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• St. Luke

REFERENCIAS BÍBLICAS

• Luke 10:1-9

 

 

Amigos, nuestro Evangelio hoy nos muestra lo que Jesús quiere que sus discípulos hagan y cómo deben hacerlo. Somos una Iglesia misionera. Somos enviados por el Señor para esparcir Su Palabra y realizar Su trabajo. El Evangelio no es algo a lo cual aferrarnos para nuestro solo beneficio; sino que es una semilla que debemos regalar.

La oración no es incidental al ministerio. No es algo decorativo. Es el alma de los esfuerzos de la Iglesia. Sin la oración nada tendrá éxito; sin ella ningún ministro estará dispuesto. Por ello, en todo momento recemos, recemos, recemos.

Pobreza y simplicidad de vida son prerrequisitos para la efectiva proclamación del Evangelio. Los santos Antonio, Benito, Crisóstomo, Francisco y Clara, Domingo, Ignacio, Madre Teresa —a través de la iglesia, los más efectivos proclamadores del Evangelio son aquellos que han confiado en la providencia de Dios y dejado todo lo mundano.

¿Qué es lo primero que un ministro debería hacer al entrar en una ciudad? “Curar a los enfermos del lugar”. Cristo es Soter, sanador de cuerpo y espíritu. La segunda gran tarea de la Iglesia es proclamar que “el Reino de Dios está cerca”. La Iglesia anuncia, proclama, evangeliza.

Como corderos y no convertirse en lobos, porque a veces la tentación nos hace pensar: “esto es difícil, estos lobos son astutos y yo también seré más astuto que ellos”. Cordero, no como tonto, sino cordero. Cordero, con la astucia cristiana, pero siempre cordero. Porque si tú eres cordero Él te defiende. Pero si te sientes fuerte como el lobo, Él no te defiende, te deja solo. Y los lobos te comerán crudo. (Santa Marta, 14 febrero 2014)

 

 

Lucas, Santo

Memoria Litúrgica, 18 de octubre
Evangelista

 

 

Martirologio Romano: Fiesta de san Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació en Antioquía de familia pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero carísimo del apóstol san Pablo, y en su libro del Evangelio expuso por orden, cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús. Asimismo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad de Roma.

Breve Semblanza

Breves notas en las Cartas de San Pablo son las únicas noticias que la Sagrada Escritura nos presenta sobre San Lucas, el solícito investigador de la buena noticia y autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Por sus apuntes de viaje, es decir, por las páginas de los Hechos en los que San Lucas habla en primera persona, podemos reconstruir parte de su actividad misionera. Fue compañero y discípulo de los apóstoles. El historiador Eusebio subraya: “… tuvo relaciones con todos los apóstoles, y fue muy solícito”. De esta sensibilidad y disponibilidad suyas hacia el prójimo nos da testimonio el mismo San Pablo, unido a él por grande amistad. En la carta a los Colosenses leemos: “Os saluda Lucas, médico amado…”.

La profesión médica nos trace suponer que él se dedicó mucho tiempo al estudio. Su formación cultural se nota también por el estilo de sus libros: su Evangelio está escrito en un griego sencillo, limpio y bello, rico en términos que los otros tres evangelistas no tienen. Hay que hacer otra consideración sobre su Evangelio, a más del hecho estilístico e historiográfico: Lucas es el evangelista que mejor que lo otros nos pintó la humana fisonomía del Redentor, su mansedumbre, sus atenciones para con los pobres y los marginados, las mujeres y lo pecadores arrepentidos. Es el biógrafo de la Virgen y de la infancia de Jesús. Es el evangelista de la Navidad. Los Hechos de los Apóstoles y el tercer Evangelio nos hacen ver el temperamento de San Lucas, hombre conciliador, discreto, dueño de sí mismo; suaviza o calla expresiones que hubieran podido herir a algún rector, con tal que esto no vaya en perjuicio de la verdad histórica.

 

Al revelarnos los íntimos secretos de la Anunciación, de la Visitación, de la Navidad, él nos hace entender que conoció personalmente a la Virgen. Algún exégeta avanza la hipótesis de que fue la Virgen María misma quien le transcribió el himno del “Magnificat”, que ella elevó a Dios en un momento de exultación en el encuentro con la prima Isabel. En efecto, Lucas nos advierte que hizo muchas investigaciones y buscó informaciones respecto de la vida de Jesús con los que fueron testigos oculares.

Un escrito del siglo II, el Prólogo antimarcionista del Evangelio de Lucas, sintetiza el perfil biográfico del modo siguiente: “Lucas, un sirio de Antioquía, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, más tarde siguió a San Pablo hasta su confesión (martirio). Sirvió incondicionalmente al Señor, no se casó ni tuvo hijos. Murió a la edad de 84 años en Beocia, lleno de Espíritu Santo”. Recientes estudios concuerdan con esta versión.

