Las lecturas de la eucaristía de la Cristo Rey, nos hablan de Jesús, como Pastor solícito, Rey misericordioso y Juez justo. Jesús es el Gran Pastor del Pueblo de Dios porque ha dado la vida por sus ovejas, es verdaderamente Rey universal porque ha sido el único hombre que ha hecho incomparablemente mejor el oficio de ser persona. Dios ya había hecho «el hombre rey de lo que había creado» pero la historia nos dice que este ha hecho de sí mismo un tirano y se ha comportado con la naturaleza de idéntica manera.
El Padre ha dado a él el juicio porque él, abrazando la condición humana, ha vivido todos sus límites, a sufrido sus tentaciones pero no ha caído en ningún momento en la maldad del pecado porque ha confiado siempre en Dios y se ha mantenido humilde y respetuoso ante él. Jesucristo ha demostrado al género humano que ser persona, de acuerdo con el plan amoroso de Dios, es posible, no es fácil pero tampoco difícil, es poner; y en su providencia, conociendo nuestra debilidad, nos ha dejado como remedio a este mal radical del egoísmo que nos domina, el don de la misericordia. ¿Por qué la misericordia y no otra do? Porque la misericordia nos hace humildes, más personas. Ejerciendo la misericordia tenemos una oportunidad muy personal de experimentar, de alguna manera, el amor viviente que es Dios mismo. Y este amor es lo que puede ir transformando nuestro ego pagado de sí mismo en un yo liberado y liberador, en un yo en comunión fraterna con todos los demás.
Bruno, Santo
Memoria Litúrgica, 6 de octubre
Fundador de los Cartujos
Martirologio Romano: San Bruno, presbítero, que, oriundo de Colonia, en Lotaringia, enseñó ciencias eclesiásticas en la Galia, pero deseando llevar vida solitaria, con algunos discípulos se instaló en el apartado valle de Cartuja, en los Alpes, dando origen a una Orden que conjuga la soledad de los eremitas con la vida común de los cenobitas. Llamado por el papa Urbano II a Roma, para que le ayudase en las necesidades de la Iglesia, pasó los últimos años de su vida como eremita en el cenobio de La Torre, en Calabria (1101).
Fecha de canonización: Su culto fue aprobado por el Papa León X y luego confirmado por el Papa Gregorio XV en el año 1623.
Etimologicamente: Bruno = «fuerte como una coraza o armadura metálica» (Brunne, en alemán es coraza).
Breve Biografía
Este santo se hizo famoso por haber fundado la comunidad religiosa más austera y penitente, los monjes cartujos, que viven en perpetuo silencio y jamás comen carne ni toman bebidas alcohólicas.
Nació en Colonia, Alemania, en el año 1030. Desde joven demostró poseer grandes cualidades intelectuales, y especialísimas aptitudes para dirigir espiritualmente a los demás. Ya a los 27 años era director espiritual de muchísimas personas importantes. Uno de sus dirigidos fue el futuro Papa Urbano II.
Ordenado sacerdote fue profesor de teología durante 18 años en Reims, y Canciller del Sr. Arzobispo, pero al morir éste, un hombre indigno, llamado Manasés, se hizo elegir arzobispo de esa ciudad, y ante sus comportamientos tan inmorales, Bruno lo acusó ante una reunión de obispos, y el Sumo Pontífice destituyó a Manasés. Le ofrecieron el cargo de Arzobispo a nuestro santo, pero él no lo quiso aceptar, porque se creía indigno de tan alto cargo. El destituido en venganza, le hizo quitar a Bruno todos sus bienes y quemar varias de sus posesiones.
Dicen que por aquel tiempo oyó Bruno una narración que le impresionó muchísimo. Le contaron que un hombre que tenía fama de ser buena persona (pero que en la vida privada no era nada santo) cuando le estaban celebrando su funeral, habló tres veces. La primera dijo: «He sido juzgado». La segunda: «He sido hallado culpable». La tercera: «He sido condenado». Y decían que las gentes se habían asustado muchísimo y habían huido de él y que el cadáver había sido arrojado al fondo de un río caudaloso. Estas narraciones y otros pensamientos muy profundos que bullían en su mente, llevaron a Bruno a alejarse de la vida mundana y dedicarse totalmente a la vida de oración y penitencia, en un sitio bien alejado de todos.
Teniendo todavía abundantes riquezas y gozando de la amistad de altos personajes y de una gran estimación entre la gente, y pudiendo, si aceptaba, ser nombrado Arzobispo de Reims, Bruno renunció a todo esto y se fue de monje al monasterio de San Roberto en Molesmes.
Pero luego sintió que aunque allí se observaban reglamentos muy estrictos, sin embargo lo que él deseaba era un silencio total y un apartamiento completo del mundo. Por eso dispuso irse a un sitio mucho más alejado. Iba a hacer una nueva fundación.
San Hugo, obispo de Grenoble, vio en un sueño que siete estrellas lo conducían a él hacia un bosque apartado y que allá construían un faro que irradiaba luz hacia todas partes. Al día siguiente llegaron Bruno y seis compañeros a pedirle que les señalara un sitio muy apartado para ellos dedicarse a la oración y a la penitencia. San Hugo reconoció en ellos los que había visto en sueños y los llevó hacia el monte que le había sido indicado en la visión. Aquel sitio se llamaba Cartuja, y los nuevos religiosos recibieron el nombre de Cartujos.
San Bruno redactó para sus monjes un reglamento que es quizás el más severo que ha existido para una comunidad. Silencio perpetuo. Levantarse a media noche a rezar por más de una hora. A las 5:30 de la mañana ir otra vez a rezar a la capilla por otra hora, todo en coro. Lo mismo a mediodía y al atardecer.
Nunca comer carne ni tomar licores. Recibir visitas solamente una vez por año. Dedicarse por varias horas al día al estudio o a labores manuales especialmente a copiar libros. Vivir totalmente incomunicados con el mundo… Es un reglamento propio para hombres que quieren hacer gran penitencia por los pecadores y llegar a un alto grado de santidad.
San Hugo llegó a admirar tanto la sabiduría y la santidad de San Bruno, que lo eligió como su director espiritual, y cada vez que podía se iba al convento de la Cartuja a pasar unos días en silencio y oración y pedirle consejos al santo fundador. Lo mismo el Conde Rogerio, quien desde el día en que se encontró con Bruno la primera vez, sintió hacia él una veneración tan grande, que no dejaba de consultarlo cuando tenía problemas muy graves que resolver. Y aun se cuenta que una vez a Rogerio le tenían preparada una trampa para matarlo, y en sueños se le apareció San Bruno a decirle que tuviera mucho cuidado, y así logró librarse de aquel peligro.
Por aquel tiempo había sido nombrado Papa Urbano II, el cual de joven había sido discípulo de Bruno, y al recordar su santidad y su gran sabiduría y su don de consejo, lo mandó ir hacia Roma a que le sirviera de consejero. Esta obediencia fue muy dolorosa para él, pues tenía que dejar su vida retirada y tranquila de La Cartuja para irse a vivir en medio del mundo y sus afanes. Pero obedeció inmediatamente. Es difícil calcular la tristeza tan grande que sus monjes sintieron al verle partir para lejanas tierras. Varios de ellos no fueron capaces de soportar su ausencia y se fueron a acompañarlo a Roma. Y entonces el Conde Rogerio le obsequió una finca en Italia y allá fundó el santo un nuevo convento, con los mismos reglamentos de La Cartuja.
Los últimos años del santo los pasó entre misiones que le confiaba el Sumo Pontífice, y largas temporadas en el convento dedicado a la contemplación y a la penitencia. Su fama de santo era ya muy grande.
Murió el 6 e octubre del año 1101 dejando en la tierra como recuerdo una fundación religiosa que ha sido famosa en todo el mundo por su santidad y su austeridad. Que Dios nos conceda como a él, el ser capaces de apartarnos de lo que es mundano y materialista, y dedicarnos a lo que es espiritual y lleva a la santidad.
Poner todo lo que soy delante de Dios
Santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4. Miércoles XXVII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, siento que no te conozco. Si te pido humildemente el don de conocerte mejor, ¿me escucharás? Dios, Tú eres bueno, eres la Bondad misma. Confío en ti. Confío que me otorgarás el don de conocerte mejor. ¡Ven Espíritu Santo!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11,1-4
Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”.
Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Tantos, tantos cristianos ha habido en esta tierra de los cuales se dice que hablaban con Dios. Los llamamos santos. Son modelos de vida. Maestros de oración. Unos pasaban horas delante de Cristo en el Sagrario. Otros lo alababan entre paisajes que reconocían como la creación de Dios. Disfrutaban con Él. Lloraban con Él. En Él colocaban su cansancio, con Él desahogaban todo su ser. Con Él estaban verdaderamente. Y Él estaba verdaderamente con ellos.
Yo tengo un deseo de aprender a orar así. De aprender a orar, a hablar como hablo con cualquier persona. De contarle a Dios tantas cosas. De abandonar el formalismo de una tradición, que no sé cómo se formó, para presentarme verdaderamente como soy delante de Él. A veces dudo que pueda lograrlo. Tantas veces me regresa una intuición, que no sé por qué me creo, de que no seré capaz de orar como los santos… pero, ¿es que debo orar «como los santos»?
Ante todo, ¡debo orar como yo soy! Si soy apasionado, entonces pongo mi pasión delante de Dios. Si estoy enojado, entonces es una persona enojada la que se presentará delante de Dios. Si estoy lleno de miedos, entonces será un «yo» lleno de miedos el que se presentará ante Dios. Me presentaré, en pocas palabras, a mí mismo tal cual como soy y me encuentro. Y no como lo haría el «otro», sino solo como lo haría yo. Después de todo, eso es lo que hacían y hacen los que han aprendido a orar. Ése es el camino, tan sencillo (y también a veces tan complicado) que se debe recorrer.
Señor, te pido la gracia de saber orar humanamente, no idealisticamente. De saber orar simplemente como soy yo. Gracias por querer enseñarme a orar.
«Nosotros a menudo rezamos a Jesús, rezamos al Padre, especialmente cuando rezamos el Padre Nuestro, pero no tan frecuentemente rezamos al Espíritu Santo. Es verdad ¿no? El olvidado. Y necesitamos pedir su ayuda, su fortaleza, su inspiración. El Espíritu Santo, que ha animado por entero la vida y el ministerio de Jesús, es el mismo Espíritu que hoy guía la existencia cristiana. La existencia de un hombre, una mujer, que se dicen y quieren ser cristianos. Poner bajo la acción del Espíritu Santo nuestra vida de cristianos y la misión, que todos hemos recibido en virtud del Bautismo, significa reencontrar la valentía apostólica necesaria para superar fáciles comodidades mundanas».
(Homilía de S.S. Francisco, 11 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré un momento para estar con Dios tal cual soy. No necesariamente le diré «cosas», quizás en ese momento no tendré nada que decir. Lo importante es que hoy quiero comenzar un camino (o continuarlo) en donde seré verdaderamente yo delante de Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
La oración en la vida Cristiana
La oración consiste en elevar el corazón a Dios. Cuando una persona ora, entra en una relación personal con Dios, en una relación de amistad con Dios.
1. ¿Qué es la oración?
La oración consiste en elevar el corazón a Dios. Cuando una persona ora, entra en una relación personal con Dios, en una relación de amistad con Dios.
La oración es la elevación del alma a Dios o la petición al Señor de bienes conformes a su voluntad. La oración es siempre un don de Dios que sale al encuentro del hombre. La oración cristiana es relación personal y viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo, que habita en sus corazones. (CIC-C #534)
El esfuerzo de orar diariamente es parte muy importante de la vida cristiana.
2. ¿Por qué vamos a hablar de oración en un curso de Teología, basado en el Catecismo de la Iglesia Católica?
Porque el Catecismo de la Iglesia Católica dedica una quinta parte (20%) de sus páginas al tema de la oración, en forma muy extensa y explícita.
Son tan detallados los capítulos que el Catecismo dedica a la oración, que hasta trae consejos prácticos para orar y también habla de los errores en que pueden caer los orantes.
Trata todas las formas de oración, inclusive la de la contemplación, que erróneamente se ha creído que está reservada para vocaciones especiales.
Así que, el tratamiento que da el Catecismo de la Iglesia Católica a la oración denota la importancia que le asigna el Magisterio de la Iglesia a este tema.
3. ¿Cómo se aprende a orar?
Como orar es parte sumamente importancia de la vida cristiana, es lógico preguntarse ¿cómo orar?
Orar no se aprende de la misma manera de materias que estudiamos, o técnicas que podamos aprender.
A pesar de que parezca extraño, orar se aprende orando. La oración es un don de Dios, pero extrañamente se obtiene orando.
En la forma de aprender la oración, ésta se parece más bien a la natación o a conducir un carro: hay que nadar para aprender a nadar, y para aprender a manejar un vehículo hay que manejarlo.
4. ¿Qué impulsa a las personas a orar?
Lo que de veras impulsa a las personas a orar es el deseo de Dios. Dios nos ha creado para El. Dios ha impreso en nosotros la necesidad de comunicarnos con El. Eso es la oración.
Aquéllos que no les gusta mucho la espiritualidad o el contacto con Dios, si les llega un momento de impotencia o angustia o soledad, es en esa situación cuando de manera casi natural y sin pensarlo mucho, claman a Dios.
No hay más que oír los testimonios de personas secuestradas, enfermos terminales, presos de manera injusta, etc. para darnos cuenta de cómo instintivamente buscaron a Dios.
Pero no hay que esperar estar en situaciones extremas para comunicarnos con Dios, porque Dios siempre está allí para quien quiera comunicarse con El.
A veces nos olvidamos de Dios. Vivimos como si Dios no existiera o no estuviera siempre con nosotros. Recordemos lo que aprendimos en la Primera Comunión: Dios está en todas partes. Y en todas partes significa también al lado nuestro.
Aunque neguemos a Dios o tratemos de evadirlo, El siempre está allí para nosotros. El nos busca antes de nosotros buscarlo a El. En eso consiste el don de la oración, en que Dios está siempre buscándonos.
Te sientes solo, no tienes con quien hablar. Y allí está Dios. El siempre está. El no se muda.
Estás en peligro y surge esa exclamación de impotencia, de ayuda. Y Dios está allí.
La oración es algo tan humano y tan necesario como comer, como respirar, como amar.
Todas las religiones y, de modo particular, toda la historia de la salvación, dan testimonio de este deseo de Dios por parte del hombre; pero es Dios quien primero e incesantemente atrae a todos al encuentro misterioso de la oración. (CIC-C #535)
5. ¿Por qué podemos decir que la oración es un privilegio?
Orar es un privilegio. La oración es un privilegio. Orar es hablar con Dios: decirle y escucharle. ¿Nos damos cuenta, entonces, el privilegio que significa que nosotros -simples creaturas- podamos dirigirnos a nuestro Creador para pedirle, para rogarle, para decirle cosas … y que El nos escuche?
La oración es uno de esos regalos inmensos y utilísimos que Dios nos ha dado y que no terminamos de apreciar ni de aprovechar suficientemente.
Consideremos algo: ¿Podemos hablar con el Papa? ¿Puede alguien lograr hablar con cualquier persona que se le ocurra, y de manera instantánea? ¡Y nosotros podemos dirigirnos a Dios cada vez que queramos y de manera instantánea! Ese privilegio lo tenemos los seres humanos con Dios.
La oración es un privilegio.
6. ¿Para qué sirve la oración?
La oración purifica. La oración nos ayuda a resistir las tentaciones. La oración nos da fortaleza en nuestras debilidades. La oración remueve el temor, aumenta nuestra fuerza, nos capacita para aguantar. La oración nos hace felices.
“El hombre no puede vivir sin orar, lo mismo que no puede vivir sin respirar” (Juan Pablo II).
«Si los pulmones de la oración y de la Palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, nos arriesgamos a ahogarnos en medio de las mil cosas de todos los días. La oración es la respiración del alma y de la vida». (Benedicto XVI, 25-4-2012)
El Papa Benedicto XVI hablaba de «la prioridad que debemos dar a Dios, a la relación con Él en la oración, tanto personal como comunitaria. Sin la capacidad de pararnos a escuchar al Señor, a dialogar con Él, se corre el riesgo de agitarse y preocuparse inútilmente por los problemas y las dificultades, incluidas las eclesiales y pastorales». (Benedicto XVI, 25-4-2012)
Benedicto XVI recordaba que los santos «han experimentado una profunda unidad de vida entre oración y acción, entre amor total a Dios y amor a los hermanos». (Benedicto XVI, 25-4-2012)
Por esta misma razón la Madre Teresa de Calcuta nos dice: “es necesario que encontremos el tiempo de permanecer en silencio y de contemplar, sobre todo si vivimos en la ciudad donde todo se mueve velozmente. Es en el silencio del corazón donde Dios habla” (Beata Teresa de Calcuta).
“La oración es la fundamentación de la vida espiritual” (Cardenal Nguyen Van Thuan).
“Muchas vocaciones están en crisis, no se realizarán. Muchas familias sufren dificultades, se separarán y se pelearán. Mucha gente pierde el gusto por la vida y el trabajo, están descontentos y vacíos. Y todo esto porque se ha abandonado la oración” (Beata Teresa de Calcuta).
La oración es la llave que abre nuestro corazón y nuestra alma al Espíritu Santo; es decir, a su acción de transformación en nosotros. Al orar, permitimos a Dios actuar en nuestra alma -en nuestro entendimiento y nuestra voluntad- para ir adaptando nuestro ser a su Voluntad. (cfr. Catecismo de la iglesia católica #2825-1827)
¿Cómo conocer y seguir la Voluntad de Dios? Orando de manera regular y frecuente. Así estamos en sintonía con Dios y conoceremos sus deseos.
7. ¿Por qué a veces se habla del camino de la oración?
La oración es un camino, un camino de relación personal con Dios. Santa Teresa de Jesús hablaba de un “camino de amistad con Aquél que sabemos nos ama”.
Y es un camino, porque esa relación con ese Amigo que sabemos nos ama nos llevará a una amistad muy íntima con El aquí en la tierra, la cual continuará para toda la eternidad.
8. ¿Por qué podemos decir que orar es una aventura?
Porque siendo la oración un camino, puede tener sus tropiezos, va a tener momentos de emociones, tendrá sus altibajos. Y tiene una meta, que es la unión con Dios.
El camino de la oración es toda una aventura: no conocemos todo lo que nos espera. Podemos atisbar algunas cosas, pero también habrá sorpresas.
Por eso la oración requiere un verdadero deseo de estar con el Amigo. Y ese deseo no basta que sea un deseo fugaz, sino una verdadera decisión, clara y firme, de relacionarse con el Amigo.
Y pueda que ese camino se dificulte a veces, pueden haber obstáculos y como es un camino hacia arriba, se hará estrecho y empinado.
Será una verdadera aventura hasta llegar a la meta de vivir con Dios y en Dios.
9. ¿Cuáles son las formas esenciales de oración cristiana? (CIC-C #550)
Las formas esenciales de oración cristiana son la bendición y la adoración, la oración de petición y de intercesión, la acción de gracias y la alabanza.
10. ¿Qué es la oración de bendición?
Una oración de bendición es aquélla que pide a Dios su bendición sobre nosotros. La forma más breve de esta oración es “Dios te bendiga”.
Sin embargo, las bendiciones de Dios están continuamente fluyendo hacia nosotros sus creaturas: su Misericordia, su Bondad, su cercanía, su atención… todo esto son bendiciones.
11. ¿Por qué debemos adorar a Dios?
Adoración es lo que hace la persona cuando se reconoce creatura de Dios y dependiente de El, su Creador.
Toda persona que comprenda esto y lo recuerde, está adorando a Dios.
Por eso quien adora a Dios se pone de rodillas ante El y hasta se postra en el suelo.
Esta actitud interior (en el corazón y en la mente) y exterior (con la postura) muestra la verdad de la relación entre Dios y el hombre: Dios es grande y nosotros somos pequeños.
Sin embargo, nunca es el hombre mayor que cuando se arrodilla o se postra ante Dios libremente.
¿Qué es adorar a Dios?
Es reconocerlo como nuestro Creador y nuestro Dueño Es reconocerme en verdad lo que soy: Adorar a Dios, entonces, es tomar conciencia = = = = = = = = = = = = = = = = Tú eres mi Creador, yo tu creatura,
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12. ¿En qué consiste la oración de petición?
La oración de petición tiene dos partes:
1º) la seguridad de que mi oración es escuchada por Dios y
2º) la total renuncia de una respuesta de Dios de acuerdo a mi plan.
Por eso se habla de la oración de entrega: me someto de antemano al plan de Dios para mí.
No busco mi voluntad sino la Voluntad de Dios.
Y la respuesta de Dios puede ser: Sí, No o aún No.
13. ¿Quiénes –especialmente-nos enseñan a orar así?
Jesús y la Virgen.
Cuando Jesús estaba a punto de morir, experimentó a los niveles más profundos el temor humano. Sin embargo oró así: «Abbá, o sea, Padre, si para Ti todo es posible, aparta de Mí esta copa. Pero no se haga lo que Yo quiero, sino lo que quieres Tú.» (Mc 14, 36). Nuestra oración debe ser así siempre, aun en los momentos de tribulación.
La respuesta de la Santísima Virgen María a Dios a través del Arcángel San Gabriel fue esta: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» (Lc 1, 38)
14. ¿Cuáles son las diversas formas de la oración de petición? (CIC-C #553)
La oración de petición puede adoptar diversas formas: petición de perdón o también súplica humilde y confiada por todas nuestras necesidades espirituales y materiales.
15. ¿En qué consiste la intercesión?(CIC #554)
La intercesión consiste en pedir en favor de otro.
La intercesión debe extenderse también a los enemigos. “Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos.” (Mt 5, 44-45)
El cristiano, entonces, debe orar por todos, por los que ama y son cercanos, por los que no son tan cercanos y aún por los enemigos.
16. ¿Por qué debemos dar gracias a Dios?
Todo lo que somos y tenemos nos viene de Dios. Pensemos bien: ¿qué tenemos que no nos viene de Dios?
La Iglesia da gracias especialmente en la Eucaristía, que significa acción de gracias.
17. ¿Qué significa alabar a Dios?
Dios no necesita nuestros aplausos. Pero nosotros sí necesitamos expresar espontáneamente nuestro gozo genuino por todo lo que Dios es y nos da.
Alabar a Dios es como piropear a Dios. El existe y es Bueno con nosotros. Y sus cualidades son maravillosas!
Y al alabar a Dios nos unimos a la alabanza eterna que sucede en el Cielo y que cantan los Ángeles y los Santos.
Esto es lo que hacemos en la Misa cuando rezamos o cantamos “Santo, Santo, Santo”, porque antes ha dicho el Sacerdote: “unidos a los Ángeles y Santos del Cielo, cantamos sin cesar el himno de tu gloria”.
18. En resumen: ¿Cuáles son las diversas formas de oración?
8. Adoración 7. Alabanza 6. Entrega 5. Agradecimiento 4. Reparación 3. Arrepentimiento 2. Intercesión 1. Petición |
19. ¿Por qué los cristianos adoptamos diferentes posturas al orar?
Los cristianos, especialmente los católicos, tenemos un lenguaje corporal en la oración, sobre todo esto se nota en las celebraciones litúrgicas: nos arrodillamos, juntamos las manos, hacemos genuflexiones, a veces estamos de pie.
Postura de pie ante Dios expresa reverencia (uno se pone de pie cuando entra alguien de más autoridad a un sitio ¿no?). También indica atención y disponibilidad. Por eso nos ponemos de pie para escuchar el Evangelio.
Manos extendidas: posición orante que indica alabanza.
Postura sentada ante la presencia de Dios indica que el cristiano escucha en su interior. Medita la Palabra de Dios en su corazón.
Postura de rodillas indica que la persona se hace pequeña ante la presencia de Dios infinito. Reconoce su total dependencia de Dios.
Postración: la persona adora a Dios.
Manos juntas: la persona se recoge dentro de sí y se une a Dios, evitando las distracciones exteriores. También indica el gesto inicial de petición.
Modos de orar de Santo Domingo
20. ¿Basta orar sólo cuando se tiene ganas de hacerlo?
No basta. Quien ora sólo cuando tiene ganas pareciera que no toma a Dios en serio. La oración requiere perseverancia y fidelidad, como cualquier relación de amor y amistad.
21. ¿Cómo se puede orar con la Biblia?
La Biblia es como un manantial de oración. Orar con la Palabra de Dios significa usar las palabras y los eventos de la Biblia para orar.
Con los Salmos oramos con las palabras de Espíritu Santo, pues los Salmos son inspirados por el Espíritu Santo.
Con diferentes pasajes de la Biblia podemos orar también. Se lee un pasaje o se toma un pasaje que hayamos oído en la Misa. Luego se medita sobre esto, es decir, se reflexiona sobre lo que Dios quiere decirnos con ese evento de la Sagrada Escritura.
22. ¿Cómo puede convertirse en oración mi itinerario del día?
Todo lo que sucede, cualquier encuentro que se dé, puede ser una ocasión de oración. Y, mientras más profundamente vivimos en atención a Dios y en su presencia, mejor podemos entender el mundo que nos rodea.
El que está unido a Dios desde las primeras horas de la mañana es capaz de bendecir a todas las personas, inclusive a sus enemigos.
A lo largo del día vas poniendo todos tus problemas en manos de Dios. Así tienes más paz en tu corazón e irradias esa paz. Tienes la paz del Cielo y la trasmites a los demás.
Cuando hay que tomar una decisión, te preguntas qué haría Jesús en tal situación.
Todo miedo cede con la presencia de Dios. Si estás cerca de Dios, estás fuerte en los momentos difíciles.
Das gracias y te alegras de todo lo bueno. Pero también soporta las dificultades con que tropiezas.
La idea es vivir en atención a Dios, dándote cuenta de que Dios está allí a tu lado. En eso consiste vivir en la presencia de Dios.
23. ¿Por qué necesitamos al Espíritu Santo cuando oramos?
Somos débiles pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos cómo pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como con gemidos. (Rom 8, 26)
El Espíritu Santo es nuestro maestro de oración. El Espíritu Santo vive en nosotros y con nosotros, y habla dentro de nosotros cuando oramos de veras. El Espíritu Santo ora en nosotros, realmente. Por eso debemos repetir mucho: Ven Espíritu Santo. Enséñame a orar. Ayúdame a orar.
24. ¿Dónde se puede rezar?
Se puede rezar en cualquier lugar. Sin embargo, un católico siempre buscará los sitios donde Dios “habita” de manera especial. Estos son sobre todo las Iglesias católicas, donde nuestro Señor está presente vivo, con todo su ser de Hombre y todo su ser de Dios.
Es importante, entonces, ir a estos lugares sagrados, donde Dios nos espera con su presencia viva.
Pero además es importante orar en cualquier parte: en el colegio, en la casa, en la oficina, en el metro, aún en una fiesta o en medio de amigos, bendiciéndolos a todos con nuestra oración.
25. ¿Cuándo se debe rezar?
Desde los primeros tiempos los cristianos oran al menos por la mañana y por la tarde. También en las comidas.
Quien no reza con regularidad seguro que no orará nunca.
Quien ama a una persona y ni siquiera toma contacto con esa persona durante el día, pronto dejará de amarla o no la ama de veras. Si la ama, constantemente le estará enviando mensajes y llamadas de atención y cercanía.
Así con Dios. En la mañana es necesario dedicar el día a Dios, ofrecerle las acciones y oraciones de ese día, pedir su bendición y su compañía durante el día.
Al final del día, pensar en qué cosas he hecho que no hubiera hecho Jesús y pedirle perdón por haberlo ofendido con esas acciones. Ponerse en sus manos y pedir su bendición nuevamente para la noche.
26. ¿Por qué decimos siempre en las oraciones litúrgicas “por Cristo nuestro Señor”?
Porque nuestra oración se dirige a nuestro Padre, a Papá Dios, pero llega a Él sólo si, al menos implícitamente, oramos en nombre de Jesús.
Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo. Y también haré lo que me pidan invocando mi Nombre. (Jn 14, 13-14)
ORACION
Gracias, Señor, porque podemos comunicarnos contigo
a través de la oración.
Gracias porque en cualquier momento y en cualquier sitio
podemos hablarte y Tú nos escuchas.
Gracias por el privilegio
que es la oración.
Gracias, Espíritu Santo, porque eres nuestro Maestro de Oración.
Gracias porque cuando
no sabemos cómo orar,
Tú nos indicas y nos guías.
Queremos imitarte, Jesús,
en tu oración de entrega a
la Voluntad del Padre.
Estimular una acción educativa que haga crecer la fraternidad universal
Con ocasión de la Jornada Mundial de los docentes instituida por la UNESCO.
El Papa Francisco se ha dirigido a los participantes del Encuentro Religiones y Educación y ha expresado “cercanía y gratitud a todos los docentes y, al mismo tiempo, nuestra atención por la educación”.
Por un Pacto Educativo Global
Francisco recordó que, el pasado 12 de septiembre de 2019, hizo un llamado para «dialogar sobre el modo en que estamos construyendo el futuro del planeta y sobre la necesidad de invertir los talentos de todos, porque cada cambio requiere un camino educativo que haga madurar una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora». Igualmente, el Papa retoma la finalidad de la iniciativa del Pacto Educativo Global: “reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”.
Una “alianza educativa”
“Hoy más que nunca, es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”, insiste el Papa, al mismo tiempo que advierte que “Si queremos un mundo más fraterno, debemos educar las nuevas generaciones «reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite”.
El Papa evidencia la necesidad de plantear que la formación integral “se resume en el conocerse a sí mismo, conocer al propio hermano, la creación y el Trascendente. No podemos ocultar a las nuevas generaciones las verdades que dan sentido a la vida”.
Religiones y educación
Las diferentes tradiciones religiosas han caminado juntas a lo largo de la historia, afirma el Papa, por eso, “Como en el pasado también hoy, con la sabiduría y la humanidad de nuestras tradiciones religiosas, queremos estimular una renovada acción educativa que pueda hacer crecer en el mundo la fraternidad universal”.
El Papa redefine la relación entre educación y religiones, insistiendo en que si antes, se estimularon las diferencias, hoy, “la educación nos compromete a no usar nunca el nombre de Dios para justificar la violencia y el odio hacia otras tradiciones religiosas, a condenar cualquier forma de fanatismo o de fundamentalismo y a defender el derecho de cada uno a elegir y actuar según su propia conciencia”.
Si en el pasado, en nombre de la religión se discriminaron diferentes minorías, hoy “la educación nos compromete a acoger al otro como es, no como yo quiero que sea, como es, y sin juzgar ni condenar a nadie”.
De igual manera, recuerda el Papa, que si “en el pasado los derechos de las mujeres, de los menores, de los más débiles no han sido respetados siempre, hoy nos comprometemos a defender con firmeza esos derechos y enseñar a las nuevas generaciones a ser voz de los sin voz (…) Y la educación debe llevarnos a comprender que hombres y mujeres son iguales en dignidad”.
Refiriéndose a nuestro papel como “custodios de la creación” y a la permisividad que hemos tenido al tolerar “la explotación y el saqueo de nuestra casa común, el Papa afirma: “la educación nos compromete a amar nuestra madre tierra y a evitar el desperdicio de alimentos y recursos, así como estar más dispuestos a compartir los bienes que Dios no ha dado para la vida de todos”.
Educar a la persona en su integralidad
El Papa insiste en que las diferentes tradiciones religiosas refuerzan su misión de educar cada persona en su integridad: “es decir, cabeza, manos, corazón y alma. Pensemos lo que sentimos y hacemos; sintamos lo que pensamos y hacemos; hagamos lo que sentimos y pensamos. La armonía de la integridad humana, es decir, toda la belleza de esta armonía”. El Papa finalizó su mensaje invitando a un momento de silencio para “pedir a Dios que ilumine nuestras mentes, para que nuestro diálogo sea fructífero y nos pueda ayudar a seguir con valentía los caminos de nuevos horizontes educativos”.
No es suficiente tener un empleo remunerado sino un trabajo digno y seguro
Preocupación de la Santa Sede ante el crecimiento económico que no ha beneficiado por igual a toda la sociedad
El arzobispo Bernardito Aúza, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York , intervino el pasado 10 de febrero en la 53 sesión de la Comisión por el desarrollo social. En su discurso, el nuncio destacó la preocupación de la Santa Sede ante el crecimiento económico que aún ofreciendo nuevos desafíos, no ha beneficiado por igual a toda la sociedad.
”Con el fin de ser sostenible y para el beneficio de todos, el desarrollo social debe ser ético, moral y estar centrado en la persona -dijo-. Debemos prestar atención a los indicadores que dan una imagen completa del bienestar de cada individuo en la sociedad, promoviendo al mismo tiempo políticas que fomenten un enfoque verdaderamente integral para el desarrollo de la persona humana en su conjunto”.
”No es suficiente tener un empleo remunerado sino un trabajo digno y seguro. Invertir en la educación, el acceso a servicios básicos de salud y la creación de redes de seguridad social son factores primarios para mejorar la calidad de vida de la persona y asegurar una distribución equitativa de la riqueza y de los recursos en la sociedad. Y sólo colocando a la persona humana en el centro del desarrollo y fomentando las inversiones y políticas que respondan a las necesidades reales, el progreso hacia la erradicación de la pobreza seguirá siendo permanente y la sociedad será más resistente a posibles crisis”.
El arzobispo señaló que la economía de mercado no existe para servirse a si misma sino para servir al bien común de toda la sociedad, y resaltó la importancia de prestar mayor atención al bienestar de los más vulnerables. A esto añadió que el desarrollo integral auténtico de la persona y la erradicación de la pobreza sólo puede lograrse centrándose en la importancia de la familia para la sociedad, y adoptando un enfoque estratégico basado en la verdadera justicia social, con el fin de ayudar a reducir el sufrimiento de millones de hermanos y hermanas. Para ello las políticas de desarrollo social deben aborda no sólo las necesidades de la vida económica y política, sino también la dimensión espiritual y moral de toda persona humana.
7 razones para ir de misiones.
No dejes pasar esta oportunidad de participar en las Megamisiones de este año, te aseguro que no te arrepentirás.
¿Aún no te decides a ir de Misiones en esta Semana Santa? Puede ser que estés dudoso y necesites de poderosas razones para tomar la maleta junto con el Evangelio y atender al llamado que hace la Iglesia de llevar a los rincones del mundo el mensaje de Jesucristo.
Dentro de mi vida como Misionero, he tenido la oportunidad de experimentar los beneficios de participar activamente en las Misiones de Semana Santa. En este año, estaré viviendo una nueva aventura, pero ahora en familia, con mi esposa y mi hija. Por lo cual, estoy muy emocionado y deseoso de compartirte algunas de las razones principales por las que debes decidirte a ir de Misiones.
1. Se refuerza la fe. No hay mejor manera de conocer y fortalecer tu fe que compartiéndola con los demás. La experiencia Misionera genera un conocimiento más profundo de Dios, de las almas y del llamado a dar a conocer el Evangelio a todo el mundo.
2. Unión familiar. Se practica de una manera muy especial. Es un apostolado donde padres e hijos trabajan juntos, desde la organización y durante las actividades de la Semana Santa. Una excelente oportunidad de convivencia fuera de la rutina y con el objetivo de que, juntos como familia, participen en la Misión de la Iglesia.
3. Santas amistades. La convivencia con otras familias que comparten intereses provoca extraordinarias amistades para el matrimonio y para los hijos. Los equipos misioneros están formados por personas que están en la misma sintonía. Esto porpicia amistades en un ambiente sano y por lo regular son amistades para toda la vida.
4. Vives una gran aventura. Llevar el Evangelio es una gran aventura, ahora imagina cargar con toda tu familia y unirte a esta Misión. Los niños y los adolescentes suelen ser los mas emocionados por el reto que representa llegar y establecerse (aunque sea sólo por una semana) en alguna comunidad con limitaciones. Lejos de causar desagrado, se produce un efecto de motivación por superar las incomodidades a las que se enfrentan.
5. Se refuerza la vocación. Cualquiera que sea, las Misiones provocan la práctica continua de la donación. Desde la organización, donde se tienen que dejar cosas a un lado por asistir a las sesiones de formación, invertir en los gastos de transportación, material, etc. El ir casa por casa para escuchar a las personas que ven en el Misionero la figura de Jesucristo que va a su encuentro, donando su tiempo para atenderlos. Cualquier vocación, ya sea al matrimonio o a la vida religiosa, es una práctica constante de donación y en las Misiones se vive esta actitud cada día.
6. Conoces la Misión de la Iglesia. Estoy seguro que aquellos que hablan y critican acerca de las “riquezas” de la Iglesia nunca se han dado la oportunidad de experimentar las Misiones. Al ser Misionero y convivir con la Iglesia del pueblo, te darás cuenta de las limitaciones que tienen, pero que a pesar de eso, la Misión de la Iglesia está muy alejada y es más grande que cualquier bien económico. Es simplemente llevar a Jesucristo y su Evangelio a las personas que más lo necesitan, sin ningún tipo de interés personal.
7. Llevar la paz. En esta cultura del descarte y de la violencia, llevas la palabra de Dios a personas que prácticamente han sido olvidadas por la sociedad, que las han arrinconado y privado incluso de servicios básicos. Tienes la oportunidad de ser un embajador de paz para aquellos a quienes las dificultades han atrapado en la desesperación y el dolor. Además, de que un Misionero puede llevar la paz a una comunidad dañada por el rencor, la pobreza y los vicios.
Tanto familias y jóvenes de todas las edades pueden hacer una gran contribución a la Misión de la Iglesia, pero más que nada, a las personas que con mucha alegría y esperanza desean que llegue el tiempo de Semana Santa para recibir a los Misioneros. Y aunque pareciera contradictorio, estas comunidades dan ejemplo y testimonio de lo que es la donación y la alegría de vivir el Evangelio. No dejes pasar esta oportunidad de participar en las Megamisiones de este año, te aseguro que no te arrepentirás.
Para más información: www.demisiones.org
Mes de Octubre – Mes del Rosario
El mundo actual, ahora más que nunca, necesita de MUCHOS ROSARIOS.
Después de la vacaciones hemos vuelto a los hábitos de siempre en nuestro diario vivir y trabajo pero en este mes podríamos añadir algo más a nuestro mejoramiento espiritual. Muchos lo saben….otros no. Este mes, es el mes del Rosario.
Rezar el rosario para algunas personas es un tiempo desperdiciado en una letanía de repetidas oraciones que en la gran mayoría están dichas de una manera distraída y maquinalmente. PERO NO ES ASÍ.
El hecho de ponernos a rezarlo ya es un acto de amor a la Madre de Dios. Es un súplica constante y repetida para pedir perdón y rogarle por nosotros y por todo el género humano en el presente y también en la hora de nuestra muerte.
12:18
Es meditar en los Misterios de la vida de Cristo, de suerte que el rosario es una especie de resumen del Evangelio, un recuerdo de la vida, de los sufrimientos y glorificación del Señor y una síntesis de su obra redentora. Ahora tenemos los jueves, por un deseo especial del Papa Juan Pablo II ,los Misterios Luminosos. El primero es El Bautismo de Jesús -El milagro en las bodas de Caná- El anuncio del Reino- La transfiguración en el monte Tabor y la Institución del Sacramento de la Eucaristía. Son maravilloso para una meditación hermosa y profunda.
Rezar el rosario es un método fácil y adaptable a toda clase de personas, aún las menos instruidas y una excelente manera de ejercitar la meditación en los actos más sublimes de la fe .
El Padrenuestro con el que se empieza cada Misterio es la oración que Cristo nos enseñó y quienes lo han penetrado a fondo no pueden cansarse de repetirlo. El Ave María, toda ella está centrada en el misterio de la Encarnación y es la oración más apropiada para honrar dicho Misterio. Aunque en esa oración hablamos directamente a la Santísima Virgen e invocamos su intercesión, esa oración es sobre todo una alabanza y una acción de gracias a su Hijo por el infinito amor que mostró al encarnarse.
La Santísima Virgen María, en sus repetidas apariciones ha sido la súplica más importante que en sus mensajes nos ha traído. Ella nos pide que recemos el santo rosario. Ella nos lo pide insistentemente porque su rezo tiene un gran valor.
Ella quiere que repitamos una y otra vez la súplica, la alabanza con la esperanza puesta en su inmenso amor por toda la humanidad.
Tal vez por lo repetido del rezo, la «loca de la casa» como le decía Santa Teresa a la mente, se nos vaya de aquí para allá en pertinaz distracción, pero aún así nuestro corazón y nuestra voluntad están puestos a los pies de la Madre de Dios y esas Ave-marías son como el incienso que sube en oscilantes volutas hasta el corazón de nuestra Madre la Virgen Santísima.
Nuestro mundo se está olvidando de rezar. Tenemos fe, creemos en Dios… pero no hablamos con EL. El mundo actual, ahora más que nunca, necesita de MUCHOS ROSARIOS. Hagamos un alto en nuestro diario vivir, quince minutos tan solo, y con seguridad el mundo y «nuestro mundo», será mejor.
San Bruno de Colonia, fundador de la Orden de los Cartujos
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Amaba el silencio de Chartreuse pero su obediencia al Papa lo llevó a Roma para aconsejarlo y a ayudar en los concilios de su tiempo
San Bruno nació en Colonia (Alemania) hacia el año 1030 y murió el 6 de octubre de 1101.
Según la tradición, pertenecía a la familia de los Hardebüst, una de las principales de la ciudad. Comenzó allí sus estudios y después los prosiguió en Reims (Francia). Se formó en Sagrada Escritura y estudió a fondo a los Padres de la Iglesia. Demostró talento para la filosofía y la poesía.
Regresó a Colonia y fue nombrado canónigo de san Cuniberto. En 1055 fue ordenado sacerdote. Al año siguiente el obispo Gervais le pide que vaya a Reims de nuevo, y un año más tarde dirigirá la escuela episcopal. Además, será ecólatra, es decir, supervisor de las escuelas de la diócesis.
Sufrió la injusticia de un obispo sucesor de Gervais, que era mala persona. Al ser denunciado por Bruno y otras dos personas ante el Papa, se vengó arrasando sus casas. Bruno tuvo que defenderse y en 1080 una sentencia clara del Papa obligó al obispo a retirarse, aunque encontró refugio en el emperador Enrique IV.
Con otros dos compañeros, Bruno decidió apartarse del mundo y llevar vida religiosa. Hicieron votos y fueron a Molesme, donde estaba san Roberto. Pero enseguida vieron que no era esa su vocación. Después de una corta estancia en Sèche-Fontaine, cerca de Molesme, dejó a dos de sus compañeros, Pedro y Lamberto, y fue con otros seis a encontrarse con Hugo de Châteauneuf, obispo de Grenoble.
Fundación de la Orden de la Cartuja
Hugo los reconoció enseguida y los identificó con los hombres que había visto en un sueño inspirado por Dios. Los llevó a Chartreuse (la Cartuja, cerca de Grenoble), en medio de las montañas. Bruno y su grupo construyeron un monasterio y así quedó fundada la Orden de la Cartuja. Estaban Landuino, Esteban de Bourg y Esteban de Die, canónigos de San Rufo, y Hugo el Capellán, “todos ellos los hombres más sabios de su tiempo”. Además, había dos laicos, Andrés y Guerin, que después serían los primeros hermanos legos.
Vivían especialmente la pobreza, la oración y el estudio.
Llamado a Roma
Entonces fue elegido papa Eudes de Châtillon, discípulo de san Bruno, que tomó el nombre de Urbano II (1088). Llamó a san Bruno a Roma y le pidió consejo en múltiples ocasiones. También le pidió ayuda en la preparación de concilios, siempre de manera muy discreta, y en la reforma del clero.
Tras muchas dificultades para lograrlo, el Papa concedió a san Bruno regresar a la vida de apartamiento en el monasterio. Sin embargo, no le permitió volver al Delfinado sino que le hizo quedar cerca, en la diócesis de Squillace (cerca de Calabria), por si lo necesitaba.
San Bruno entonces construyó allí una pequeña capilla de tablones y cabañas hechas con techo de barro. Roger, Gran Conde de Sicilia y Calabria y tío del Duque de Apulia, lo visitó a él y a sus compañeros en 1091 y les cedió las tierras que ocupaban. De ahí nació una estrecha amistad, que se plasmaría en algunas visitas de san Bruno a la familia del futuro rey de Sicilia, también llamado Roger como su padre. Igualmente el conde iba a las moradas de los religiosos, hasta el punto de que en 1095 hizo construir el monasterio de san Esteban y una casa de campo donde se alojaba él.
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Próximo a su muerte, después de ver fallecer a todos sus amigos, san Bruno hizo una última profesión de fe en la que subrayaba su fe en la Santísima Trinidad y en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, con lo que negaba las herejías de su siglo: el triteísmo de Roscelin y la empanación de Berengario.
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La fiesta de san Bruno se celebra el 6 de octubre.
Patronazgo
San Bruno es patrono de las vocaciones sacerdotales, de los que buscan a Dios en el silencio y de Eslovenia.
Oración atribuida a san Bruno
Tú, que eres mi Señor,
Tú, cuya voluntad prefiero a la mía.
No me es posible contentarme con palabras
al presentarte mi oración.
Escucha mi grito que te suplica como un inmenso clamor…
Tú, de quien me he constituido siervo:
Te ruego con perseverancia e insistiré en mi ruego,
hasta merecer alcanzar tu favor.
Pues no anhelo un bien de la tierra;
no pido más que lo que debo pedir:
sólo a Ti…
¡Ten piedad de mí!
Y pues inmensa es tu misericordia
y grande mi pecado, ten piedad de mí inmensamente
en proporción a tu misericordia.
Entonces podré cantar tus alabanzas,
contemplándote, Señor.
Te bendeciré con una bendición
que perdurará a lo largo de los siglos;
te alabaré con la alabanza y la contemplación,
en este mundo y en el otro,
como María, de quien nos dice el Evangelio,
que ha escogido la parte mejor.Amén.
El Papa: Atención con propuestas engañosas que quitan libertad
Antoine Mekary | ALETEIA
En la audiencia general, el Pontífice sostuvo que la libertad y la verdad deben inquietar el corazón del cristiano
El Papa Francisco ha invitado hoy a saber reconocer a los falsos profetas o a los predicadores anti-evangélicos que coartan la libertad del fiel.
“Una predicación que impidiera la libertad en Cristo nunca sería evangélica: tal vez sería pelagiana o jansenista o algo así, pero no evangélica.
Nunca se puede forzar en el nombre de Jesús, no se puede hacer a nadie esclavo en nombre de Jesús que nos hace libres. La libertad es un don que se nos ha dado en el bautismo”.
En la audiencia general del miércoles, 6 de octubre, en el aula Pablo VI, el Papa reflexionó sobre la libertad cristiana y la verdad.
Pablo quiere dejar en claro que es Cristo quien nos hace verdaderamente libres, y que hay que estar atentos para evitar propuestas engañosas que nos quitan esa libertad y nos someten al yugo de la esclavitud.
En su predicación, ha indicado que San Pablo experimentó en primera persona que la libertad es gracia y verdad.
La libertad cristiana es un don en cuanto fruto de la muerte y resurrección de Jesús, insistió el Papa.
Libertad y verdad
El segundo pilar de la libertad es la verdad, afirmó el Papa. Jesús – sostuvo- es “la verdad que nos hace libres” (cf. Jn 8,32). Sin embargo, vivir en la verdad no es fácil, es un camino arduo y fatigoso.
También en este caso, dijo, es necesario recordar que la verdad de la fe no es una teoría abstracta, sino la realidad de Cristo vivo, que toca directamente el sentido cotidiano y general de la vida personal.
La libertad entendida por los pequeños
El Papa expresó que la libertad es la verdad, que incluso algunos doctos o teólogos no entienden.
“Cuánta gente que no ha estudiado, ni siquiera sabe leer y escribir, pero ha entendido bien el mensaje de Cristo, tiene esta sabiduría que les hace libres. Es la sabiduría de Cristo que ha entrado a través del Espíritu Santo con el bautismo.
Cuánta gente vemos que vive la vida de Cristo más que los grandes teólogos por ejemplo, ofreciendo un testimonio grande de la libertad del Evangelio”.
Libertad nos inquieta
La libertad hace libres en la medida en que transforma la vida de una persona y la orienta hacia el bien, ha explicado el Papa. Pues, un cristiano que no vive una sana inquietud no será jamás libre.
“Para ser realmente libres necesitamos no solo conocernos a nosotros mismos, a nivel psicológico, sino sobre todo hacer verdad en nosotros mismos, a un nivel más profundo. Y ahí, en el corazón, abrirnos a la gracia de Cristo.
La verdad nos debe inquietar. Volvemos a esta palabra tan cristiana: la inquietud. Nosotros sabemos que hay cristianos que nunca se inquietan: viven siempre igual, no hay movimiento en su corazón, falta la inquietud. ¿Por qué?
Porque la inquietud es la señal de que está trabajando el Espíritu Santo dentro de nosotros y la libertad es una libertad activa, suscitada por la gracia del Espíritu Santo”.
Camino de la felicidad
Por esto, ha dicho el Papa que la libertad nos debe inquietar, nos debe plantear continuamente preguntas, para que podamos ir siempre más al fondo de lo que realmente somos.
Descubrimos de esta manera que el de la verdad y la libertad es un camino fatigoso que dura toda la vida.
“Un camino en el que nos guía y nos sostiene el Amor que viene de la Cruz: el Amor que nos revela la verdad y nos dona la libertad.
Y este es el camino de la felicidad. La libertad nos hace libres, nos hace alegres, nos hace felices”.
La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica.