalar que el Rosario nos dispone para una más activa y fructífera participación en los Sacramentos, particularmente en la Santa Eucaristía. Como enseña el Papa Pablo VI, «la meditación de los misterios del Rosario, haciendo familiar a la mente y al corazón de los fieles los misterios de Cristo, puede constituir una óptima preparación a la celebración de los mismo en la acción litúrgica y convertirse después en eco prolongado». La idea es que el Rosario esté entegrado armónicamente en el marco de la oración común de toda la Iglesia. «En realidad-dice el Papa Benedicto XVI-el Rosario no se contrapone a la meditación de la Palabra de Dios y a la oración litúrgica; más aún, constituye un complemento natural e ideal, especialmente como preparación para la celebración eucarística y como acción de gracias. Al Cristo que encontramos en el Evangelio y en el Sacramento lo contemplamos con María en los diversos momentos de su vida gracias a los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos. Así en la escuela de la Madre aprendemos a configurarnos con su divino Hijo y anunciarlo con nuestra vida».
Sin embargo integrar el rezo del Rosario a la oración litúrgica de la Iglesia no significa mezclarlo o ponerlo por encima. Esto lo recordaba el Papa Pablo VI cuando señalaba el error presente en algunos lugares de rezar el Rosario durante las celebraciones litúrgicas, por ejemplo durante la Misa. Cada cosa a su tiempo y lugar, según su propia naturaleza.
Una oración serena
La oración del Rosario tiene como una de sus características el ritmo sereno y pausado. Con la práctica, se va desarrollando una cadencia interior que favorece la meditación y resulta sumamente beneficiosa, especialmente en este tiempo en que no pocas veces nos vemos inmersos en diversas actividades. ¿Cómo no encontrar en esta práctica espiritual un precioso remanso espiritual?
Todos nos damos cuenta de que el Rosario es una oración repetitiva en su forma. Para algunos esto puede ser un obstáculo que los aleja de rezarlo. No pocas veces se escucha decir “es muy aburrido… es una oración monótona… no puedo evitar distraerme”. Sin embargo, esa forma externamente repetitiva esconde un gran beneficio. En la oración vocal hay una gran riqueza espiritual que favorece la meditación. El Beato Juan Pablo II señalaba una interesante relación del Rosario con la llamada “oración a Jesús” u “oración del corazón” que se practica en el oriente cristiano. Ésta consiste en la repetición continua de una frase dirigida al Señor buscando estar en comunión con Él, como por ejemplo: “Señor Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador”. El Papa destacaba cómo el ritmo típico de estas plegarias resulta muy adecuado para la interiorización y el recogimiento. En tal sentido, lejos del aburrimiento, se convierte en un camino muy sencillo y práctico de profundización en el conocimiento del Señor Jesús. En el caso del Rosario con mayor razón, pues «nadie mejor que Ella (María) conoce a Cristo, nadie como su Madre puede introducirnos en un conocimiento profundo de su misterio».
Es verdad que muchas veces en el desgranar las cuentas del Rosario podemos distraernos. Junto con la necesaria lucha para mantener la concentración debe darse cabida también al ejercicio del silencio de mente que nos ayudará a mantener la mente y el corazón centrados en el Señor y nuestra Madre. Esto requiere paciencia y comprensión con nosotros mismos. Distraerse o perder la concentración no invalida nuestra oración. Retomemos el ritmo y reafirmemos el propósito de ofrecer esta práctica espiritual como un acto concreto de amor a María. Además debemos recordar ―como lo decía el Beato Juan Pablo II―que nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman nuestra vida, la de nuestra familia, nuestra nación, la Iglesia o la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón. De este modo la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana.
Oración personal y comunitaria
El Rosario no requiere de grandes preparativos ni de materiales especiales. Esto hace que sea fácil rezarlo de manera personal o junto a otras personas. Los modos en los que se suele rezar son variados y se adecuan fácilmente a las necesidades personales o grupales: «o privadamente, recogiéndose el que ora en la intimidad con su Señor; o comunitariamente, en familia o entre los fieles reunidos en grupo para crear las condiciones de una particular presencia del Señor (ver Mt 18,20); o públicamente, en asambleas convocadas para la comunidad eclesial». En la Iglesia se ha alentado desde antiguo la práctica cotidiana de esta oración, teniéndola como un momento especial de la jornada. Lejos de ser una obligación, poco a poco se va convirtiendo en un momento especial para estar con María. Y con Ella, dejarnos conducir a Jesús.
Resulta muy significativo el aliento de los Papas a rezar el Rosario en familia. «En continuidad de intención con nuestros Predecesores ―decía Pablo VI―, queremos recomendar vivamente el rezo del Santo Rosario en familia. El Concilio Vaticano II ha puesto en claro cómo la familia, célula primera y vital de la sociedad “por la mutua piedad de sus miembros y la oración en común dirigida a Dios se ofrece como santuario doméstico de la Iglesia”». Conscientes de que hoy el ritmo de vida muchas veces no favorece los momentos en los que la familia puede estar reunida, se reconoce sin embargo que estar reunida, se reconoce sin embargo en el esfuerzo por hacer un espacio de encuentro familiar para rezar el Rosario una gran riqueza que tendrá efectos muy positivos en la vida espiritual de sus miembros y en la misma vida familiar.
Conviene recordar finalmente que esta plegaria mariana está enriquecida con la posibilidad de obtener indulgencias plenarias. «Se confiere una indulgencia plenaria si el rosario se reza en una iglesia o un oratorio público o en familia, en una comunidad religiosa o asociación pía». Para ello se deben cumplir, evidentemente, las condiciones propias para lucrar la indulgencia.
Preguntas para el Diálogo
- ¿Qué lugar tiene el rezo del Rosario en mi vida espiritual?
- ¿Cómo puedo ayudar para que otros conozcan y recen el Rosario?¿Tiene el Rosario una dimensión apostólica?
- ¿Conozco suficientemente las enseñanzas y recomendaciones del Magisterio de la Iglesia sobre esta forma de oración?
- ¿Qué medios puedo poner para rezar con mayor fruto espiritual esta oración?
Citas
- Especialmente los nn. 42-55. El documento se encuentra en: http://multimedios.org/docs/d000266/.
- El documento se encuentro en: http://multimedios.org/docs/d001248/.
- S.S. Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 2.
- S.S. Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 33.
- S.S. Pablo VI, Marialis cultus, 48.
- S.S. Benedicto XVI, Ángelus, 16/10/2005.
- S.S. Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 14.
- Ver S.S. Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 2.
- S.S. Pablo VI, Marialis cultus, 50.
- Apostolicam actuositatem, 11.
- S.S. Pablo, Marialis cultus, 52.
- Enchiridium de indulgencias, 17. Ver S.S. Pablo VI, Marialis cultus, 48; S.S. Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 37.
- Ver el documento: El don de la indulgencia, n. 4 que se puede encontrar Aquí. Para una exposición de la doctrina sobre las indulgencias ver: Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1471-1479.
Citas para la Oración
Es necesario rezar sin desfallever: Lc 18,1ss; Rm 12,12; 1Tim 2,1.8; 1Tes 5,17.
La Iglesia naciente oraba en compañía de María: Hch 1,14;2,42.
La citas bíblicas de los misterios del Rosario se pueden ver Aquí.
«La voz de los no nacidos» en la Audiencia General con el Papa Francisco
Antoine Mekary | ALETEIA
El Pontífice ha cumplido un gesto simbólico y de oración a favor de la vida por nacer a través de una campaña pro-vida que llegará a Ecuador y Ucrania.
El papa Francisco ha bendecido hoy unas campanas que tocarán simbólicamente para que resuene el clamor de las “voces de los no nacidos” en Ecuador y Ucrania.
En la audiencia general del miércoles, 27 de octubre, el Papa ha apoyado una campaña pro-vida:
«A petición de la fundación polaca «Sí a la vida», bendije las campanas que llevan el nombre: «La voz de los no nacidos». Su destino es Ecuador y Ucrania. Que sean un signo de compromiso con la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural”.
Las campanas antiabortistas, son una obra de la familia Felczyński en Rzeszow, en la región de Podkarpackie, al sur de Polonia, por iniciativa de la Fundación «Sí a la Vida» de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Llevan grabadas las palabras del beato Jerzy Popiełuszko, «La vida de un niño comienza bajo el corazón de su madre», junto con el mensaje explícito del quinto mandamiento dado por Dios a Moisés «No matarás».
Las campanas se colocaron fuera del aula Pablo VI y el Papa las bendijo antes de celebrar la audiencia general.
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Los peregrinos y fieles presentes pudieron admirar los detalles de las campanas que llevaban una cinta del código genético humano y el bajorrelieve de la ecografía del niño en el vientre materno.
Antoine Mekary | ALETEIA
Entretanto, saludando a los fieles polacos, el Papa explicó que espera que estas campanas suenen en otras naciones: “Que su sonido anuncie al mundo el «Evangelio de la vida», despierte las conciencias y la memoria de los no nacidos. Confío a vuestras oraciones cada hijo concebido, cuya vida es sagrada e inviolable”.
Antes de la audiencia, el papa Francisco tomó la cuerda atada debajo de la campana y la hizo sonar con todas sus fuerzas para recordar a todos la santidad de la vida humana, desde su concepción en el vientre materno.
Tras la audiencia, la campana de la vida partirá a sus destinos. Ya en el pasado estas campanas han apoyado «La voz de los no nacidos» en varias naciones. Por ejemplo en Estados Unidos en enero pasado fue utilizada para una Marcha por la Vida.
Atención con los nuevos fundamentalistas
Por otro lado, en su predicación de hoy, el Papa Francisco habló de la tentación «de los nuevos fundamentalistas» de cerrar la vida cristiana en una lista de preceptos, en lugar de abrirse a Dios. Es el Espíritu «quien cambia el corazón”.
Incluso hoy en día muchos «buscan la seguridad religiosa en lugar del Dios vivo y verdadero» y se centran «en rituales y preceptos en lugar de abrazar al Dios del amor con todo su ser”. Lo dijo el el Papa que ha continuando su ciclo de catequesis sobre la Carta del Apóstol Pablo a los Gálatas.
Esta es la «tentación de los nuevos fundamentalistas»: el camino les asusta y «vuelven atrás porque se sienten más seguros: buscan la seguridad de Dios y no el Dios de la seguridad». Así lo destacó el Papa Francisco que centró su meditación en el tema: «El fruto del Espíritu» (cf. lectura: Gal 5,22-24).
La oración salva del egoísmo
El Papa subrayó el misterio de Cristo, de su muerte y de su resurrección, al mismo tiempo que rememoró al Apóstol Pablo que exhorta “a los gálatas a no perder de vista a Jesús en la cruz”
“Es un llamado que nosotros debemos acoger, abrazando la cruz de Cristo, y adorándolo en la Eucaristía, donde lo contemplamos muerto y resucitado, entregado por nosotros para darnos la vida verdadera”.
El Pontífice invitó a rezar ante la Cruz al Espíritu Santo. “Él, que trasforma los corazones y guía a la Iglesia, renovará nuestra comunidad. Nos dará la fuerza para combatir el mal, es decir, todas esas obras que nos impiden ser de Dios y nos dejan en la mundanidad de nuestros deseos”
Asimismo, indicó que la oración da libertad y ayuda a las personas a no ser “esclavos de nuestro egoísmo, y nos concederá unos frutos generosos de amor, gracia, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad, dominio de sí.”.
La tarea que ha dejado el Papa
Al final, el Papa animó a los fieles a hacer este pequeño ejercicio, relean la lista de los frutos del Espíritu Santo que encontramos en Gálatas capítulo 5, versículos 22 y 23.
“Vean si se corresponden con la propia existencia de cada uno, es decir, si nuestra vida se dejó configurar con Cristo, al que contemplamos muerto y resucitado, en la imagen de la cruz y en el misterio de la Eucaristía; si nuestra vida se ha dejado trasformar por el Espíritu para ser ella misma una eucaristía, don y acción de gracias, para gloria de Dios y salvación de la gente. . QueDios los bendiga. Muchas gracias”.
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Cop26
Tras la catequesis, el Papa saludó a los peregrinos de lengua inglesa, «especialmente a los jóvenes de varios países comprometidos con Cop26 en Glasgow y a los grupos de los Estados Unidos de América». Sobre todos vosotros y sobre vuestras familias», dijo, «invoco la alegría y la paz del Señor».
La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica.
El Papa Francisco te anima a releer la lista de frutos del Espíritu de Gálatas, 5: ¿cuántos tienes?
El Papa Francisco bendice a un peregrino que acude a la audiencia en silla de ruedas
No es como coleccionar cromos, pero se supone que quien vive con el Espíritu Santo ha de ver crecer sus frutos en su vida. El Papa Francisco, al repasar el capítulo 5 de la Carta a los Gálatas en su audiencia de este miércoles 27 de octubre, y después en su resumen a los peregrinos hispanohablantes, animó a repasar la lista de frutos, y de hecho la hizo leer en voz alta ante los asistentes al Aula Pablo VI en el Vaticano:
“El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias” (Gal 5, 22-24).
El Papa animó así: “Puede ser un buen ejercicio espiritual leer la lista de San Pablo y mirar la propia conducta, para ver si se corresponde, si nuestra vida es realmente según el Espíritu Santo, si lleva estos frutos. Estos frutos de amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí mismo: ¿Mi vida lleva estos frutos? ¿Es el Espíritu quien da?«
Centrarse en Jesús, no en preceptos y tradiciones
El Papa recordó el tema central sobre el que insiste San Pablo a los cristianos de Galacia: que se centren en Cristo, su muerte, su resurrección, su Espíritu Santo, y no vuelvan a enredarse en una religiosidad de preceptos y tradiciones, que acaban alejando de Cristo.
Francisco lo comparó con personas que también en nuestra época “buscan la certeza religiosa antes que al Dios vivo y verdadero, centrándose en rituales y preceptos en lugar de abrazar al Dios del amor con todo su ser».
Y añadió: “Esta es la tentación de los nuevos fundamentalistas, ¿no?, los que parecen tener miedo de avanzar, y vuelven atrás porque se sienten más seguros: buscan la seguridad de Dios y no el Dios de la seguridad… Por eso Pablo pide a los gálatas que vuelvan a lo esencial, volver a Dios, a lo esencial, no a las seguridades de Dios: a lo esencial, a Dios que nos da la vida en Cristo crucificado”
Pero cuando una persona se entrega a Cristo, “¿qué ocurre cuando nos encontramos con Jesús Crucificado en la oración?”, planteó el Pontífice.
La respuesta es “lo que ocurrió bajo la Cruz”, es decir, que “Jesús entrega el Espíritu”, o sea que “da su propia vida”. “Y el Espíritu, que brota de la Pascua de Jesús, es el principio de la vida espiritual”.
Es el Espíritu Santo quien “cambia el corazón. ¡No nuestras obras, sino la acción del Espíritu Santo en nosotros! Es él quien guía a la Iglesia, y nosotros estamos llamados a obedecer su acción, que extiende dónde y cómo quiere”.
“El Evangelio se destina a todos, no a pocos privilegiados”
Tras reflexionar acerca de que “fue precisamente la constatación de que el Espíritu Santo descendía sobre todos y que su gracia actuaba sin exclusión lo que convenció, incluso a los más reacios, de que el Evangelio de Jesús estaba destinado a todos y no a unos pocos privilegiados”, el Papa agregó:
“Y los que buscan la seguridad, el pequeño grupo, las cosas claras como entonces, viven ‘como entonces’, se alejan del Espíritu, no dejan que la libertad del Espíritu entre en ellos. Así, la vida de la comunidad se regenera en el Espíritu Santo; y es siempre gracias a Él que alimentamos nuestra vida cristiana y llevamos adelante nuestra lucha espiritual”.
Lo contrario del Espíritu: las malas obras
El Papa señala que Pablo también enumera “las obras de la carne, que se refieren al uso egoísta de la sexualidad, a las prácticas mágicas que son idolatría y a lo que socava las relaciones interpersonales, como “discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias”.
“Todo esto es fruto – por así decirlo – de la carne, de un comportamiento sólo ‘humano’, ‘enfermizamente humano’. Porque un humano tiene sus valores, pero esto es ‘enfermizamente’ humano. El fruto del Espíritu, en cambio, es ‘amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí’”
Sobre los buenos frutos del Espíritu Santo, el Papa especificó que “los tres primeros enumerados son el amor, la paz y la alegría: desde aquí se reconoce a una persona habitada por el Espíritu Santo”. Y añadió que esta enseñanza del Apóstol “supone también un gran reto para nuestras comunidades. Sin embargo, “no se puede captar la belleza de la fe en Jesucristo partiendo de demasiados mandamientos y de una visión moral que, desarrollándose en muchas corrientes, puede hacernos olvidar la fecundidad original del amor”, alimentado “de oración que da la paz y de testimonio alegre”.
La burocracia que aleja a la gente
El Papa advirtió de un peligro: “Cuántas veces nosotros mismos, los sacerdotes o los obispos, hacemos tanta burocracia para dar un sacramento, para acoger a la gente, que la gente dice: ‘No, esto no me gusta’. Y se va, y no ve en nosotros, muchas veces, la fuerza del Espíritu que regenera, que nos hace nuevos a todos”.
Por lo tanto, concluyó su catequesis el Papa, afirmando que “tenemos la gran responsabilidad de anunciar a Cristo crucificado y resucitado, animados por el soplo del Espíritu de amor. Porque sólo este amor tiene el poder de atraer y cambiar el corazón del hombre”.
En sus saludos en español insistió en su reto: “Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Los animo a hacer este pequeño ejercicio, relean la lista de los frutos del Espíritu Santo que encontramos en Gálatas 5, 22-23. Vean si se corresponden con la propia existencia, es decir, si nuestra vida se ha dejado configurar con Cristo, al que contemplamos muerto y resucitado, en la imagen de la cruz y en el misterio de la Eucaristía; si se ha dejado trasformar por el Espíritu para ser ella misma eucaristía, don y acción de gracias, para gloria de Dios y salvación de las almas. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias”.
Campanas provida para Ecuador y Ucrania
A los peregrinos polacos el Pontífice les recordó que a petición de la Fundación Vida Sí, de Polonia (fotos aquí) bendijo hoy unas campanas que se llamarán «La voz de los no nacidos». Y tras explicar que están destinadas a Ecuador y Ucrania, el Papa manifestó su deseo:
“Que para estas naciones y para todos, sean un signo de compromiso en favor de la defensa de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. Que su sonido anuncie al mundo el ‘Evangelio de la vida’, despierte las conciencias de los hombres y el recuerdo de los no nacidos. Encomiendo a sus oraciones cada niño concebido, cuya vida es sagrada e inviolable. Los bendigo con todo mi corazón”
Por último, antes de rezar el Padrenuestro en latín el Santo Padre dio su cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana. Saludó a la Fundación San Vito de Mazara del Vallo, a la Asociación Diversa-Mente y a la comunidad esrilanquesa de la ciudad de Nápoles. Por último, como siempre, Francisco dirigió su pensamiento a los ancianos, enfermos, jóvenes y recién casados presentes. A todos ellos los animó a testimoniar el mensaje de salvación evangélica que los Santos Apóstoles Simón y Judas, cuya fiesta celebraremos mañana, testimoniaron con su vida.
Vendrán del oriente y del poniente y participarán en el banquete del Reino de Dios
Los humanos siempre nos estamos preocupando por cosas secundarias. La pregunta que le hacen al Señor, nos puede parecer muy interesante: ¿Es verdad que son pocos los que se salvan? Quizás también nosotros estemos interesados en saber el número de los que entran en el Reino de Dios.
Los hermanos protestantes con frecuencia aducen cifras donde sólo caben ellos y descartan a todos los que no son de su congregación. Con tan sólo pertenecer a su grupo, ofrecen la vida eterna, pero Jesús va mucho más allá. No responde números, como si estuviéramos buscando un promedio para no salir reprobados.
Cristo pide y exige coherencia en la vida. A veces damos la impresión de ser cristianos esperando la última tablita que nos alcance la salvación, cuando toda nuestra vida hemos vivido alejados del Señor. No basta hablar, no basta estar cerca, no basta ponerse vestidos, hay que vivir conforme al evangelio. No se trata de hacer lo mínimo, se trata de una entrega completa. No se
Quizás nos hemos detenido muchas veces en buscar elementos que nos aseguren una salvación, pero nos hemos olvidado de lo que es más importante en el Evangelio: participar del plan de Salvación que Dios ofrece a todos los hombres. Más que preguntarnos cuántos se salvan, deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo nosotros para que este sueño de Jesús alcance a todos los hombres y mujeres de todos los pueblos y naciones.
No es que vayamos a conquistar a otros, es que queremos hacerles partícipes de la riqueza y de la alegría que nos ha dado el Señor Jesús al habitar en medio de nosotros. Las palabras de Jesús son muy claras: “Todos ustedes que hacen el mal no podrán participar del Reino de los Cielos” Que no merezcamos esta condena de Jesús, sino que escuchemos sus palabras. “Vengan, benditos de mi Padre”.
Jesús exhorta a sus interlocutores para que se esfuercen en tomar conciencia de las exigencias que implica seguirlo: capacidad de transformar la vida mediante el arrepentimiento y la reconciliación, total fidelidad a él y a su proyecto, y optar por la puerta estrecha, por el camino de la salvación del ser humano. No basta solamente beber y comer ocasionalmente con Jesús; hay que compartir su vida y destino, cuyo símbolo es la comunión de la mesa con los humildes y sencillos.
San Evaristo, el papa que ordenó la celebración pública del matrimonio
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Murió mártir en tiempos del emperador Trajano, quien pocos años antes había ordenado la tercera persecución de cristianos
Nació en torno al año 60. Era hijo de un judío nacido en Belén y su formación cultural era tanto griega como judía. Conocía a fondo la Sagrada Escritura y esto facilitó su predicación. Una vez en Roma, destacó como presbítero querido por todos y volcado en la expansión del Evangelio.
El 27 de julio del año 108 fue elegido Papa, 19 días después de morir mártir su antecesor, Anacleto. Evaristo sabía que eran tiempos agitados y de persecución, y también por humildad se resistía a ser el Vicecristo, pero finalmente aceptó el peso del cargo.
Este santo defendió especialmente la fe cristiana contra los errores del gnosticismo y el docetismo.
Estableció normas sobre la consagración y la labor pastoral de los obispos y los diáconos. Asignó tituli a los sacerdotes. Ordenó que los matrimonios se celebraran públicamente (así se evitaban falsedades) y creó una cierta organización territorial de la Iglesia, que se iba expandiendo, para atender mejor a los creyentes.
Durante su papado, Evaristo ordenó a 17 sacerdotes, 2 diáconos y 15 obispos. También constituyó un grupo de tres diáconos que debían velar por el Papa y su predicación.
Evaristo murió mártir en el año 117, en época del emperador Trajano, quien había ordenado la tercera persecución de los cristianos. Según consta en el Liber Pontificalis, fue enterrado en la colina vaticana cercana a la tumba de san Pedro.
Su fiesta se celebra el 27 de octubre.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que San Evaristo, Papa, presidiera a todo tu pueblo y lo iluminara con su ejemplo y sus palabras, por su intercesión protege a los pastores de la Iglesia y a sus rebaños y hazlos progresar por el camino de la salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.