 

 

Ponerse en camino

Santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9. San Lucas Evangelista

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

 

Creo en ti, Señor, aunque a veces no entienda muchas cosas que pasan en mi vida y a mi alrededor. Confío en ti porque nunca me vas a fallar y en tus manos siempre estoy seguro. Te amo porque me he sentido mirado y amado por ti. Te doy infinitas gracias por tu presencia constante en mi vida y las miles de formas en que actúas en ella cada día. Me entrego a ti; jamás permitas que nada ni nadie me separe de ti.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9

En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: ‘Que la paz reine en esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’”.

Palabra del Señor.

 

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¡Poneos en camino! Ésta es la invitación que me haces en este pasaje. Ponerse en camino implica mucho, implica salir de la comodidad, de las propias seguridades, de los planes personales. Significa sudor, ejercicio, cansancio. No es sencillo ponerse en camino y por ello me das indicaciones.

Detrás de los consejos que das encuentro una invitación a la confianza y al abandono en tus manos providentes. Ni alforja, ni túnica, ni sandalias, confiar en que Tú me irás dando lo que necesito. Nunca me mandas algo que no pueda realizar, por ello puedo confiar en ti. Tú nunca me pides imposibles. Me pides confianza para desprenderme de todo y salir a anunciarte.

 

Ponerse en camino es el llamado a salir a evangelizar y compartir esa experiencia que tengo de ti. Decirle al mundo que hay un Dios que los ama, que quiere lo mejor para ellos. Enseñarles que eres el Salvador, el Amigo, el Hermano. Mostrarles que no están solos, sino que Tú siempre los acompañas.

Ponerse en camino no es algo sólo para las misiones de Semana Santa o Navidad. Es salir a predicar en mi casa, en mi trabajo, en mi escuela, en mi universidad, entre mis amigos. Es salir del lugar de intimidad contigo y compartirte a los demás, a todos aquellos con los que me cruzo en el camino.

«Quien no se pone en camino, nunca conocerá la imagen de Dios, nunca encontrará el rostro de Dios. Los cristianos sentados, los cristianos quietos no conocerán el rostro de Dios: no lo conocen. Dicen: ‘Dios es así, así…’, pero no lo conocen. Los quietos. Para caminar es necesaria esa inquietud que el mismo Dios ha puesto en el corazón y que te anima a buscarlo. Ponerse en camino es dejar que Dios o la vida nos pongan a prueba, ponerse en camino es arriesgar».  (Homilía de S.S. Francisco, 10 de febrero de 2015, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

 

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado…

 

o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

 

Hoy ofreceré una decena del rosario por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén. ¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 

 

La familia como estructura de acogida

La mentalidad actual genera un inmenso número de personas frustradas y desengañadas que se sienten excluidas de la sociedad

 

La sociedad actual ensalza al fuerte, al que triunfa. No hay espacio ni protección para el débil. La publicidad empuja a una carrera cada vez más competitiva en el que sólo tienen éxito un número reducido de individuos, relegando al olvido a los que también han corrido pero no han llegado primeros. Esta mentalidad genera un inmenso número de personas frustradas y desengañadas que se sienten excluidas de la sociedad. Otras, para seguir siendo reconocidas, tienen que luchar a muerte.

La enseñanza en las escuelas responde a la pedagogía del éxito y del mayor rendimiento académico, que es la que se impone en el discurso oficial y social, y a la que lleva la pedagogía dominante. ¿Qué sucede con los que no triunfan, con los que no tienen el éxito que de ellos se esperaba, con los fracasados?

La experiencia de que el ser humano es un ser vulnerable puede ayudar a ver de un modo muy distinto a los demás, de situarse ante los demás no desde la prepotencia y el dominio, sino en una actitud de acogida. Permite ver la debilidad del otro que se esconde tras la máscara de la fortaleza. Resulta esencial educar el sentido de la vulnerabilidad y la capacidad de asumir los propios límites y los de los otros.

 

En esta tarea, la familia, como unidad básica de la sociedad, juega un papel muy relevante en una sociedad tan árida como la nuestra, puesto que se puede definir, más allá de toda interpretación, como una estructura de acogida. Para el hijo, en su familia, la acogida significa sentirse y saberse aceptado y querido, protegido y seguro por el amor y el cuidado de sus padres.

El valor máximo en la familia es la incondicionalidad. Se acepta al hijo sin condiciones, tenga o no tenga éxito, sea o no sea inteligente. No se le acepta por sus rasgos, sino por el mero hecho de ser persona. Decir que la familia es una estructura de acogida significa que da apoyo, confianza y ternura; significa sentir de cerca la presencia de los padres que se hace acompañamiento, orientación y guía. Ese impulso inicial de acogida infunde una confianza en el vínculo humano que ningún acontecimiento futuro puede borrar.

La vulnerabilidad es el rasgo de la condición humana que es necesario resaltar. Contra la apología del fuerte e individualista, se debe destacar el valor de la acogida y de la responsabilidad frente al dolor del otro. La experiencia de ser vulnerable, necesitado, abre la puerta a la presencia de otro en mi vida, a la irrupción del otro en mi experiencia vital. Eliminar al sujeto vulnerable, por el mero hecho de ser vulnerable, es una forma de perversidad moral. Al sujeto vulnerable se le debe, ante todo, acoger y ofrecer una comunidad cálida.

 

 

La familia es el espacio privilegiado en el que cada persona es reconocida y valorada por lo que es. Sólo el ser vulnerable genera en nosotros la obligación de responder incondicionalmente. Sólo del ser vulnerable podemos esperar la llamada exigente de acogerlo, sin haberlo querido ni escogido. Esta experiencia genuinamente moral de atención y de cuidado del otro va a poner las bases para una vida moral que facilite el ponerse en el lugar del otro, el desarrollo de la capacidad de escucha, acogida y atención al otro y la capacidad de analizar la condiciones históricas en las que la relación moral con el otro se están produciendo.

 

 

San Lucas, el médico autor del tercer evangelio

San Pablo viajó con él y lo describió como «médico querido». Su evangelio rezuma la misericordia del Señor con los pobres y pecadores

 

 

San Lucas es, según la Tradición cristiana, autor del evangelio que lleva su nombre y de los Hechos de los Apóstoles.

Se cree que nació en una familia pagana y que era médico de profesión.

Sin embargo, algunos autores también consideran que podría tratarse de un judío de la Diáspora, por el conocimiento de la cultura hebrea que manifiestan sus textos.

De lo que no cabe duda es de que conocía bien el griego. Se expresaba en un alto nivel de calidad literaria. Dante hizo de él un gran elogio: «El que describe la amabilidad de Cristo».

De san Lucas conocemos que acompañó a san Pablo en el segundo viaje del Apóstol de las Gentes.

Muy posiblemente le fue de gran ayuda no solo espiritual sino también como médico ya que Pablo tuvo una salud muy castigada, con prisión, azotes y todo tipo de peligros.

En la Carta a los Colosenses se lee:

«Finalmente, los saludan Lucas, el querido médico, y Dimas»
Col 4, 14

«Solamente Lucas se ha quedado conmigo»

 

En la segunda Carta a Timoteo, san Pablo expresa que «solamente Lucas se ha quedado conmigo» (2Tim 4, 11)

Lucas acompañó a san Pablo y así su narración recoge de primera mano la predicación de este.

En cuanto a los Hechos de los Apóstoles, allí Lucas relata lo sucedido en la vida de la Iglesia en los primeros años, hasta que san Pablo es encarcelado por vez primera en Roma.

A san Lucas se le relaciona especialmente con la Virgen porque su evangelio describe la infancia de Jesús y detalla elementos de gran intimidad de Santa María como este: «María, por su parte, guardaba con cuidado todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc 2, 19)

La Tradición venera como mártir a san Lucas, aunque no disponemos de información textual acerca de ello. Se dice también que murió soltero a los 84 años.

Sus restos mortales se veneran en la iglesia de santa Justina, en Padua. Su cráneo, en cambio, fue trasladado en 1354 de Padua a Praga, concretamente a la catedral de San Vito, por voluntad del emperador Carlos IV.

El día de san Lucas Evangelista es el 18 de octubre.

Iconografía

San Lucas es representado por el ternero o buey.

 

 

En cuanto al mismo san Lucas, una tradición le asigna la autoría de una importante pintura de la cristiandad: la imagen de la Salus Populi Romani, pintada sobre madera. Otra tradición lo hace autor de una imagen antigua de la Virgen que se encuentra en las catacumbas de santa Priscila en Roma.

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Patronazgo. Es patrón de los médicos y artistas, doctores, cirujanos, solteros, carniceros, encuadernadores, cerveceros, escultores, notarios…

Oración a san Lucas

Padre Dios, que llamaste a san Lucas
para difundir con la palabra y con la pluma
el Evangelio de Jesucristo,
y como médico y apóstol,
lo guiaste para acercarse a los hermanos sufrientes
y curarlos en sus enfermedades físicas y espirituales,
danos por su intercesión la fuerza necesaria
para soportar con la mansedumbre de Cristo
todas las pruebas de la vida.
Concede a los médicos cristianos y al personal sanitario
el responder generosamente al llamado a salir al encuentro
con preparación y amor
de cuantos necesitan de su ayuda,
y cuando no sea posible curarlos,
haz que tu divina voluntad les lleve fe en ti,
resignación y consuelo.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén