.

 

 

LA CONSCIENCIA Y EL CONTACTO CON LA REALIDAD

Mirarlo todo dentro y fuera de usted, y cuando algo le sucede, verlo como si le estuviera sucediendo a otra persona, sin comentarios, sin juicios, sin actitudes, sin interferencias, sin intentos de cambiarlo, sólo de comprender. Cuando asuma esta actitud, empezará a caer en la cuenta de que se va desidentificando cada vez de su «mi». Santa Teresa de Avila dice que, hacia el final de su vida, Dios le concedió una gracia extraordinaria. No usa, por supuesto, esta expresión moderna, pero solamente se trata de la desidentificación de sí misma. Si otra persona tiene cáncer y no conozco a esa persona, eso no me afecta mucho. Si tuviera amor y sensibilidad, tal vez le ayudaría, pero eso no me afecta emocionalmente. Si usted tiene que presentar un examen, eso no me afecta mucho. Puedo ser muy filosófico al respecto y decirle: «Bueno, cuanto más se preocupe, peor será. ¿Mas bien por qué no descansa en vez de estudiar? » Pero cuando llega mi turno para presentar un examen, entonces es diferente, ¿no es así? La razón es que me identifiqué con el «mi»: con mi familia, con mi país, mis posesiones, mi cuerpo, mi ego. ¿Cómo sería si Dios me diera la gracia de no llamar a estas cosas «mías»?. Gozaría del desprendimiento; estaría desidentificado. Eso es lo que significa perderse a sí mismo, negarse a si mismo, morir a si mismo.

LA BUENA RELIGION:

LA ANTÍTESIS DE LA INCONSCIENCIA

Alguien me preguntó durante una conferencia: ¿Qué piensa sobre Nuestra Señora de Fátima?» ¿Qué opina de ella? Cuando me hacen preguntas como ésa, me acuerdo de aquella vez que llevaban la estatua de Nuestra Señora de Fátima en un avión a una peregrinación de veneración, y cuando volaban sobre el sur de Francia el avión empezó a bambolearse y a temblar y parecía que fuera a desbaratarse. y la milagrosa estatua gritó: ¡Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros!» Y todo se arregló. ¿No fue maravilloso? ¿una «nuestra señora» que ayuda a otra «nuestra señora»?

También había un grupo de mil personas que fueron en peregrinación a Ciudad de México a venerar el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y se sentaron delante de la estatua protestando porque el Obispo de la Diócesis había declarado a «Nuestra Señora de Lourdes» patrona de la Diócesis! Estaban seguros de que Nuestra Señora de Guadalupe» lo sentía mucho, de manera que estaban protestando en desagravio de la ofensa. Ése es el problema con la religión si uno no se cuida.

Cuando les hablo a los hindúes, les digo: «Sus sacerdotes no se alegrarán de oír esto»(fíjense lo prudente que estoy esta mañana), «pero, según Jesucristo, a Dios le agradaría más la transformación de ustedes que la adoración que le rindan. Le agradaría mucho más su amor que su adoración». Y cuando les hablo a los musulmanes, les digo: «Su ayatollah y sus mullahs no se van a alegrar de oír esto, pero a Dios le va a agradar mucho más que ustedes se transformen en personas llenas de amor que si dicen «Señor, Señor». Es infinitamente más importante que ustedes se despierten. Eso es la espiritualidad, eso es todo. Si ustedes lo logran, tienen a Dios. Entonces ustedes adoran «en espíritu y en verdad». Cuando ustedes se convierten en amor, cuando se transforman en amor.

El peligro de lo que puede hacer la religión se ve muy bien en una historia que contó el Cardenal Martini, Arzobispo de Milán. La historia es sobre una pareja de italianos que se van a casar. Se habían puesto de acuerdo con el párroco para hacer una pequeña recepción en el atrio de la parroquia, frente a la iglesia. Pero llovió, y no se podía hacer la recepción, de modo que le dijeron al sacerdote: «¿Podríamos hacer la celebración en la iglesia?

Al padre no le entusiasmó hacer una recepción en la iglesia, pero ellos le dijeron: «Comeremos un poco de torta, cantaremos una canción, tomaremos un poquito de vino y nos iremos a casa». De manera que el padre aceptó. Pero como eran italianos amantes de la vida, tomaron un poco de vino, cantaron una canción, luego tomaron otro poquito de vino y cantaron más canciones, y a la media hora había una gran celebración en la iglesia. Y todos se estaban divirtiendo mucho. Pero el padre estaba tenso, paseándose de un lado para otro en la sacristía, preocupado por el ruido que estaban haciendo. El coadjutor entró y le dijo:

– Veo que usted está muy tenso.
– Por supuesto que estoy tenso. ¡Oiga el ruido que están haciendo, y en la casa de Dios! ¡Santo Dios!.
– Pero padre, realmente no tenían a dónde ir.
-¡Ya lo sé! Pero, ¿Por qué tienen que hacer tanto ruido?
– Bueno, no debemos olvidar que el mismo Jesús asistió una vez a una boda! ¿No es verdad, padre?
– Yo sé que Jesucristo asistió a un banquete de bodas. ¡No es necesario que usted me diga que Jesucristo asistió a un banquete de bodas! ¡Pero no estaba allí el santísimo sacramento!

Miren: A veces el Santísimo Sacramento es más importante que Jesucristo: Cuando el culto es más importante que el amor, cuando la iglesia es más importante que el amor.
……………………………
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el reino de los cielos». Se ha escrito mucho sobre este asunto, pero es un tema tan importante para la vida de la Iglesia que siempre es necesario volver a él. El papa Francisco no cesa de exhortar a los cristianos a vivir las Bienaventuranzas, único camino de la verdadera felicidad y único medio también de reconstruir la sociedad.

El mundo de hoy está enfermo de su orgullo, de su avidez insaciable de riqueza y poder, y no puede curarse sino acogiendo este mensaje. Para ser fiel a la misión que le ha confiado Cristo de ser «la sal de la tierra» y «la luz del mundo» (Mt 6, 13-14), la Iglesia debe ser pobre, humilde, mansa, misericordiosa…

Hay una llamada muy fuerte hoy a oír esta enseñanza esencial de Jesús, que quizá no hemos comprendido verdaderamente aún ni puesto en práctica. Cuanto más avanza la Iglesia en su historia, más debe irradiar el espíritu de las Bienaventuranzas, para difundir «el buen olor de Cristo» (2 Co 2, 15). El Espíritu Santo quiere actuar hoy con fuerza en este sentido, hasta trastornar a veces a su Iglesia. Es absolutamente necesario que cada cristiano difunda el perfume del Evangelio, perfume de paz, de dulzura, de alegría y humildad.

Estoy cada vez más convencido de que la pobreza de espíritu es la clave de la vida espiritual, de todo camino de santidad y de toda fecundidad. Las Bienaventuranzas contienen una sabiduría luminosa y libertadora. Es sin embargo uno de los aspectos del Evangelio que más nos cuesta comprender y practicar. Incluso en el campo de la existencia cristiana, pensamos muy a menudo en términos de riqueza, de cantidad, de eficacia mensurable, mientras que el Evangelio nos invita a una actitud bien diferente.

UNA MIRADA DE CONJUNTO

Antes de entrar en cada una de las Bienaventuranzas, quisiera hacer algunas reflexiones sobre el conjunto.

Este pasaje evangélico no es fácil de comprender, es paradójico, e incluso chocante (cuando era joven sacerdote, tenía cierta dificultad para predicar sobre las Bienaventuranzas); pero poco a poco se da uno cuenta de que es un texto extraordinario, que contiene toda la novedad del Evangelio, toda su sabiduría y su fuerza para transformar en profundidad el corazón del hombre y renovar el mundo.

Es evidente que debemos leer estas palabras de Jesús en su contexto. El pasaje de las Bienaventuranzas se sitúa a continuación de los versículos de Mateo que nos describen la llegada de las multitudes que acuden de todas partes para escuchar a Jesús: «Recorría Jesús toda la Galilea enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria; y le traían a todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores, a los endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curaba. Y le seguían grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y del otro lado del Jordán».

Al ver estas multitudes, subió Jesús al monte, se sentó, se le acercaron sus discípulos y comenzó a enseñarles proclamando las Bienaventuranzas.

Las multitudes que acuden a Jesús tienen sed de curación, de luz, de felicidad. Él responde a esa sed; da a estas personas sufrientes una magnífica respuesta de felicidad, nueve veces repetida, pero en un lenguaje muy diferente del que se podría esperar. Lo que les propone no es una felicidad humana, según la imagen que se presenta habitualmente, sino una felicidad inesperada, encontrada en situaciones y actitudes que no van espontáneamente unidas a la idea de felicidad.

Veremos también que las primeras palabras de Jesús que siguen a las Bienaventuranzas son esas en que, mediante la imagen de la sal y la luz, evoca la gracia singular que reciben sus discípulos y a la que deberán ser fieles:

«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa. Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos».

 

 

Venceslao (Wenceslao) de Bohemia, Santo

Patrono de la República Checa, 28 de septiembre

Mártir

Martirologio Romano: San Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia (929/935).

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

Breve Biografía

Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses.

Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia.

Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.

 

 

Paciencia para mirar siempre más allá

Santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56. Martes XXVI del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Mi Dios, Tú eres la fuente de la verdadera sabiduría. Quiero conocerte y experimentarte para vivir siempre sabiamente.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56

Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?”. Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

La impaciencia es un defecto al cual todo hombre vive expuesto. Vivimos indispuestos a todo aquello que parece contraponerse a nuestro modo de vivir. La solución, sin embargo, no es sólo una relativista. Cuando una persona me dice «no quiero hacer lo que tú propones», la solución no siempre es decir: «Está bien. Hazlo cómo desees». El cristiano no es aquél que simplemente se desentiende de su entorno. No es el que dice «que todos hagan lo que quieran», con lo cual abre una puerta a la división.

Cristo me enseña a ser paciente. No manda fuego sobre aquellos que no recibieron su mensaje. Cristo sabe esperar. Sabe mirar hacia adelante. Es consciente de que, para enseñar a amar, se deben ofrecer muchas oportunidades. Me sirvo de una imagen: un pescador debe mantener siempre la caña en sus manos. Si la suelta por un momento podría perder a su presa. Si desea pescar, debe tenerla siempre firme. Aunque por mucho tiempo nada muerda su anzuelo, estará listo para el momento en que algún animal lo haga. La misericordia de Cristo consiste, no en olvidar y dejar fracasar todo, sino en ofrecer su mano al hombre una y otra vez, pero sin invadirlo.

