Matthew 2:13-18
En esta fiesta de los Santos Inocentes hay, cuando comienza la historia en este Evangelio, un bebé como centro de la atención. Apreciado por su madre, protegido por su padre adoptivo, a quien los Reyes Magos entregan regalos, el niño Jesús es al mismo tiempo amenazado por Herodes y también por toda Jerusalén, que, según nos revela un versículo anterior, tembló con Su venida.
La masacre de los inocentes ordenada por Herodes se parece, por supuesto, al asesinato de los hijos varones de Hebreos ordenada por el Faraón al momento del nacimiento de Moisés. Una vez más se nos hace ver que, en un mundo caído, los menos poderosos pueden ser eliminados sin piedad para satisfacer las necesidades y mitigar los temores de los más poderosos.
Por supuesto, el mismo Herodes que, con indiferencia, ordenó el asesinato de los niños de Belén también había previamente ordenado la ejecución de dos de sus propios hijos. Esta horrible historia da una clara imagen de una vida familiar funcionalmente comprometida.
El abuso a jóvenes puede y debe analizarse psicológica y sociológicamente, pero las personas que conocen la Biblia saben que, en el análisis final, es una manifestación de disfunción nacida del pecado
Pequeñas semillas de la Iglesia
Parece que el nacimiento de Jesús desató mucha violencia en el mundo: tenemos una serie de historias de mártires tras la Navidad. Incluso hoy, según las estadísticas disponibles, los cristianos forman el grupo religioso más perseguido del mundo. ¿Por qué ocurre esto? Esta violencia se debe a la incapacidad del poder para soportar la verdad del Evangelio. La masacre de los Santos Inocentes, de la que hoy guardamos memoria, fue el resultado de que el rey Herodes simplemente no pudo aceptar el nacimiento de Jesús, al que tomó erróneamente por un aspirante a este trono. El Evangelio sigue siendo incómodo para muchos en el mundo y harían cualquier cosa para silenciar su voz. Sin embargo, como escribió Tertuliano en su Apologeticus, «brotamos en mayor número cuanto más nos segáis: la sangre de los cristianos es la semilla de una nueva vida.» ¡Que los Santos Inocentes sostengan nuestra fe!
Los Santos Inocentes
Fiesta Litúrgica 28 de diciembre
Mártires
Martirologio Romano: Fiesta de los Santos Inocentes, mártires, niños que fueron ejecutados en Belén de Judea por el impío rey Herodes, para que pereciera con ellos el niño Jesús, a quien habían adorado los Magos. Fueron honrados como mártires desde los primeros siglos de la Iglesia, primicia de todos los que habían de derramar su sangre por Dios y el Cordero.
Breve Reseña
La consulta bien intencionada de aquellos Magos que llegaron de Oriente al rey fue el detonante del espectáculo dantesco que organizó la crueldad aberrante de Herodes a raíz del nacimiento de Jesús.
Habían perdido el brillo celeste que les guiaba, llegó la desorientación, no sabían por donde andaban, temieron no llegar a la meta del arduo viaje emprendido tiempo atrás y decidieron quemar el último cartucho antes de dar la vuelta a su patria entre el ridículo y el fracaso.
Al rey le produjo extrañeza la visita y terror la ansiosa pregunta sobre el lugar del nacimiento del Mesías; rápidamente ha hecho sus cálculos y llegado a la conclusión de que está en peligro su status porque lo que las profecías antiguas presentaban en futuro parece que ya es presente realidad. Se armó un buen revuelo en palacio, convocaron a reunión a los más sabios con la esperanza de que se pronunciaran y dieran dictamen sobre el escondrijo del niño «libertador». El plan será utilizar a los visitantes extranjeros como señuelo para encontrarle. Menos mal que volvieron a su tierra por otro camino, después que adoraron al Salvador. Impaciente contó Herodes los días; se irritó consigo mismo por su estupidez; los emisarios que repartió por el país no dan noticia de aquellos personajes que parecen esfumados, y se confirma su ausencia. Vienen los cálculos del tiempo, y contando con un margen de seguridad, le salen dos años con el redondeo.
Los niños que no sobrepasen dos años en toda la comarca morirán. Hay que durar en el poder. El baño de sangre es un simple asunto administrativo, aunque cuando pase un tiempo falten hombres para la siembra, sean escasos los brazos para segar y no haya novios para las muchachas casaderas; hoy sólo será un dolor pasajero para las familias sin nombre, sin fuerza, sin armas y sin voz. Unas víctimas ya habían iniciado sus correteos, y balbuceaban las primeras palabras; otras colgaban todavía del pecho de sus madres. Pero para Herodes era el precio de su tranquilidad.
Son los Santos Inocentes. Están creciendo para Dios en su madurez eterna. Ni siquiera tuvieron tiempo de ser tentados para exhibir méritos, pero no tocan a menos. Están agarrados a la mano que abre la gloria. Aplicados los méritos de Cristo sin que fuera preciso crecer para pedir el bautismo de sangre, como tantos laudablemente hoy son bautizados en la fe de la Iglesia con agua sin cubrir expediente personal. El Bautismo es gracia.
Entraron en el ámbito de Cristo inconscientes, sin saberlo ni pretenderlo; como cada vez que por odio a Dios, a la fe, hay revueltas, matanzas y guerras; en esas circunstancias surgen mártires involuntarios, que aún sin saberlo, mueren revestidos y purificados por la sangre de Cristo, haciéndose compañeros suyos en el martirio; y no se les negará el premio sólo porque ellos mismo, uno a uno, no pudieran pedirlo. En este caso es el sagrado azar providente de caer por causa de Cristo, porque la mejor gloria que el hombre puede dar a Dios es muriendo.
Ya el mismo Jeremías dejó dicho y escrito que «de la boca de los que no saben hablar sacaste alabanza».
Hoy los mayores también hacen bromas en recuerdo del modo de ser juguetón y alegre de aquellos bebés que no tuvieron tiempo de hacerlas; es buena ocasión de hacer agradable la vida a los demás, con admiración y sorpresa, en desagravio del mal que provocó el egoísmo de aquel que tanto se fijó en lo suyo que aplastó a los demás.
Seguir a Dios con prontitud
Santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18. Los Santos Inocentes
Por: Rubén Tornero, LC | Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te doy gracias de todo corazón por este momento que me regalas para tener un encuentro personal contigo. Amado Jesús, creo en ti. Creo que te has hecho hombre porque me amas y quieres que yo también te amé. Confío en ti. Confío en que puedo abandonarme en tus manos. Confío en tus obras, pues aunque no siempre las entienda, sé que Tú sólo quieres y haces lo que es mejor para mí. Te amo, Jesús, por ser Tú quien eres y porque me amas así como soy. Gracias por todo, Jesús.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su Madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su Madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por su hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
San José, hoy te miro en el Evangelio y encuentro en ti un ejemplo hermoso de las características que debe tener mi vida de cristiano: escucha atenta, obediencia pronta y vida cristocéntrica.
Por un lado, José, me maravilla la capacidad que tienes de descubrir la voz de Dios aun en una cosa que podría parecer tan pequeña y banal como lo es un sueño. Tú estás atento a la voz de Dios en cada momento.
¡Qué contraste con mi vida! A menudo yo le pido a Dios que me muestre su voluntad… pero le pido que sea con grandes señales, con cosas extraordinarias que no dejen lugar a la duda. Y por esperar esas cosas grandes, muchas veces no soy capaz de reconocer la voluntad de Dios en el pobre que pide limosna en la calle, en el silencio de mi oración, en aquél que se encuentra a mi lado y necesita un consejo, o solamente ser escuchado.
Tú, José, escuchas y obedeces con prontitud. No pones excusas ni quejas… ¡Ni siquiera pides más explicaciones! Obedeces, ya que confías en que Dios sabe lo que hace aunque tú no lo entiendas.
¡Y yo, en cambio, tantas veces siento a Dios en el banquillo de los acusados! No me canso de preguntarle – y en ocasiones, casi de exigirle – el porqué de su actuar. No consigo aceptar su voluntad pues tantas veces estoy tan aferrado a mi manera de pensar, a mi modo de hacer las cosas, que me quejo y quisiera corregirle la plana a Dios. Si obedezco, tantas veces lo hago a regañadientes y no con la prontitud con la que Tú obedeces.
José, Tú escuchas y obedeces porque quieres defender a Jesús y a María sin importar lo costoso que sea. Tú vives para custodiarlos, vives para ellos. Para ti, Jesús lo es todo y no permites que nada ni nadie te lo quite… ¡Preferirías primero perder la vida a perder a Jesús!
¿También yo sería capaz de hacer lo mismo? Me ruboriza recordar todos mis pecados, que no son otra cosa que el haber entregado a Jesús a Herodes, es decir, a mis pasiones, a mis apetitos, a mis egoísmos. ¡Tantas veces he permitido que las tentaciones me arrebaten a Jesús!
?Querido José, tú sabes que no quiero perder nunca más a Jesús de mi vida. Intercede por mí ante Jesús para que Él me conceda la gracia de imitar tu ejemplo de vida santa. Defiéndeme de todos aquellos que quieran apartarme de Jesús y María, y pídele a Dios que algún día pueda llegar a estar con ustedes en el cielo.
«A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan en plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño. Y estad atentos, estad atentos con las nuevas ideologías colonizadoras. Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del sueño de la oración, del encuentro con Dios, de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, por eso digo que son colonizaciones, no perdamos la libertad de la misión que Dios nos da, la misión de la familia».
(Homilía de S.S. Francisco, 16 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a rezar una oración a san José.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Día de los Santos Inocentes: un homenaje a los niños no nacidos
Lo ocurrido a los Santos Inocentes es una trágica historia que se ha repetido y se sigue repitiendo.
En el día en el que la Iglesia católica recuerda la Fiesta de los Santos Inocentes Mártires en memoria de los tantos niños que el cruel Herodes mandó matar, el Arzobispo de Tunja, Colombia, asegura que esta es una celebración en la que “se brinda un homenaje a los niños no nacidos”.
“Lo ocurrido a los Santos Inocentes es una trágica historia que se ha repetido y se sigue repitiendo a lo largo del tiempo, con distintos y variados escenarios, con nuevos personajes: nuevas víctimas, nuevos “Herodes”, que determinan la muerte, no sólo de niños cuando aún están en el vientre materno, sino también de jóvenes y adultos en masacres, mutilaciones, con la eutanasia, los atropellos a la dignidad de las personas, los bloqueos sicológicos” ha asegurado el arzobispo colombiano, Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos.
Además, tal y como se lee en la web de la Conferencia Episcopal colombiana, Monseñor Villa explica que esta fiesta litúrgica, con el correr de los tiempos, “se ha ido desdibujando y ridiculizando por causa del mundo que pregona ser laico y por causa del secularismo y, en ocasiones, por la falta de respeto por lo religioso”.
El Origen del Día de los Santos Inocentes
El Día de los Santos Inocentes conmemora un episodio del cristianismo: la matanza ordenada por el rey Herodes, a todos aquellos niños que fueran menores de dos años nacidos en Belén (Judea), tras el nacimiento de Jesús de Nazaret. Como Herodes no sabía en qué lugar se encontraba Jesús ordenó asesinar a todos los niños pequeños para de este modo poder asegurarse que acababa con la vida de aquel que estaba destinado a ser rey de reyes.
El Evangelio de Mateo relata la matanza: Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: «Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: «Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel» (Miq. 5, 1).
Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo dijo a los Reyes Magos: – «Vayan y averiguen acerca de ese niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a adorarlo». Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. En sueños recibieron el aviso divino de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo, por lo que rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y dio la orden de matar a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y alrededores.
El mismo evangelista San Mateo afirmará que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: «Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos” (Jer. 31, 15).
Papa Francisco pide orar por Benedicto XVI:«Está muy enfermo»
El Pontífice durante la audiencia general del miércoles ha pedido a todos los fieles y peregrinos una plegaria especial por el Papa emérito
El papa Francisco presidió hoy la audiencia general del miércoles 28 de diciembre dedicada al significado de la Navidad en el pensamiento de san Francisco de Sales con motivo del 400 aniversario de la muerte del santo patrón de escritores, periodistas y comunicadores.
Al final de la audiencia general, el Papa Francisco pidió una plegaria especial por la salud del Papa emérito Benedicto XVI que sorprendió a los presentes en el aula Pablo VI del Vaticano:
«Me gustaría pedirles a todos una oración especial para el Papa emérito Benedicto que en silencio apoya a la Iglesia.
Acuérdate de él, está muy enfermo, pidiendo al Señor para consolarlo y sostenerlo en ese testimonio de amor a la Iglesia hasta el final», sostuvo Francisco de Benedicto XVI, 95 años, que vive desde hace más de diez retirado en oración en el monasterio Mater Ecclesiae dentro de los jardines del Vaticano.
Benedicto XVI está muy débil
En efecto, personas allegadas al papa emérito cuentan que ya no camina, tiene dificultades para mantener una postura erguida y pronuncia palabras con una voz débil.
El 18 de diciembre, en una entrevista publicada por el diario español ABC, Francisco habló del Papa emérito como un «santo» y «hombre de alta vida espiritual», revelando que le visita con frecuencia.
«Tiene buen humor, es lúcido, muy vivo, habla en voz baja pero sigue la conversación. Admiro su lucidez. Es un gran hombre», afirmó.
En la misma entrevista, el Papa Francisco aseguró que había firmado su renuncia al inicio del pontificado en caso de impedimento médico.
Desde su renuncia en 2013, Benedicto XVI vive rodeado de algunas monjas y su secretario, el obispo Georg Gänswein. Así ofreció rezar por la Iglesia y juró obediencia al 266 Sucesor de Pedro, incluso antes del conclave que elegiría a Francisco.
Su salud, debido a la edad, es muy delicada, pero su mente funciona muy bien como ha explicado en diversas declaraciones su secretario personal el arzobispo Gänswein.
El Vaticano: Agravamiento de la salud de Benedicto
Unas horas después del pedido de oración por la salud de Benedicto XVI, el Vaticano confirmó que se «ha producido un agravamiento debido al avance de la edad» y que el Papa Francisco se ha trasladado para visitar al Papa emérito en su residencia.
«Respecto al estado de salud del Papa emérito, por quien el Papa Francisco pidió oraciones al final de la audiencia general de esta mañana, puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento debido al avanzar de la edad. De momento, la situación sigue bajo control, vigilada constantemente por los médicos».
«Al término de la audiencia general, el Papa Francisco se dirigió al monasterio Mater Ecclesiae para visitar a Benedicto XVI. Nos unimos a él en la oración por el Papa emérito», informó Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Celebra los Santos Inocentes, mártires puros
Esta fiesta honra a los niños que fueron ejecutados en Belén de Judea por el rey Herodes, una inspiración para muchos que los siguieron en la entrega de su sangre por Dios
La Iglesia honra a estos niños que murieron por orden del rey Herodes, quien quería asesinar a Jesús, el Mesías recién nacido.
Herodes, según el relato evangélico, conoció por los Reyes Magos que había nacido el Mesías. Creyó que Jesús le iba a usurpar el poder y ordenó asesinar a todos los bebés y niños menores de 2 años.
La Iglesia ha honrado a los santos Inocentes como mártires desde los primeros siglos.
Ellos son considerados los primeros de una larga lista de personas que a lo largo de la historia iban a derramar su sangre por Dios.
Santos patronos
Los Santos Inocentes son patronos de los bebés, de los coros infantiles y de los niños abandonados, así como de los aún no nacidos y los abortados.
Oración a los Santos Inocentes
Oración introductoria
Dios mío, creo en Ti, confío en tu bondad y en tu misericordia. Guía este rato de meditación porque sabes que soy débil y fácilmente me hago sordo a tu voz.
Petición
Señor, soy tuyo, a Ti me entrego con todo lo que soy y lo que tengo.
Meditación del Papa
«El nacimiento de cada niño lleva consigo algo de este misterio! Lo saben bien los padres, que lo reciben como un don y que, a menudo, hablan así de él. A todos nos ha pasado oír decir a un papá y a una mamá: ‘¡Este niño es un regalo, un milagro!’.
«En efecto, los seres humanos viven la procreación no como un mero acto reproductivo, sino que perciben su riqueza, intuyen que cada criatura humana que se asoma a la tierra es el signo por excelencia del Creador y Padre que está en los cielos.
«¡Qué importante es, entonces, que cada niño, al venir al mundo, sea acogido por el calor de una familia! No importan las comodidades exteriores: Jesús nació en un establo y como primera cuna tuvo un pesebre, pero el amor de María y de José le hizo sentir la ternura y la belleza de ser amado. De esto necesitan los niños: del amor del padre y de la madre. Esto es lo que les da seguridad y lo que, al crecer, permite el descubrimiento del sentido de la vida.
«La santa Familia de Nazaret atravesó muchas pruebas, como esa – recordada en el Evangelio según san Mateo – de la «matanza de los inocentes», que obligó a José y María a emigrar a Egipto. Pero, confiando en la divina Providencia, encontraron su estabilidad y aseguraron a Jesús una infancia serena y una educación sólida» (Benedicto XVI, 1 de enero de 2011).