Hugo de Génova, Santo

Religioso, 8 de octubre

Martirologio Romano: En Génova, de la provincia de Liguria, Italia, san Hugo, religioso, que, después de haber luchado largo tiempo en Tierra Santa, fue designado para regir la Encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén en esta ciudad, y se distinguió por su bondad y su caridad hacia los pobres (c. 1233).

Etimología: Hugo = aquel de inteligencia clara, viene del germano

Breve Biografía

Hugo Canefri es uno de los más destacados miembros de la Orden de Malta, a la que pertenecía, y particularmente venerado en Génova. Vino al mundo en Castellazzo Bormida, Alessandría, Italia. No existe unanimidad en la fecha; algunos la sitúan en 1148 y otros en 1168. Ésta última quizá sea la más verosímil toda vez que existe constancia de que ese año su ilustre familia participó en la fundación de Alessandría iniciada entonces. Su padre era Arnoldo Canefri. Su madre Valentina Fieschi era hija del conde Hugo di Lavagna, y hermana de Sinibaldo di Fieschi (pontífice Inocencio IV). El peso de su apellido era de gran envergadura. Su abuelo paterno había donado importantes sumas a la iglesia de S. Andrea di Gamondio. Además, tenía entre los suyos personas destacadas en los estamentos sociales, muy reputadas por su valía y alta responsabilidad tanto a nivel eclesiástico como civil, nada menos que condes, reyes, fundadores y santos… Aparte de ello, no se proporciona información sobre su infancia y adolescencia.

Los datos que se poseen se deben al arzobispo de Génova, Ottone Ghilini, paisano y contemporáneo suyo, que había pasado por las sedes de Alessandría y de Bobbio.

Fue el papa Gregorio IX quien lo trasladó a Génova y al instruir el proceso canónico de Hugo, sintetizó por escrito su virtuosa vida, dando cuenta de sus milagros. Lo que se puede decir de él con más certeza arranca de la época en la que fue elegido caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta), aunque en esa época sus miembros eran conocidos como hospitalarios y sanjuanistas. Todo parece indicar que Hugo no debió ser ordenado sacerdote, pero sí vistió el conocido hábito que en su tiempo se distinguía por su color negro con una cruz blanca de ocho puntas en alusión a las ocho bienaventuranzas; el hábito cambió de color algunos años después de su fallecimiento.

Las cruzadas contra los infieles se hallaban entonces en su apogeo. Eran muchos los que se integraban en los ejércitos que partían para liberar Tierra Santa del dominio de los enemigos de la fe cristiana. Después de la conquista de Jerusalén por Godofredo de Bouillón en 1099, el hospicio (hubo varios y de distintas nacionalidades) construido junto al Santo Sepulcro para la atención de los peregrinos, que había sido dedicado a san Juan, fue donado por el califa de Egipto, Husyafer, al beato Gerardo de Tenque, fundador de la Orden de Malta. Tras esta primera Cruzada se convirtió no solo en el lugar donde iban a sanar sus heridas los caballeros cruzados que lucharon en combate, sino que fue el origen del nacimiento de la Orden puesta bajo el amparo del pontífice Pascual II, a petición de fray Gerardo. Cuando Hugo nació, el papa Calixto II ya le había concedido nuevos privilegios, y el Gran Maestre Gilbert d’Assailly, el quinto, gozaba de gran prestigio. Esta Orden de caballería estaba integrada por seculares y también por los caballeros que habían emitido votos y tenían como objetivo la tuitio fidei et obsequium pauperum (la defensa de la fe y la ayuda a los pobres, a los que sufren), dedicándose a las tareas de enfermería. Además, los capellanes, que eran «una tercera clase», se ocupaban del servicio divino.

Pues bien, Hugo fue uno de los ilustres combatientes en Tierra Santa. Participó en la tercera Cruzada junto a Conrado di Monferrato y al cónsul de Vercelli, Guala Bicchieri. Y al regresar de estas campañas, fue designado capellán de la Encomienda del hospital de san Giovanni di Pré, en Génova. Desde ese momento, la vida del santo, alejado de las armas, se centró en la oración y en el ejercicio de la caridad con los enfermos y marginados que acudían al hospital, además de los peregrinos que iban y venían de Tierra Santa. A los enfermos los asistió procurándoles consuelo humano, espiritual y económico. Cuando fallecían, les daba sepultura con sus propias manos. Pero uno de los rasgos representativos y más loados de su espiritualidad, junto a su amabilidad, modestia y piedad, fue su fe. Con ella era capaz, como dice el evangelio, de trasladar montañas.

Entre otros milagros que se le atribuyen se halla el acaecido un día de intensísimo calor. Hubo un problema con el suministro del agua, y las lavanderas del hospital se veían obligadas a recorrer un intrincado camino para proveerse de ella. Sus lamentos fueron escuchados por Hugo, quien se apresuró a atenderlas. Entonces le rogaron que pidiese a Dios un milagro, y él les recomendó que rezasen. Pero a las mujeres les faltaba fe, y pronto su lamento se tornó en exigencia: él era el único que podía arrebatar esa gracia; ellas estaban cansadas de tanto trabajo en medio del sofocante calor. No le agradó a Hugo su propuesta, pero en aras de la caridad hizo lo que le pedían, y después de orar y de realizar la señal de la cruz obtuvo de Dios el bien que solicitaban. También se le atribuye el rescate de una nave que se hallaba a punto de naufragar, logrado con su oración, y la mutación del agua en vino, que se produjo en un banquete, al modo que hizo Cristo en las bodas de Caná. Otros fenómenos místicos que se producían a veces mientras oraba o se hallaba en misa, momentos en los que podía entrar en éxtasis, fueron visibles para otras personas, entre ellas el arzobispo de Génova, Otto Fusco.

Hugo fue un penitente de vida austera (su lecho era una tabla situada en el sótano del centro hospitalario), que vivió entregado a la mortificación y al ayuno. Su muerte se produjo en Génova hacia el año 1233, un 8 de octubre. Sus restos fueron enterrados en la primitiva iglesia en la que residía, sobre la que se erigió la de San Giovanni di Pré donde hoy día continúan venerándose.

Señales milagrosas

Santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26. Viernes XXVII del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias, Señor por esta nueva oportunidad que me das para estar contigo. Bien sabes lo que necesito y por ello te pido humildemente me lo concedas. Aumenta mi fe, mi confianza y mi amor a ti. Dame la gracia de jamás dejarte solo y no permitas que nada ni nadie me separe de ti. Mira que mi vida sin ti no tiene sentido, y todo en ella se opaca si no estás Tú. Señor no me dejes nunca de tu mano porque sin ti nada puedo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26

En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: “Este expulsa a los demonios con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.

Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Belzebú. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el dedo de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra Mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes”. Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
No puedo dejar pasar desapercibido la forma en que te defiendes de los que te atacan con mentiras. Incluso en esto me das ejemplo a seguir. No les respondes con malas palabras o venganzas. Ante la crítica, callas, piensas y hablas. Hablas, no para ofender, sino para defender. Defender la verdad, defender el bien de los demás, defender a los que sinceramente te siguen.

¡Qué argumento bien pensado presentas a los que fácilmente juzgan a los demás y sus acciones! Un argumento claro, sencillo y profundo. Bastaría leer de nuevo con calma el pasaje para dejarme atrapar por tus palabras llenas de verdad, de fuerza y de pasión. Dame la gracia, Señor, de nunca criticar y juzgar a mis hermanos. Ayúdame a ser siempre un defensor de la verdad, de la justicia, del amor y un practicante constante de la benedicencia.

Aquella gente que contemplaba tus milagros no había podido aceptar que el Reino de Dios había llegado hasta ellos. Y tal vez yo, de igual manera, no soy capaz de descubrir tu Reino en mi vida cotidiana.

Quizá no presencio expulsiones de demonios, curaciones portentosas y multiplicaciones de panes, pero dame la gracia de descubrir los milagros que vas realizando en mi vida poco a poco. Milagros desapercibidos pero que me he ido acostumbrando a presenciar. El milagro de mi vida y de la de los que me rodean. El milagro del amor, el milagro de la familia, de la amistad. El milagro de una caricia, de un abrazo de apoyo, de un consuelo en el dolor, de una sonrisa. El milagro de este mundo maravilloso que siempre me sorprende con un atardecer, un cielo estrellado, un viento refrescante, un cielo despejado. El milagro de la fe, de la oración, de los sacramentos y de la Eucaristía.

Que no me acostumbre Señor a estos milagros cotidianos con los cuales te haces presente en mi vida, me dices que me amas infinitamente y que tu Reino está presente en mí.

«Ninguno es digno, ninguno está a la altura, ¡ninguno tiene las fuerzas! Sin la gracia de Dios, no podremos hacer nada. Todo nos es dado gratuitamente. Y el Señor no llega nunca a una nueva familia sin hacer algún milagro. ¡Recordemos lo que hizo en las bodas de Caná! Sí, el Señor, si nos ponemos en sus manos, nos hace hacer milagros. Milagros de todos los días cuando está el Señor en esa familia».

(Homilía de S.S. Francisco, 9 de septiembre de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy evitaré toda crítica hacia otro y procuraré hablar bien, comentar una cualidad de esa persona con la que no me llevo muy bien.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

¿Un endemoniado es menos culpable de sus pecados?

El P. José Antonio Fortea, famoso exorcista español, nos da la respuesta a esta pregunta

El P. José Antonio Fortea, famoso teólogo español autor de Summa Daemoniaca, respondió recientemente a la inquietud de si una persona que sufre una posesión demoniaca es menos culpable de sus pecados.

En su artículo “Una cuestión moral”, el P. Fortea señaló que “aunque podría parecer que es un asunto complejo”, la respuesta en verdad “es muy sencilla”.

“Toda acción del demonio tanto en un poseso, como en un individuo que padece una influencia demoniaca de cualquier tipo, al final se reduce a que eso es una tentación”, indicó.

“Unas personas son tentadas de un modo extraordinariamente insistente. Otras de un modo muy vehemente. El demonio puede estar alrededor de la persona o, incluso, dentro de ella”.

Sin embargo, precisó, “esa acción solo implica mayor o menor tentación. Mayor o menor presión sobre la inteligencia, la imaginación, la memoria. La persona puede sentir ciertos sentimientos (por ejemplo, de odio) o venirle continuamente ciertos recuerdos o razonamientos contra la fe, etc.”.

“El poseso únicamente en la fase de trance no es responsable de lo que hace. Únicamente en esa fase. De hecho, lo normal es que no se acuerde de nada de lo dicho o hecho”, subrayó.

El sacerdote español remarcó que “el resto del tiempo, el individuo puede resistir la tentación en mayor o menor medida”.

“Por supuesto que, en la mayor medida en que puede resistir la tentación, en esa misma medida es más responsable. En la medida en que la tentación sea más vehemente y más continua, la responsabilidad encontrará atenuantes”.

“Pero solo son atenuantes, porque no perderá la libertad. Solo durante el trance, no puede ejercer la menor resistencia, porque, de hecho, se pierde la consciencia”, reiteró.

El P. Fortea precisó que “es cierto que algunas personas están tan debilitadas para resistir ante ciertas pulsiones (sea sexo, alcohol, juego o drogas), que su responsabilidad a veces se reduce al mínimo. Ven que algo está mal, pero existe en ellos un vicio, es decir, una facilidad para caer que consigue que caigan con facilidad y frecuencia”.

“Qué parte haya del demonio en estas tentaciones, no se puede saber”, dijo.

“Los endemoniados, por lo tanto, no caen en una categoría moral especial, ni se requiere de criterios específicos para aconsejarles. Los consejos serán los mismos que se aplicarían a personas muy tentadas o muy debilitadas ante ciertos vicios o muy obsesionadas con ciertos temas”, finalizó.

Preservar la Tierra de las acciones perversas, la vida misma está amenazada

Papa Francisco preside el Acto Académico de la Universidad Lateranense Letrán.

El Papa Francisco denunció «acciones perversas» contra el planeta Tierra, hacia el que se está causando un «mal» que «ya no se limita a los daños al clima, al agua y al suelo, sino que ahora amenaza la vida misma en la Tierra». Palabras fuertes que el Pontífice pronuncia ante profesores y estudiantes de la Pontificia Universidad Lateranense que participan en el Acto Académico «Cuidado de la Casa Común y tutela de la Creación». Palabras con las que Francisco quiere estimular» responsabilidad, concreción y competencia», porque, afirma, ante una crisis ecológica tan compleja, «no basta con repetir afirmaciones de principio, que nos hacen sentirnos tranquilos porque, entre otras muchas cosas, también nos interesamos del medio ambiente», sino que sirven acciones rápidas.

“Proteger nuestra casa común, preservarla de acciones perversas, tal vez inspiradas en la política, la economía y la educación vinculadas a resultados inmediatos, en beneficio de unos pocos”.

El Patriarca Bartolomé, una luz en el compromiso con la creación

El Papa habla en el Aula Magna del Ateneo, a donde llegó a las 9 horas, recibido con aplausos y el saludo del Gran Canciller, el cardenal vicario Angelo De Donatis. Junto a él, Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, y el Patriarca Bartolomé de Constantinopla, que se encuentra en Roma desde el pasado lunes para firmar con otros líderes religiosos un llamamiento conjunto destinado a curar una humanidad y una Tierra heridas.

Con Bartolomé «compartimos el deber de proclamar el amor a la creación y el compromiso de su cuidado», dice el Papa Francisco. Y revela que, mientras se redactaba la encíclica Laudato si’, «fue fuerte la luz que vino de él y de la Iglesia de Constantinopla», la primera entre las Iglesias cristianas en comprometerse con los temas medioambientales y en establecer, en 1989, una Jornada para el Cuidado de la Creación. «Salvaguardar la creación -dijo el Papa citando al Patriarca- es una forma de amar, de pasar gradualmente de lo que yo quiero a lo que el mundo de Dios necesita. Es la liberación del miedo, la avidez y la dependencia».

Un diálogo abierto y estructurado

A continuación, el Obispo de Roma elogia el Acto Académico de la Universidad Lateranense dedicado a las cuestiones ecológicas, destinado a «sentar las bases de un diálogo abierto y estructurado, con todos, sobre cómo conocer y escuchar la voz de nuestra casa común». Una voz que ha roto el muro de la indiferencia y ha conseguido penetrar en muchos contextos «aunando intereses a menudo distantes» en organizaciones internacionales y conferencias multilaterales. En este contexto se sitúa el reciente Mensaje que el Papa ha firmado con Bartolomé y el Arzobispo Justin Welby, Primado de la Iglesia Anglicana, de cara a la próxima Cop26 de Glasgow.

La universidad como lugar de formación de la conciencia ecológica

En este compromiso, el Papa implica también a la Lateranense e idealmente, a todas las universidades, en virtud de su misión original de Universitas, «lugar privilegiado de formación y preparación, donde se encuentran los distintos saberes, donde estudiantes y profesores se reúnen para reflexionar y desarrollar creativamente nuevos caminos para recorrer». De hecho, es por la universidad que pasa «el esfuerzo de formar una conciencia ecológica y desarrollar la investigación para proteger la casa común».

La actividad académica está llamada a fomentar la conversión ecológica integral para preservar el esplendor de la naturaleza, ante todo reconstruyendo la necesaria unidad entre las ciencias naturales y sociales con lo que ofrece la reflexión teológica, filosófica y ética, para inspirar la norma jurídica y una visión económica sólida.

Francisco: elijamos estilos de vida sobrios y respetuosos con la creación

El Papa Francisco agradece a la UNESCO su «atención activa» a esta iniciativa que da inicio al nuevo ciclo de estudios de Ecología y Ambiente en el Ateneo Pontificio. Un itinerario que obrará junto al Patriarcado de Constantinopla con «una perspectiva abierta» capaz de «acoger la atención de las Iglesias cristianas, de las diferentes comunidades religiosas, de quienes están en la investigación y de los que se declaran no creyentes». El ciclo de estudios, subraya el Papa, debe por tanto «recoger diferentes experiencias y pensamientos, combinándolos a través del método de la investigación científica». De este modo, la universidad volverá a ser Universitas, «depositaria de un imperativo que no tiene fronteras religiosas, ideológicas o culturales».

«No hay ecología sin una adecuada antropología «, recuerda finalmente el Papa. Y advierte:

Se están alejando las expectativas vinculadas a los objetivos de desarrollo sostenible que deben alcanzarse de aquí a 2030, junto a objetivos más específicos vinculados a la protección del aire, del agua, del clima o a la lucha contra la desertificación. Quizás porque sólo hemos vinculado estos objetivos a una relación de causa y efecto, quizás en nombre de la eficiencia.

Sin una verdadera ecología integral», señala el Pontífice, «tendremos un nuevo desequilibrio, que no sólo no resolverá los problemas, sino que añadirá otros». Incluso entre los creyentes, añade, es necesario «transformar» el mero interés por el medio ambiente en «una misión llevada a cabo por personas formadas, fruto de una experiencia educativa adecuada». Es la «mayor responsabilidad» frente a los que «a causa de la degradación del medio ambiente, son excluidos, abandonados y olvidados».

Las Iglesias y toda persona de buena voluntad, concluye Francisco, están por ello llamadas a convertirse en «la voz de los sin voz». Una voz «que se eleva por encima de los intereses partidistas y no se queda en la mera lamentación».

Perfil del misionero

Las cualidades que deben tener los misioneros

I. Espiritualidad del misionero

a. El misionero busca conocer cada día más a Cristo y a su fe.
b. El misionero es un hombre apasionado por la salvación de las almas.
c. El misionero es portador del mensaje de Cristo.
d. El misionero es apóstol copado y polarizado por la misión.
e. El misionero es el hombre- líder, guía de sus hermanos en la fe.
f. El misionero actúa con urgencia en la misión.
g. El misionero es celoso promotor de nuevos apóstoles para la Evangelización.
h. El misionero es un hombre de oración que busca crecer en santidad.
i. El misionero se entrega sin cálculo ni medida, con audacia e intrepidez.
j. El misionero trabaja con método, disciplina y deseo de superación constante.
k. El misionero fundamenta su fe en la resurrección de Cristo.
l. El misionero es testimonio de alegría que convence.
m. El misionero cuida la fe católica de sus hermanos y lucha por incrementarla en su propia vida.

Para profundizar:
Los caminos de la misión

Los laicos son misioneros

Espiritualidad Misionera

II. Las cualidades de los apóstoles de la Nueva Evangelización

Para salir a predicar el Evangelio es necesario ante todo formar un corazón apostólico. Y hay que recordar que se es apóstol desde dentro.

Se es apóstol, como lo fue San Pablo, por vocación, porque Cristo nos ha llamado a extender su Reino, porque la vocación cristiana es esencialmente vocación al apostolado, porque quien ha renacido como hombre nuevo en Cristo por el bautismo, se compromete a dar testimonio de Él ante los demás. Se es apóstol en la medida en que el hombre está unido a Cristo por la gracia, y se identifica con su misión redentora.

La urgencia del apostolado viene desde dentro, desde el amor que cada uno de ustedes profese a Cristo en su corazón. Ser apóstol es, pues, un componente esencial del ser cristiano. Por ello, predicar el Evangelio no es una tarea más al lado de otras muchas. Es la misión en torno a la cual el cristiano debe polarizar su vida. No se es apóstol por horas o por días. O se es apóstol o no se es. O se tiene mensaje o no se tiene.

Para formar un corazón de apóstol, les aconsejo que pasen largos ratos a los pies de Cristo Eucaristía.

Sólo el amor a Cristo da la fuerza para «salir de sí mismo». Salir de sí: ésta es la condición indispensable para «salir a predicar».

El mejor apóstol es quien logra ser una imagen de Cristo. Entonces la vida misma es predicación y la evangelización es el testimonio de una vida plenamente fundada en el Evangelio.

Movido por el amor a Cristo, el apóstol es luchador, es militante. El apóstol concibe su misión como una lucha constante contra las fuerzas del mal que existen tanto dentro como fuera de él. Es el Señor quien da la fuerza para pelear en este combate. Y es Él también quien da la victoria y la recompensa.

El apóstol es magnánimo. Sabe que ha sido llamado por Cristo para cosas grandes y que no tiene tiempo para detenerse en lamentaciones o pequeñeces, ni puede distraerse en lo que no sea esencial. El apóstol debe tener ante todo un gran corazón en donde quepa todo el mundo, pues a todo el mundo ha sido enviado a predicar. Su espíritu ha de estar siempre a la altura de la misión encomendada. Grandes deben ser sus aspiraciones, grandes sus deseos de lucha, grande su capacidad de amar y de donarse.

El apóstol es tenaz, fuerte y perseverante. El apóstol ha de ser tenaz para no desistir del esfuerzo; fuerte para combatir sin desmayo hasta el final, hasta el «todo está consumado»; perseverante para no dejarse vencer por el capricho o la veleidad. Sólo una voluntad firme y bien disciplinada, fundada en el señorío de los sentimientos y emociones, podrá perseverar hasta lograr el objetivo.

La lucha será continua. Toda la vida hay que combatir. Por ello, se necesitan apóstoles convencidos de la necesidad de la laboriosidad y de la paciencia como componentes intrínsecos de su misión; hombres habituados a la tenacidad esforzada.

El apóstol es realista. El apóstol no puede dejar de ver con claridad cuál es la situación real del campo que le toca evangelizar, ni la de su propia vida, ni las circunstancias concretas en que debe de trabajar. Trabajar con realismo es trabajar con inteligencia, apoyándose en el conocimiento de las dificultades que entraña la consecución de los objetivos y de los elementos positivos con que cuenta para lograrlos.

El apóstol es eficaz en su labor. La eficacia del apóstol viene del hecho de que se compromete a hacer todo lo posible, humanamente hablando, para cumplir con la misión que Cristo le confía. No se detiene ante costos ni sacrificios. Para él no existen obstáculos infranqueables. Sabe que debe poner al servicio del Reino sus mejores talentos y que la causa del Evangelio no le permite trabajos ni rendimientos a medias.

El apóstol es organizado. Trabaja siempre de manera sistemática, ciñéndose a un programa que él mismo se ha trazado. La organización permite al apóstol rendir al máximo en su trabajo pues trabajar es el arte de la eficacia. Todo esto requiere reflexionar antes de actuar, trazar objetivos, analizar dificultades, planear estrategias, proponer soluciones, ponerlas en acción y evaluar los resultados.

El apóstol está atento a las oportunidades. No pierde la mínima oportunidad que le prepara la providencia para hacer el bien y difundir el mensaje de Cristo.

El apóstol es sobrenatural en sus aspiraciones. Al apóstol no le basta la visión humana de la realidad. Debe saber percibir la presencia misteriosa de Dios que lo invita continuamente a lazarse más allá de lo que parecería humanamente aconsejable. Emprende obras de envergadura basado en la convicción de que Dios le dará las gracias para realizarlas. Las aspiraciones y los criterios del apóstol no son los de este mundo. Son los del Evangelio. Quien vive así tiene asegurado el triunfo y contagia a los demás su convicción.

¿Cómo evangelizar en Instagram?

Que hacer para evangelizar más (y algunos tips de lo que no debemos hacer)

Instagram superó a Twitter para convertirse en la segunda red social. He visto allí una auténtica masa de gente intentando -con buenas intenciones- evangelizar. Sin embargo, creo que la mayor parte de ellos tienen menos éxito del que podrían porque no han comprendido el medio lo bastante como para transmitir un mensaje que sea atractivo en ese medio. Sí, yo estoy en Instagram, y admito que no soy perfecto al usarlo para evangelizar.

En este artículo utilizo el término «evangelizar» de forma más genérica que en cualquier otro sitio: referido a la idea no sólo de llevar el Evangelio a quienes no lo conocen, sino también de apoyar a quienes creen con plenitud y llevan una vida cristiana.

Lo dividiré en tres partes: malas formas de evangelizar, principios importantes sobre Instagram que afectan a cómo lanzar ahí el mensaje, y ejemplos de personas que evangelizan en Instagram.

Algunos fallos.

-He visto un buen número de cuentas que se centran en asuntos políticos (visto desde el otro lado: tengo las mismas oportunidades de molestar) y luego ocasionalmente añaden citas bíblicas que parecen apoyar su posición. Los laicos deben implicarse en política para cambiar su país para bien, pero uno debe reconocer cuándo su objetivo es político y no religioso.

-He visto gente que postea imágenes de temas religiosos, y luego un selfie que sugiere falta de virtud (no entraré en detalles).

Otros sólo postean cosas de baja calidad. Por ejemplo, imágenes en blanco y negro de su Biblia de siempre (creo que eso puede ser ocasionalmente un buen post, pero si esos son todos tus posts… tus aportaciones se hacen muy aburridas), o postean imágenes borrosas de objetos religiosos o celebraciones religiosas.

-Otro error es el de quien postea cantidades enormes de memes: unos son positivos, y otros despellejan a los demás. El cristianismo, sin embargo, es un mensaje positivo, así que los memes que despellejan a los demás alejan del mensaje.

Para comprender cómo evangelizar, hay que fijarse en por qué va la gente a Instagram. Instagram no va de acontecimientos de actualidad: a diferencia de otras redes sociales, no pueden enlazarse blogs o artículos desde Instagram. Instagram, al menos en general, no va de debatir sobre temas políticos, cuestiones provida o  el ateísmo: más bien parece pensada para ser anti-polémica.

Creo que hay dos razones principales por las que la gente va a Instagram. En primer lugar, la gente va a Instagram para ver fotos de lo que están haciendo sus amigos. En segundo lugar, la gente va a Instagram buscando belleza, lo que se manifiesta de muchas formas diferentes, con posts de comida, de moda, de arquitectura, de fotografía, etc. Creo que cada una de esas razones nos abre una oportunidad para evangelizar.

Para evangelizar a los amigos, todo lo que tienes que hacer es ser espontáneamente positivo sobre la fe. Postea una foto de la excelente pizza que te comiste, y luego una foto de grupo que te guste de tu pequeño círculo de la parroquia, luego tu mascota, luego un versículo de la Biblia, etc. Este método debería consistir principalmente en posts personales y sólo poner versículos de la Biblia o material inspiracional que te inspire a ti. De esta forma, Instagram es simplemente una extensión de la amistad evangelizadora que Matthew Kelly propone con elocuencia en Rediscover Catholicism [Redescubre el catolicismo]. He visto algunos grandes ejemplos de ella, pero no los he conservado, por eso no los enlazo aquí.

Para evangelizar la belleza, necesitamos descubrir esa belleza. Este tipo de evangelización requiere un talento especial. Ese talento consiste en descubrir la belleza que ya está ahí. Dos personas en Instagram han hecho esto particularmente bien, y ocupan los lugares segundo y tercero, tras el Vaticano, en mi lista de los Top 12 instagrameros católicos.

En primer lugar, una chica de Dallas (Texas) que hace catholic_teen_posts [posts católicos adolescentes]. Ella capta lo que es bello en nuestra fe católica y es capaz de ponerlo en forma de meme. Lo que encuentro digno de atención es que ella expone constantemente belleza, jamás fealdad. Esto no significa que nunca argumente, y por ejemplo un reciente post decía: «Somete tu argumento pro-abortista a la prueba de añadir ´y por tanto, está muy bien matar niños´. Si no estás convencido de ello, entonces no pierdas tu tiempo posteando en un sitio provida». Esto desafía a la otra parte sin despreciarla.

En segundo lugar, el padre Jason Smith, LC es un sacerdote antiguo alumno de Arte y un gran fotógrafo. Postea imágenes extraordinariamente bellas de su vida diaria. (Nota: en mi cuenta le copio más a él que a la chica.) Capta la belleza física de una capilla o de una obra de misericordia, lo que te permite ver, a través de la belleza física, la belleza espiritual.

Espero que algunos de vosotros estéis inspirados para evangelizar más en Instagram. Si lo hacéis, por favor intentad evangelizar a vuestros amigos o evangelizar a través de la belleza.

Nuestra Señora del Rosario

La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción sobre los moros en la famosa Batalla de Lepanto…

Nuestra Señora del RosarioSanto Domingo busca las ovejas perdidas
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.

Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.

También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos envueltos.
Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.

La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo de Guzmán
La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.
Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.

Las promesas de la Virgen a los que recen el rosario
Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.
El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano

Esto es la Biblia: Episodio 8 – Génesis 8 y 9 . Termina el d

  1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
  2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
  3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
  4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
  5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
  6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
  7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
  8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
  9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
  10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
  11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
  12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
  13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
  14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
  15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

San Hugo de Génova, en la Orden de Malta al servicio de los enfermos

Hugo de Génova

Fue caballero, participó en las Cruzadas y a su regreso fue capellán del hospital de Génova, donde atendía a enfermos y peregrinos de Tierra Santa

Hugo Canefri nació en Castellazzo Bormida (Alessandria, Italia) a mediados del siglo XII en el seno de una familia socialmente importante. Su padre era Arnoldo Canefri. Su madre, Valentina di Fieschi, era hija del conde Hugo di Lavagna y hermana de Sinibaldo di Fieschi, que más tarde sería el papa Inocencio IV. El abuelo paterno había hecho donativos a la iglesia de Sant’Andrea di Gamondio.

Fue elegido caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta), aunque en esa época a sus miembros se les llamaba hospitalarios y sanjuanistas. Sin embargo, los datos biográficos apuntan a que nunca fue ordenado sacerdote. Vistió siempre, eso sí, el hábito negro (más tarde sería de otro color) con una cruz blanca de ocho puntas que recuerdan a las ocho bienaventuranzas.

El siglo XII es época de Cruzadas. En la primera Cruzada, Godofredo de Bouillón conquistó Jerusalén a los infieles en el año 1099. Entonces, el hospicio que se levantó junto al Santo Sepulcro para atender a los peregrinos, fue donado por el califa de Egipto, Husyafer, al beato fray Gerardo de Tenque, fundador de la Orden de Malta.

Tras esta primera Cruzada, ese lugar sirvió no solo como hospital de los cruzados heridos en la batalla, sino que también fue el origen de la Orden de Malta, bajo los auspicios del papa Pascual II, a petición de fray Gerardo.

Cuando Hugo se integra en la Orden, esta ya tiene medio siglo de vida y goza de gran prestigio. La formaban seglares y caballeros que habían hecho voto de defensa de la fe y de ayuda a los pobres, en latín tuitio fidei et obsequium pauperum, en los trabajos de enfermería. Los capellanes eran «una tercera clase» y se ocupaban de la atención pastoral. San Hugo participó en la tercera Cruzada junto a Conrado di Monferrato y al cónsul de Vercelli, Guala Bicchieri. Al regresar de estas campañas, fue nombrado capellán de la Encomienda del hospital de san Giovanni di Pré, en Génova.Entregado y penitente. Su vida entonces tomó otra ruta: la de la entrega plena al Señor en la oración y en la obra de caridad de atender a los enfermos y marginados de la ciudad, además de prestar cuidado a los peregrinos que iban o regresaban de Tierra Santa. Hugo no volvió a tomar las armas y su vida se hizo muy penitente: por ejemplo, dormía en el sótano, sobre una tabla de madera. A los que fallecían en el hospital, san Hugo de Génova se encargaba de darles sepultura con sus propias manos. Llamaba la atención su fe, su amabilidad con todo tipo de personas, su modestia y su piedad.

Milagros en vida

Se le atribuyen milagros en vida, como el haber logrado de Dios que hubiera agua para las lavanderas del hospital un día de mucho calor en que se había roto el suministro. También le vieron convertir, por su oración, el agua en vino en un banquete, como hizo Jesús en las bodas de Caná. Y salvó de la muerte a la tripulación de un barco que iba a naufragar. Hay testimonios de algunos fenómenos místicos que se producían cuando Hugo estaba en misa o en oración: entre otros, lo vieron el arzobispo de Génova y cuatro canónigos. San Hugo de Génova tuvo vida religiosa más de medio siglo y falleció el 8 de octubre del año 1233. Fue enterrado en la primitiva iglesia donde residía y sobre ella se erigió la de San Giovanni di Pré donde hoy siguen venerándose sus restos.

Su festividad se celebra el 8 de octubre.

Oración

Oh, Dios,

que otorgaste al bienaventurado Hugo de Génova

la gracia de perseverar en la imitación

de Cristo pobre y humilde,

concédenos, por su intercesión,

avanzar fielmente en nuestra vocación,

para llegar a la perfección que nos propusiste en tu Hijo.

Por nuestro Señor Jesucristo

Papa Francisco: Tómense en serio la lucha contra el demonio

Homilía en la Casa Santa Marta: Criterios para “discernir” la presencia del mal

JesúsDebemos siempre vigilar contra el engaño del demonio, dijo Francisco del 11 de octubre de 2013 en la Casa Santa Marta del Vaticano.

El Papa subrayó que no se puede seguir la victoria de Jesús sobre el mal “a medias” y reafirmó que no debemos confundir, relativizar la verdad en la lucha contra el demonio.

Jesús expulsa a los demonios, y alguien empieza a dar explicaciones “para disminuir la fuerza del Señor”.

El papa Francisco habló en la homilía, tomando el Evangelio de sobre la tentación de disminuir la figura de Jesús como  si fuese “como mucho un curandero”, pero sin tomarle “del todo en serio”. Una actitud, observó, que “ha llegado hasta nuestros días”.

“Hay algunos sacerdotes que cuando leen este pasaje del Evangelio, este y otros [sobre expulsión de demonios, n.d.r.], dicen: ‘Jesús curó a una persona de una enfermedad psíquica. No se lee esto aquí, ¿no? Es verdad que en aquel tiempo se podía confundir una epilepsia con la posesión del demonio; ¡pero es también cierto que existía el demonio! Y no tenemos derecho a simplificar tanto las cosas, diciendo: ‘Todos estos no estaban endemoniados; eran enfermos psíquicos’. ¡No! La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia y la Biblia acaba también con la presencia del demonio, con la victoria de Dios sobre el demonio”.

Por esto, advirtió, “no debemos ser ingenuos”.

¿Cómo descubrir el mal?

El Papa dijo que el Jesús nos da algunos criterios para “discernir” la presencia del mal y para ir por el “camino cristiano cuando hay tentaciones”.

Uno de los criterios es “no seguir la victoria de Jesús sobre el mal” solo “a medias”. “O estás conmigo –dice el Señor– o estás contra mí”.

Jesús, añadió, vino a destruir al demonio, “a darnos la liberación” de la “esclavitud del diablo sobre nosotros”. Y, advirtió, no se puede decir que así “exageramos”.

“En este punto –dijo– no hay medias tintas. Hay una lucha, y una lucha en la que se juega la salud, la salud eterna, la salvación eterna” de todos nosotros.

Está después el criterio de la vigilancia. “Debemos ser vigilantes siempre –exhortó el Papa– vigilar contra el engaño, contra la seducción del maligno”.

“Y podemos preguntarnos: ‘¿Yo me vigilo a mí, mi corazón, mis sentimientos, mis pensamientos?

¿Guardo el tesoro de la gracia? ¿Guardo la presencia del Espíritu Santo en mí? ¿O lo dejo estar, seguro, creo que voy bien?’». «Si no guardas, viene el que es más fuerte que tú. Pero si llega uno más fuerte que él y le gana, le quita las armas en las que confiaba y se reparte el botín. ¡La vigilancia!».

«Tres criterios, ¡eh!

No confundir la verdad. Jesús lucha contra el diablo: primer criterio.

Segundo criterio: quien no está con Jesús, está contra Jesús. No hay enseñanzas a medias.

Tercer criterio: la vigilancia de nuestro corazón, porque el demonio es astuto. ¡Nunca se le expulsa para siempre! Sólo lo será el último día”.

Siempre alerta

Cuando el espíritu impuro sale del hombre, recordó el Papa, “vaga por lugares desiertos, buscando alivio, y al no encontrarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde he salido’». «Y cuando la encuentra “barrida y en orden”, entonces va, “toma a otros siete espíritus peores que él, vienen y moran en ella”. Y así, “la última situación de ese hombre se vuelve peor que la primera”.

“La vigilancia, porque su estrategia es esa: ‘Tú te has hecho cristiano, sigue adelante en tu fe, yo te dejo, te dejo tranquilo. Pero después, cuando te has acostumbrado y no vigilas tanto y te sientes seguro, yo vuelvo’».

«El Evangelio de hoy comienza con el demonio expulsado y termina con el demonio que vuelve. San Pedro lo decía: ‘Es como un león feroz, que gira a nuestro alrededor’. Es así». «‘¡Pero, Padre, usted está un poco anticuado! Nos asusta con estas cosas …’. No, ¡yo no! ¡Es el Evangelio! Y esto no son mentiras: ¡es la Palabra del Señor!». «Pidamos al Señor la gracia de tomar en serio estas cosas. Él ha venido a luchar por nuestra salvación. ¡Él ha vencido al demonio! ¡Por favor, no hagamos tratos con el demonio! Él busca volver a casa, tomarnos en posesión … ¡No relativizar, vigilar! ¡Y siempre con Jesús!”.