Te pido la gracia, Jesús, de formar un corazón como el tuyo: Paciente y que mira siempre más allá.

«La Eucaristía forma en nosotros una memoria agradecida, porque nos reconocemos hijos amados y saciados por el Padre; una memoria libre, porque el amor de Jesús, su perdón, sana las heridas del pasado y nos mitiga el recuerdo de las injusticias sufridas e infligidas; una memoria paciente, porque en medio de la adversidad sabemos que el Espíritu de Jesús permanece en nosotros. La Eucaristía nos anima: incluso en el camino más accidentado no estamos solos, el Señor no se olvida de nosotros y cada vez que vamos a él nos conforta con amor». (Homilía de S.S. Francisco, 18 de junio de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscar recuperar una relación, una amistad o el contacto con alguna persona que he perdido por mi impaciencia. O entrar en contacto con alguien cuya relación sé que me costará. Siempre a ejemplo de Cristo.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

 

El Purgatorio: ¿Es biblico o un invento de la Iglesia?

4 razones para creer en su existencia

Pregunta:

Yo quisiera saber lo siguiente: El purgatorio, ¿Es un invento de la Iglesia Católica para hacer dinero o es una enseñanza de la Biblia que los cristianos debemos creer?

Respuesta:

En una sociedad y en un país donde hay muchas creencias diferentes sobre religión, es común que muchas personas católicas se sientan atacadas o cuestionados sobre su fe y algo que comúnmente quieren saber es porqué creemos en el purgatorio y si es algo con bases bíblicas. Veamos cuatro razones del por qué creer en él.

1.- Una enseñanza fundamentada en la Palabra de Dios.

Lo primero que hay que mencionar, es que hay pasajes bíblicos que hablan muy claramente sobre la realidad del purgatorio. Uno de ellos, y tal vez el principal, es cuando el Apóstol San Pablo nos habla sobre el día del juicio y sobre qué pasará con aquellas personas que tuvieron fe y sirvieron a Dios, pero que su obra no fue tan buena, él lo explica así:

«Un día se verá el trabajo de cada uno. Se hará público en el día del juicio, cuando todo sea probado por el fuego. El fuego, pues, probará la obra de cada uno. Si lo que has construido resiste el fuego, será premiado. Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Se salvará pero no sin pasar por el fuego». 1Cor 3,13-15

Notemos dos aspectos fundamentales de lo que San Pablo quiere enseñar acerca de un creyente en Dios: en primer lugar afirma que si la obra resiste al ser examinada la persona se salvará, en este caso se está refiriendo a un cristiano que va directamente a salvarse, sin necesidad de pasar por una purificación. Pero, inmediatamente agrega que hay otra situación donde la obra de la persona no resistió el juicio y no dice que se va a condenar, sino que ese cristiano tendrá que pagar o ser castigado y se salvará, pero como quien pasa por el fuego. Esto es precisamente el purgatorio, una purificación que algunos necesitarán para poder disfrutar plenamente de la amistad eterna con Dios.

No es un invento de la Iglesia como lo dicen algunos, sino la clara enseñanza de la Biblia por medio del Apóstol San Pablo que usa la figura de «salir, pagar, castigar o escapar a través del fuego» para enseñar acerca de la purificación. Así está escrito en todas la Biblias del mundo, en palabras muy similares. A esta realidad que la Sagrada Escritura nos muestra le llamamos purgatorio=purificación. Que esta palabra no venga en la Biblia no nos interesa, pues tampoco viene la palabra «Trinidad» ni «Encarnación» y el protestante las acepta. Lo que importa no es la palabra, sino la realidad de lo que significa, y en ese aspecto el Purgatorio está muy claro en la Sagrada Escritura.

2.- En el cielo no entrará nada manchado.

Al seguir estudiando la Biblia sobre este tema, encontraremos que la existencia del purgatorio es una consecuencia lógica de la Santidad de Dios, pues si Él es el tres veces santo(Is 6,3) o sea la plenitud de la santidad y perfección, entonces quienes estén junto a Él también deben de serlo(Mt 5,48), por eso, quien es fiel a Dios, pero no se encuentra en un estado de gracia plena a la hora de morir, no puede disfrutar del cielo porque la misma Biblia dice que en la ciudad celestial:

«No entrará nada manchado (impuro)» Ap 21,27

Entonces, si un cristiano no puede entrar al cielo por tener alguna mancha o impureza, ni tampoco sufrir el castigo eterno, es claro que tendrá que ´pagar´ en esta vida o en la otra. Esto está escrito en la Biblia: «Al que calumnie al Hijo del Hombre se le perdonará; pero el que calumnie al Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro» Mt 12,32.

Aquí Nuestro Señor Jesucristo habla de que hay pecados que no son perdonados en la otra vida; por lo tanto, hay otros que sí, ese es el sentido de la purificación o sufrimiento en el purgatorio y del porqué nosotros podemos orar (pedir) y ofrecer la Misa por ellos para que Dios tenga misericordia de esos hermanos difuntos que la necesiten, como el caso de Oniséforo mencionado en la Biblia (2 Tim 1,16-18).

3.- Desde los primeros siglos los cristianos creemos en su existencia.

El purgatorio como estado temporal de purificación fue creído desde el principio por los primeros cristianos que destacaron por su fe y santidad y a los cuales se les llama ´Padres de la Iglesia´, conozcamos lo que dijeron algunos de ellos sobre este tema:

• Año 211. Tertuliano: «Nosotros ofrecemos sacrificios por los muertos…»
• Año 307. Lactancio: «El justo cuyos pecados permanecieron será atraído por el fuego (purificación)…»
• Año 386. Juan Crisóstomo: «No debemos dudar que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo…».
• Año 580. Gregorio Magno: «Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador…».

Como te darás cuenta el testimonio histórico de ellos es de gran valor, pues de esta manera cualquier persona puede comprobar por sí misma buscando una biblioteca en los libros de historia del cristianismo donde ellos hablaban sobre esta enseñanza de la purificación=purgatorio.

4.- ¿Qué es el purgatorio?

Más que un lugar físico, es un estado de vida temporal para la persona que muere en gracia de Dios pero imperfectamente purificada, y donde, mediante el sufrimiento, se es purificado para disfrutar plenamente de la presencia de Dios. Es una persona salvada que vive en el amor de Dios y la salvación pero no de una manera plena.

El caso del malhechor al que Jesús le dice que estará con él en el paraíso, nos muestra que esa purificación en el sufrimiento algunos la tendrán aquí y otros la tendrán en la otra vida como lo menciona San Pablo (1 Cor 3,13-15) y que hemos comprobado en este tema. No se trata de pensar en llamas, sino en un tipo de sufrimiento por no tener plenamente a la persona que más nos ama en el mundo: Dios.

Cualquier persona que haya amado a un ser querido y que por alguna circunstancia la deja de ver por una temporada sabe del sufrimiento de no poder disfrutar por un tiempo del amor de esa persona. Sabe que está viva, que lo ama y que lo volverá a ver, pero al no tenerlo plenamente cerca experimenta alegría y a la vez un dolor y deseo de tenerlo cerca por siempre, cara a cara. Algo similar, pero de mayor intensidad y forma será la ´purificación´.

Así que estimado hermano, cuando muchos hermanos protestantes dicen que el purgatorio es un invento de la Iglesia simplemente lo dicen porque desconocen lo que la Biblia y la historia nos dice sobre ese aspecto. Muchos de ellos se salieron de la Iglesia Católica sin conocer la Biblia y ahora siguen allá igual, sin conocimiento de la misma. La leen mucho, pero la entienden poco. Lo peor es que el católico no la entiende nada, porque ni siquiera la lee. Qué increíble. Ya es tiempo de corregir esto.

Ánimo, estudia más la Palabra de Dios y decídete a luchar por ser un auténtico cristiano.

Para profundizar este tema te recomiendo el excelente Dvd de la Dra. Gloria Polo «Mi Juicio ante Dios» en este impactante testimonio comparte su experiencia al morir alcanzada por un Rayo, como Dios la juzgó, la realidad del cielo, el infierno y el purgatorio y su segunda oportunidad al regresar de nuevo.

Dios te siga bendiciendo en abundancia.

Si eres católico, no olvides que como cristianos que somos, debemos de buscar como renovar nuestra vida en Cristo(Jn 15,1-7) e impulsar nuestro apostolado para traer a mucha gente a los pies de Jesucristo(Mt 28,18-20) y no dejar esa labor a las sectas o iglesias protestantes que no poseen la plenitud de los medios de salvación.

Si eres evangélico, mormón o testigo de Jehová te invito a que conozcas en serio lo que es la fe cristiana(Ef 4,13), la BIblia(2 Tes 2,15) y la Iglesia de Cristo(Ef 5,25). Estudia la historia del cristianismo y ora para que Dios siga actuando en tu vida. Dios te ama y espera en el redil de plenitud que ha dejado: La Iglesia católica(Mt 16,18).

Yo simplemente deseo cumplir la voluntad de Dios en plenitud.(Mt 7,21-23) ¿Y usted…?

Yo creo, Señor; en Ti
que eres la Verdad Suprema.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades
que cree y espera mi Santa Madre
la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia,
fe en la que quiero vivir y luchar
fe en la que quiero morir.

 

 

Carta de S.S. Francisco con motivo del bicentenario de la Independencia de México

«La Morenita los lleve a la comunión y vida plena».

A su Excelencia Reverendísima
Mons. Rogelio Cabrera López
Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano
Querido hermano:

Con motivo del Bicentenario de la declaración de la Independencia, quiero hacerte llegar un cordial saludo, a ti y a los demás hermanos obispos, a las autoridades nacionales y a todo el Pueblo de México. Celebrar la independencia es afirmar la libertad, y la libertad es un don y una conquista permanente. Por eso, me uno a la alegría de esta celebración y, al mismo tiempo, deseo que este aniversario tan especial sea una ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores que los construyen como nación.

Para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos. Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización.

En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento. Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos, vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos.

El aniversario que están celebrando invita a mirar no sólo al pasado para fortalecer las raíces, sino también a seguir viviendo el presente y a construir el futuro con gozo y esperanza, reafirmando los valores que los han constituido y los identifican como Pueblo –valores por los que tanto han luchado e incluso han dado la vida muchos de vuestros antecesores– como son la independencia, la unión y la religión. Y en este punto, quisiera destacar otro acontecimiento que marcará sin duda todo un itinerario de fe para la Iglesia mexicana en los próximos años: la celebración, dentro de una década, de los 500 años de las apariciones de Guadalupe. En esta conmemoración, es bello recordar que, como lo expresó la Conferencia del Episcopado Mexicano en ocasión del 175º aniversario de la Independencia nacional, la imagen de la Virgen de Guadalupe tomada por el Padre Hidalgo del Santuario de Atotonilco, simbolizó una lucha y una esperanza que culminó en las “tres garantías” de Iguala impresas para siempre en los colores de la bandera. María de Guadalupe, la Virgen Morenita, dirigiéndose de modo particular a los más pequeños y necesitados, favoreció la hermandad y la libertad, la reconciliación y la inculturación del mensaje cristiano, no sólo en México sino en todas las Américas. Que ella siga siendo para todos ustedes la guía segura que los lleve a la comunión y a la vida plena en su Hijo Jesucrito.

Que Jesús bendiga a todos los hijos e hijas de México, y la Virgen Santa los cuide y ampare con su manto celestial. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí.

Fraternalmente,
Franciscus
Roma, San Juan de Letrán, 16 de septiembre de 2021

 

 

La adicción a la ira

La rabia o la furia es el más terrible grado de ira y lleva a la violencia, a la agresión

Ud. habrá oído hablar de la adición al alcohol, al juego, a la comida, a las drogas, a comprar cosas. Pues también hay personas que tienen adición a la ira. La ira es un estado emocional normal. Cuando a uno le pisan el pie, brinca. En ese caso la ira es un sentimiento normal, con ciertos límites.

Cristo se airó en el Templo, sintió ira, porque habían convertido la casa de Dios en cueva de ladrones. Cuando vinieron los niños a El y los apóstoles no les dejaron que se acercaran, el Señor se enojó. Esa es la ira normal, es una reacción normal.

Hay otro grado al cual puede llegar la ira que es lo que llamamos «la rabia», la furia. Ese es un grado muy grande de ira, la ira normal no lleva a la agresión . Puede ser una agresión de palabra, que tampoco está bien, pero la rabia es una forma muy fuerte de sentir ira. Es la más terrible y lleva a la violencia, a la agresión.

No hay que confundir ira o rabia con resentimiento. En el resentimiento hay su parte de ira también, que la persona va almacenando, en lugar de soltarla. Esta piensa en lo que le hicieron y lo va guardando. Por eso se llama resentimiento, pues significa volver a sentir. La ira va destruyendo a la persona que la siente, no al que causó el resentimiento. Esa persona ni se entera. La ira siempre lo destruye a uno y el odio es el proceso final del resentimiento. Es una ira congelada.

Hay personas adictas a la ira. ¿Cuándo se puede decir que una persona es adicta a la ira? Cuando no tiene control sobre la ira y ésta es algo crónico, compulsivo. Entonces esa persona es adicta a la ira.

Ejemplo de ira adictiva

He oído estas frases: «A mí me importan más mis sentimientos que tú» y «Yo sé que estuve abusando de ti, pero no puedo parar, no me puedo controlar.» Una persona que no puede controlar su ira es adicta a la ira. Igual que el que está tomando, no puede controlarse. «Yo necesito mi ira más que a ti» dice la persona, lo cual significa que prefiere su ira a la esposa. Eso es una adicción. Como ya he dicho, la adicción a la ira tiene mucha relación con la adicción al alcohol y a las drogas.

Ningún adicto a la ira quiere admitir esa adicción. Es más fácil admitir que uno es adicto a una sustancia. Es un caso como el del abusador, no quiere admitir que está maltratando.

¿En qué se parecen la adicción a la ira y la adicción al alcohol? Puede haber, en ambos casos, una predisposición genética. De padres violentos, hijos violentos. Lo dice la Biblia, la violencia engendra violencia.

Lo han dicho los Papas de la Iglesia Católica.

En los dos casos, la ira y el alcohol se utilizan como un mecanismo para resolver los problemas. Pero resulta que ni el alcohol ni otras drogas, ni la violencia, resuelven los problemas que hay en la familia o en la persona. Ese mecanismo llega a ser autodestructivo.

En el alcohólico hay un problema emocional, hay una baja autoestima. En el adicto abusador también hay una baja autoestima. ¿Cómo quiere el alcohólico solucionar el problema? Tomando. ¿Cómo quiere solucionar el abusador esa baja autoestima? Golpeando. Esas son las explosiones de ira. Momentáneamente descarga su ira, pero cuando se da cuenta vienen más problemas, más vergüenza, más culpabilidad, en el alcohólico y en el que golpea. Para quitar esa vergüenza, esa frustración, otra vez vuelve a tomar o a golpear. Por eso los abusadores y los borrachos o drogadictos utilizan esto como un mecanismo que los va a destruir a ellos y a otras personas.

Las dos adicciones tienen muchos componentes iguales. El alcohólico o drogadicto utiliza la negación igual que el que golpea o abusa. En el alcohólico hay lo que se llama la tolerancia y el que abusa, cada vez va abusando más y más. En las dos adicciones disminuye la autoestima de la persona. Si ya la tenía baja, disminuye todavía más. Ambas adicciones engendran vergüenza de sí mismo y en ambas la adicción puede ser provocada por la falta de autoestima. En las dos, también, el «yo» de la persona, queda totalmente destruido y en ambas adicciones, sobre todo lo que más se destruye son los sentimientos, la afectividad. Es la enfermedad de los sentimientos, en ambos casos.

 

 

El mejor método para estudiar la Biblia desde cero y saber cuál versión escoger

Te ofrecemos un método efectivo para que te inicies en el estudio de la Biblia

Hoy día en muchas familias católicas encontramos la Biblia como el libro sagrado de la casa. Ojalá que pronto llegue el día que cada católico sea un asiduo lector de la Escritura Sagrada.

Pero muchos que comienzan a leerla, después de algunos capítulos la dejan de lado por no comprender casi nada. Dicen que leer la Biblia les resulta difícil. Es un libro tan largo y a veces difícil, especialmente para uno que sabe poca historia y poca geografía, y no tiene costumbre de ubicar lo que lee en su propio contexto.

También se da el caso de católicos que, comienzan a leer la Biblia, y se dejan llevar por interpretaciones parciales, caprichosas y fanáticas que poco a poco lo llevan a uno a adherir, por mero sentimentalismo, a algunas de las muchas sectas bíblicas ya existentes, apartándose, por ignorancia, de la Iglesia Católica.

Y no faltan los que quieren leer toda la Biblia sin alguna explicación; o toman la Biblia como un juego de naipes abriendo el libro al azar, o saltando por aquí o por allá y piensan que Dios automáticamente les comienza a hablar. Es un riesgo muy grande; es como jugar a la suerte.

Para evitar estos peligros, no basta leer la Biblia con fe y devoción. Hay que juntar la fe, la oración y la devoción con el estudio. Leer la Biblia sin una adecuada preparación es tentar a Dios. Hay que prepararse para leerla. Si no, puede suceder cualquier cosa. La historia de nuestra fe es así.

Queridos hermanos, esta carta tiene como finalidad introducirnos en el estudio de la Biblia. Hoy, más que nunca, debemos tener una cierta preparación para iniciar una lectura seria de la Biblia.

Para muchos, la Biblia sigue siendo un hermoso libro cerrado que adorna nuestra biblioteca. El problema es: ¿cómo leer, cómo comenzar con este libro? Siempre ha sido difícil la iniciación a la lectura de la Biblia. Exige de nosotros paciencia, humildad, serenidad y una cierta disciplina intelectual.

En esta carta vamos a indicarles algunos consejos prácticos para comenzar el estudio de la Biblia.

1.- Las mejores Biblias

Muchas personas se preguntan cómo conseguir una buena edición moderna de la Biblia Católica. Recuerda que ésta tiene 73 libros, está completa para el estudio y debe tener aprobación eclesiástica (Imprimatur)

Hoy existen muy buenas Biblias católicas; les recomendamos la Biblia de Jerusalén, la Biblia de América, La Nueva Biblia Americana, la Biblia de Navarra, Biblia Latinoamericana, la Biblia del Peregrino, Nacar-Colunga, entre otras.

Da pena ver gente ansiosa de conocer la Biblia y lo hace con ediciones demasiado antiguas, incluso incompletas, sin introducciones, ni comentarios; o con ediciones de bolsillo que está bien para llevarlas a un paseo pero no para hacer estudios serios con ellas.

2.- Una Biblia de uso personal

Conviene que cada persona tenga su propia Biblia en la que libremente vaya subrayando los textos más importantes o más significativos en relación con nuestra vida de fe, con nuestro seguimiento de Cristo, con nuestra vida de oración, de evangelización, etc.

E incluso uno va poniendo anotaciones personales, inquietudes originadas de la propia reflexión y experiencia pastoral, apuntes tomados de cursillos, retiros, libros… Sólo así se aprenden las cosas, y con gusto.

3.- Conocer bien la Biblia

Es decir, antes de estudiar el texto sagrado, hay que echar un vistazo general a la edición de su Biblia; ver qué dicen los editores sobre el manejo del libro, ver cómo se citan los libros, qué introducciones hay, qué notas, mapas, o temas especiales, etc…

Esto puede ahorrar mucho tiempo y trabajo. No hay por qué anotar en cuadernos o papelitos cosas que ya están muy bien puestas en las notas más importantes.

Así por ejemplo, la Biblia Latinoamericana pone una especie de introducción muy buena, titulada: «¿Qué hubo en el mundo antes de la Biblia?». También tiene un «Indice del Evangelio» bien práctico y una serie de temas breves con el título de «La enseñanza bíblica» que pueden ayudar mucho. Además hay otros temas.

La Biblia de Jerusalén, entre tantas cosas excelentes, trae casi al final una sinopsis cronológica muy útil para ubicar los acontecimientos bíblicos dentro de la historia, de la geografía y de las otras culturas relacionadas con la Biblia.

La Nueva Biblia Española tiene, al final, un vocabulario bíblico teológico muy bueno. Cada uno debe familiarizarse bien con su propia Biblia.

4.- Leer y estudiar las Introducciones

Es muy conveniente leer las Introducciones que se ponen a cada libro o a los diversos grupos de libros.

Casi todas las Biblias modernas católicas tienen muy buenas introducciones. La Biblia de Jerusalén es excelente en este punto y es la que ha inspirado casi todas las ediciones posteriores de la Biblia.

Algunas personas se dedican primero a leer y estudiar todas las introducciones de cada libro y luego comienzan la lectura del texto bíblico mismo. Es lo mejor.

5.- Leer y meditar la Biblia

A continuación, ya se puede comenzar a leer y a estudiar el texto bíblico. Pero la Biblia es muy larga, y para todos nosotros nos resultará muy difícil, si no imposible, leerla toda desde la primera página hasta la última. Por tanto, hay que ser prácticos.

Si es la primera vez que te acercas a la Biblia, te proponemos un itinerario de lectura:

• Empieza con el Evangelio de San Lucas. En él podrás conocer los rasgos más atrayentes de Jesús de Nazaret, nacido de María.
• Continúa con el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí podrás ver la hermosa actividad de la Iglesia naciente.
• Después te recomendamos volver a los Evangelios, primero Marcos, luego el de Mateo y finalmente el de Juan.

Puedes intercalar, al fin, la lectura de alguna Carta de los Apóstoles: por ejemplo, a los Corintios, los Tesalonicenses, etc.

Otra forma es tener un calendario litúrgico y leer las lecturas que corresponden al día.

6-. El Nuevo Testamento

Para el cristiano lo más importante son los cuatro Evangelios, que son el alma de toda la Biblia, y luego los otros libros del Nuevo Testamento. Eso ha de ser el objetivo constante de nuestra lectura o estudio.

Pero es bueno conocer, siquiera básicamente, el Antiguo Testamento: Génesis, Exodo, Deuteronomio, Josué, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de Reyes, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar, Sabiduría, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Amós, Miqueas, Jonás y el Libro de Revelaciones (Apocalipsis)

7.- Lectura y meditación de la Biblia

Después de haber leído la introducción de un libro, comienza a leer el texto mismo. No te apresures en leer todo de una vez. Lee solamente un pasaje, o un párrafo. Lee con atención y respeto, abriendo tu corazón a lo que Dios te quiere expresar. Subraya los textos que te impactan.

En la primera lectura de un texto, te conviene leer siempre las notas explicativas que se encuentran debajo del texto bíblico. Estas notas explicativas y los comentarios van a clarificarte la comprensión de los textos bíblicos más difíciles.

Son explicaciones escritas por especialistas y hay que tratar de entenderlas y, normalmente, han de ser aceptadas con confianza. Muchas personas, por no leer atentamente las notas explicativas quedan sin comprender un texto en su contexto propio, sin comprender los diversos estilos y doctrinas, y luego abandonan la lectura por aburrimiento.

Los cursillos bíblicos intensivos, con un buen profesor, pueden ayudar mucho, y quizás sean imprescindibles para comprender ciertos problemas y notas técnicas.

Y ahora, ¡a comenzar!… Trata de organizar tu vida de tal manera que todos los días encuentres un momento de 5 a 10 minutos para la Biblia. Busca un lugar tranquilo. Lee sistemáticamente, no saltando de una parte a otra, ni abriendo el libro al azar.

Nunca leas la Biblia para satisfacer tu curiosidad o sólo para saber más, sino para indagar lo que Dios quiere decirte, pues la Biblia es la Palabra de Dios, es la carta que El envía a sus hijos.

En la Biblia no busques ciencia, sino sabiduría. No tengas miedo de subrayar y poner anotaciones en tu Biblia.

La Biblia no es un libro para guardar, sino para ser leída. Dice san Jerónimo:

«No debes retirarte al descanso nocturno sin haber llenado tu corazón con una pequeña parte de la Palabra de Dios».

Principales Biblias Católicas

Entre las Biblias Católicas más conocidas, y más usadas hoy entre nosotros, y entre las que podemos recomendar (hay muchas más) están las siguientes:

1.- Biblia de Jerusalén

Se llama así sencillamente por haber sido preparada por un numeroso equipo internacional de biblistas, bajo la dirección de la famosa Escuela Bíblica de Jerusalén. Apareció primeramente en francés (1956), de la que se sacó la primera edición española en 1967.

Luego ha seguido una segunda edición española en 1975, revisada y mejorada. Es la mejor Biblia desde el punto de vista crítico, teológico y académico, con notas explicativas. Su criterio ha influido decididamente en todas las otras ediciones de la Biblia.

Es imprescindible para un estudio serio de la Biblia. Sin embargo el precio de esta Biblia es generalmente muy elevado.

2.- Biblia de América

Esta versión de la Biblia apareció en 1994 y es una adaptación para América de la Biblia traducida y editada en España por la Casa de la Biblia. Actualmente es distribuida por Verbo Divino.

Según expertos Teólogos esta Biblia de América es mucho mejor que la Latinoamericana, en lo que se refiere a traducción, notas, comentarios y temas de estudio.

3.- La Nueva Biblia Americana

Publicado el 9 de marzo del 2011, la Nueva Biblia Americana, Edición Revisada (NABRE) es la culminación de casi 20 años de trabajo de un grupo de cerca de 100 estudiosos y teólogos, entre ellos obispos, revisores y editores.

Esta versión de la Biblia incluye una traducción recién revisada de todo el Antiguo Testamento (incluyendo el Libro de los Salmos) junto con la edición de 1986 del Nuevo Testamento.

De hecho el Website del Vaticano (en inglés) utiliza esta versión de la Biblia: Vatican.va/archive/ENG0839/_INDEX.HTM

4.- Biblia del Peregrino

El traductor de la Biblia del Peregrino, Luis Alonso Schökel, fue profesor en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. La Biblia del peregrino (1993), cuenta con una traducción hermosa, ágil y fiel, y es considerada hoy en día como la más bella traducción de los textos bíblicos.

La Biblia del Peregrino, ha tenido una gran influencia en la liturgia (especialmente los Salmos, que se ha convertido en la versión oficial). Sobresale por la bella traducción de los textos poéticos (Profetas, Job, Cantar, Proverbios, etc.) y el dinamismo de los textos narrativos.

5.- Biblia Latinoamericana

Se la conoce con este nombre, ya muy popularizado. Fue preparada por un equipo latinoamericano de pastoral. Ya han salido, al menos, 81 ediciones (1990).

Tiene el mérito de estar muy adaptada al lenguaje latinoamericano y, sobre todo, en las introducciones y comentarios refleja muy bien la realidad y problemática socio-político-religiosa de América Latina.

Ha recibido muchas alabanzas y fuertes críticas de distintos sectores de la Iglesia y de la sociedad. En nuestro medio ambiente y para fines pastorales es, una muy buena Biblia. Generalmente no es un libro muy caro; muchas veces ha sido subvencionada para el bien del pueblo.

También existe un Nuevo Testamento Latinoamericano, que es la parte más importante de toda la Biblia Latinoamericana.

6.- Otras Biblias

Hay también muchas otras ediciones católicas de la Biblia, todas muy buenas, aunque no hayan tenido, en nuestro medio, el éxito de las dos mencionadas. Entre éstas no podemos dejar de nombrar las Biblias: Nacar-Colunga, Biblia de Navarra, Biblia de Straubinger

El gran valor de estas ediciones modernas de la Biblia es, sobre todo, que se basan en los textos originales (hebreo-griego), y no en la Vulgata Latina como anteriormente se hacía.

Además en sus introducciones y comentarios recogen lo mejor de las investigaciones bíblicas modernas.

Ultimamente apareció la Biblia de Estudio de las Sociedades Bíblicas, elaborada por biblistas católicos y evangélicos, y que cuenta con el respaldo del CELAM para ser utilizada en América Latina.

«Quien medita cada día la sagrada ley divina con esta meditación a la gloria se encamina. Quien medita cada día las Sagradas Escrituras verá la mano de Dios en todas las criaturas».

 

 

San Wenceslao, rey mártir: firmó la paz con enemigos pero lo mató su hermano

Educado en la fe cristiana por su abuela santa Ludmila, es modelo de «rey justo» y es patrono de la República Checa y Eslovenia

Venceslao I de Bohemia o San Wenceslao I de Bohemia (Václav en checo) nació en torno al año 907 en Stochov (cerca de Libusin, Bohemia). En su familia, su padre era profundamente cristiano mientras que su madre era pagana. A él le crió su abuela Ludmila, que era una mujer muy piadosa. Había sido bautizada por san Metodio, evangelizador de los pueblos eslavos. Ludmila fue santa (de ahí que se la llame “la santa de Bohemia”) y murió estrangulada por su nuera el 15 de septiembre del año 921. El padre de Wenceslao había muerto de accidente ese mismo año, lo que generó inestabilidad en la política de su país. En la edad adulta, en el año 924, Wenceslao asumió el gobierno del Ducado de su país. De su tarea como monarca destaca su capacidad para llegar a firmar la paz con pueblos oponentes. Es famoso el acuerdo con Enrique el Pajarero, el primero de la dinastía otoniana de reyes y emperadores alemanes. Sin embargo, su hermano Boleslao aceptó la paz a regañadientes. También transformó el sistema judicial y redujo las condenas a muerte y las torturas. Wenceslao era un hombre piadoso y su prestigio hizo que durante la Edad Media se difundiera su figura como ejemplo de rex iustus, que ejerce el poder con autoridad y piedad.

San Wenceslao murió mártir de la fe en el año 935. Lo asesinaron su hermano Boleslao -lleno de afán de poder- y un grupo de conspiradores a la puerta de la iglesia. El mismo Boleslao hizo de “gancho”: lo había invitado a participar en la fiesta de los patronos del templo y sabía que iría desarmado. Muy pronto san Wenceslao se convirtió en héroe nacional y patrono principal de Bohemia. Fue aclamado mártir por el pueblo y pronto la iglesia de san Vito, en Praga, donde fue enterrado, fue centro de peregrinaciones. Precisamente el santo monarca había sido promotor de la construcción de San Vito. En la iconografía cristiana se representa a san Wenceslao con vestimenta de monarca y montado sobre el caballo. También se narra su asesinato en algunas pinturas y retablos. Su fiesta se celebra el 27 de septiembre. Patronazgo. En la actualidad es patrono de la República Checa y de Eslovenia.

Oración/ Señor, Dios nuestro, que inspiraste a tu mártir san Wenceslao preferir el reino de los cielos al reino de este mundo, concédenos, por sus ruegos, llegar a negarnos a nosotros mismos para seguirte a ti de todo corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén