Fiesta de la Presentación del Señor

Fiesta litúrgica, 2 de febrero

Martirologio Romano: Fiesta de la Presentación del Señor, llamada Hypapante por los griegos: Cuarenta días después de Navidad, Jesús fue conducido al Templo por María y José, y lo que podía aparecer como cumplimiento de la ley mosaica era realmente su encuentro con el pueblo creyente y gozoso, manifestándose como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo Israel.

Breve Reseña

Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús. Esta fiesta ya se celebraba en Jerusalén en el siglo IV.

La festividad de hoy, de la que tenemos el primer testimonio en el siglo IV en Jerusalén, se llamaba hasta la última reforma del calendario, fiesta de la Purificación de la Virgen María, en recuerdo del episodio de la Sagrada Familia, que nos narra San Lucas en el capitulo 2 de su Evangelio. Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús, para ofrecer su primogénito y cumplir el rito legal de su purificación. La reforma litúrgica de 1960 y 1969 restituyó a la celebración el título de “presentación del Señor” que tenía al principio: la oferta de Jesús al Padre, en el Templo de Jerusalén, es un preludio de su oferta sacrifical sobre la cruz.

Este acto de obediencia a un rito legal, al que no estaban obligados ni Jesús ni María, constituye una lección de humildad, como coronación de la meditación anual sobre el gran misterio navideño, en el que el Hijo de Dios y su divina Madre se nos presentan en el cuadro conmovedor y doloroso del pesebre, esto es, en la extrema pobreza de los pobres, de los perseguidos, de los desterrados.

El encuentro del Señor con Simeón y Ana en el Templo acentúa el aspecto sacrifical de la celebración y la comunión personal de María con el sacrificio de Cristo, pues cuarenta días después de su divina maternidad la profecía de Simeón le hace vislumbrar las perspectivas de su sufrimiento: “Una espada te atravesará el alma”: María, gracias a su íntima unión con la persona de Cristo, queda asociada al sacrificio del Hijo. No maravilla, por tanto, que a la fiesta de hoy se le haya dada en otro tiempo mucha importancia, tanto que el emperador Justiniano decretó el 2 de febrero día festivo en todo el imperio de Oriente.

Roma adoptó la festividad a mediados del siglo VII, y el Papa Sergio I (687-701) instituyó la más antigua de las procesiones penitenciales romanas, que salía de la iglesia de San Adriano y terminaba en Santa María Mayor. El rito de la bendición de los cirios, del que ya se tiene testimonio en el siglo X, se inspire en las palabras de Simeón: “Mis ojos han visto tu salvación, que has preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones”. Y de este rito significativo viene también el nombre popular de esta fiesta: la así llamada fiesta de la “candelaria”.

Mirar con el corazón

Santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40. Presentación del Señor

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, gracias por darme este momento de intimidad contigo. Te doy gracias, Jesús, porque crees en mí. Aunque sabías que muchas veces me iba a equivocar y otras tantas habría de ofenderte, aun así, me creaste, porque creías – y todavía crees- que, con tu gracia, podré llegar al cielo y ser eternamente feliz amándote. Crees en mí Jesús… ¡ayúdame a creer en ti! Confías en mí, Jesús. Has puesto en mis manos el don preciosísimo de la gracia que me hace ser tu hijo. Me has dado la libertad para poder elegir entre amarte o darte la espalda. ¡Qué muestra más grande de confianza! Me has dado el poder de alegrarte con mi sí o de herirte con mi no. ¡Confías en mí!… ¡Ayúdame a confiar en ti! Me amas, Jesús, con un amor eterno, tierno, inmenso. Te has hecho hombre por amor a mí. Has muerto en la cruz porque me amas. Has resucitado para demostrarme que tu amor por mí no tiene límites. Te has quedado conmigo en la Eucaristía para que yo pudiera encontrarte siempre. ¡Gracias, Jesús! ¡Ayúdame a amarte!

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40

Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.

Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:

“Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.

El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.

Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Jesús, el Evangelio de hoy presenta a dos personajes que, a pesar de su edad, saben ver y descubrir al Dios Omnipotente en un pequeño e indefenso niño.

Por una parte, veo a Simeón, un anciano que había recibido de ti una promesa: no morirá sin ver al Mesías. Por otra parte, Ana, que de joven había fijado su mirada en su esposo; pero que, al enviudar, volvió todo su ser hacia ti.

Dos personas. Sólo dos de entre una multitud que, probablemente, acudía al templo aquel día. Sólo dos ancianos saben mirar más allá de lo que ven sus cansados ojos. Sólo un hombre y una mujer descubrieron lo esencial de ese niño, que era el Mesías. Las personas del templo a los que estos dos venerables personajes referían su encuentro contigo, Jesús, seguramente no entendieron; quizá muchos los tomaron por locos o atribuyeron sus palabras a los achaques de la edad. Todos estaban ciegos ante ti… Todos menos Ana y Simeón que todavía sabían ver con el corazón.

¡Cuántas veces a mí me sucede lo mismo Jesús! Ya no sé ver con el corazón y por eso paso por alto lo esencial de la vida: amarte. Me preocupo tanto por lo pasajero y tan poco por lo perenne. Tantas veces presto más atención a lo que los demás piensan de mí que a lo que Tú sueñas para mí.

¡Ábreme los ojos del corazón, Jesús! Concédeme, como a Ana y a Simeón, saberte descubrir en las pequeñas cosas de mi vida cotidiana.

«Contemplamos el encuentro con el viejo Simeón, que representa la espera fiel de Israel y el júbilo del corazón por el cumplimiento de las antiguas promesas. Admiramos también el encuentro con la anciana profetisa Ana, que, al ver al Niño, exulta de alegría y alaba a Dios. Simeón y Ana son la espera y la profecía, Jesús es la novedad y el cumplimiento: Él se nos presenta como la perenne sorpresa de Dios; en este Niño nacido para todos se encuentran el pasado, hecho de memoria y de promesa, y el futuro, lleno de esperanza».

(Homilía de S.S. Francisco, 2 de febrero de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a detenerme un momento antes de dormir y le agradeceré a Dios por todos los pequeños detalles que me ha regalado.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Acepta a Jesús como tu Salvador

Es el Principio Básico para nuestra Salvación

Después vemos acerca de la Conversión, la necesidad de arrepentirnos y pedir perdón y en la medida que se pueda, reparar nuestras faltas y errores, para volver al Señor.  Se habló en renunciar a Satanás y sus obras y se terminó con la Liturgia Penitencial.

Primeramente se nos habló del Amor del  Padre que nos ama tanto, que nos da a Su  Unigénito para que le conozcamos y amemos.  Es el modo de dios de acercarse a nosotros para demostrarnos Su Amor y  Su Hacer en nuestro favor.

Y éste Unigénito, este Señor que acepta dejar el Cielo, la Paz, la Bienaventuranza, el Amor en perfección, que se vive allí, para venirnos a enseñar a Amar, como respuesta lógica a Su Amor por nosotros, necesita ser ahora Reconocido y aceptado como SEÑOR, que lo es, pero que nosotros no hemos sabido comprender ni valorar.

Ya no es solo dejar de hacer lo malo,  y hacer lo bueno, sino que, de entre lo bueno, tratar de descubrir lo que Él quiere. 

Él no quiere apartarnos de nuestra familia para hacer cosas religiosas, sino que en la decisión de vida que hayamos hecho, ver la realidad y presencia de Dios, en nuestro alrededor, y en nuestro interior.

Desarrollar facultades espirituales por medio del estudio en áreas que nos hablan del Amor de Dios y Su Verdad,  como lo es la Biblia, Vida de Santos, Relatos Eucarísticos y demás obras religiosas que nos hablen del verdadero Amor que nos tiene Dios.

La Fuerza del Espíritu nos ayuda a comprender y realizar lo que Dios espera de nosotros, hablándonos al interior y explicando lo que sea necesario para nuestra edificación y santificación.

El aceptar a Jesús como Señor es algo que va a modificar nuestras vidas y existencia a mejor, pues al ser Él  nuestro Señor, nos sentimos protegidos y amparados por Él pues es Un Señor que se preocupa y ocupa de los suyos, y eso queremos ser nosotros y nuestras familias, Miembros de la Familia de Dios, teniendo a Jesús por Nuestro Señor.

Y así vemos cómo en Hechos 2, 36; Lucas nos habla y nos dice: “Sepa con certeza toda la casa de Israel, que Dios ha constituido Señor y Mesías a este Jesús a quienes ustedes han crucificado”  Palabra de Dios  

También San Pablo, en la Carta a los Filipenses, 9-11; nos dice: “Dios lo exaltó y le otorgó en Nombre que está sobre todo Nombre, para que al nombre de Jesús, toda rodilla se doble y toda lengua confiese: “Jesús es el Señor,  para Gloria de Dios Padre”  Palabra de Dios 

Después de Su Resurrección y exaltación a la derecha del Padre, Jesús recibe el Nombre que está sobre todo Nombre, el Kyrios, el Señor, nombre dado únicamente a Yahvé.

La exaltación del Hijo de Dios, dada por Dios Padre a Jesús, es porque Él merece todo Honor y Gloria, al haber destruido la muerte que pesaba en nuestra alma, por desobediencia, indiferencia y por nuestras acciones encaminadas a destruirnos a nosotros mismos en primer lugar,  y en las salpicaduras de nuestro fango, ensuciar a los demás, y por fango, veamos: rencores, iras, desobligación de nuestras acciones, etc.  Todo lo que nos quita nuestra Perfección Original, y más todavía, nuestra Dignidad de Hijos de Dios.

Y así, en Efesios 1-10, vemos “El designio Amoroso del Padre de poner todo bajo una sola Cabeza, Cristo”  Palabra de Dios 

Ahora bien, Rey y  Señor no es un simple título;  significa Jefe,  Centro, Cabeza, Punto de Referencia y Convergencia, Principio y Fin, Alfa y Omega-

Y así, en el Encuentro con Jesús, habiendo experimentado el nuevo nacimiento, Jesús no solo es Salvador, sino MI SEÑOR.

Este “Mi Señor”, hagámoslo algo personal, pues es Nuestro Señor, de todos, pero ahora lo quero para mí solo, MI SEÑOR.

Si lo  hacemos Señor de cada uno, Jesús transformará nuestras vidas y espíritus, el de cada uno de nosotros.  Jesús lo puede hacer y lo hace.  Y todo mejorará en nuestro interior y exterior.

Y muchos de ustedes, si no es que todos, ya han aceptado a Jesús en sus vidas y lo conocen, pero, ¿es Jesús el Centro de sus Vidas?…

Debemos analizar cuál es el centro de interés de tu vida, el motivo fundamental de todas tus aspiraciones, empresas y acciones.  ¿Qué buscas?  ¿Qué te mueve?…

      Yo, en el centro del círculo, y la Cruz, Jesús afuera.

      Yo en el centro del círculo, y la  Cruz, Jesús  debajo de mí.

      Yo,  dentro del círculo, pero la Cruz, encima de mí.

Hacer a Jesús Señor y Centro de nuestras vidas es la manera concreta de Amar a Dios, sobre todas las cosas y vivir el Reinado del Espíritu Santo.

Solo el Espíritu Santo nos hace capaces de reconocer y proclamar a Jesús como Señor, y solo el Espíritu Santo hará que esto vaya siendo más real y efectivo en nuestras vidas.  

Para que Jesús sea más y  más el Señor de nuestra existencia, es necesario dar muerte al pecado,  y al egoismo todos los días y permitir que Él sea, de hecho, el Centro de todo.

Esto implica poner orden en la vida e ir saliendo de toda atadura, adicciones y dependencias, siendo sometidos y dependientes de nuestros apetitos y pasiones que nos hacen ver como bueno lo que no lo es.  Ver como permitido lo que nos degrada y ofende nuestra dignidad humana y Divina, todo lo que nos aparta de Dios.

Llevamos en nuestro interior un Tesoro de Verdad.  Perfumes Celestiales de Armonía y Fraternidad, de Paz y Bienaventuranza, de respeto y dignidad.  Todo esto para ayudarnos a vivir la vida con Templanza y Respeto a Dios y al prójimo, para ayudarle a caminar.

Somos Ángeles de Dios que vivimos en la tierra para derramar Bendición y Amor, alejados de las perturbaciones del maligno que nos quiere hacer zozobrar. 

La dignidad de auténticos Hijos de Dios.  Dios lucha por nuestra Bienaventuranza y Felicidad.

Escojan ustedes quién es Su Señor.

Jesucristo es el mío y el de mi familia.

Cada quien hable de lo que hay en su corazón.

Adelante con su misión frente a los desafíos del mundo

El Papa a las Consagradas. Video del Papa Francisco para el mes de febrero.

El nuevo Video del Papa, que recoge las intenciones de oración que el Papa Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa, está dedicado a la misión de las mujeres religiosas y consagradas. En un mensaje donde las considera vitales para la vida de la Iglesia, el Papa Francisco exhorta a las religiosas a “seguir trabajando y hacer incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes”.

El Papa reconoce que son muchas veces injustamente tratadas (incluso dentro de la Iglesia), mas las anima a seguir con sus obras apostólicas y pide rezar para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos del tiempo actual.

En esta edición, que contó con el apoyo y la colaboración de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG),  que reúne más de 1900 congregaciones religiosas, Francisco reivindica el papel de las mujeres que se dedican a la vida consagrada y su mensaje es contundente: “¿Qué sería la Iglesia sin las religiosas y laicas consagradas? No se puede entender la Iglesia sin ellas.”

Según las estadísticas que publicó la agencia Fides en el 2021, hay más de 630 mil mujeres religiosas en todo el mundo.

Opción preferencial por los pobres y marginados

En sintonía con el mensaje que ha reiterado en innumerables ocasiones a lo largo de su pontificado, Francisco les pide a las mujeres y religiosas consagradas que centren su labor apostólica haciendo “incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes”.

El Video del Papa de este mes, con videos y fotografías, relata su compromiso en el terreno: en medio de los pueblos indígenas, junto a los niños en situación de calle, en los pueblos donde faltan alimentos y medicamentos, entre los migrantes y los desempleados, junto a las víctimas de la trata. Sin olvidar su gran aporte intelectual y civil: las religiosas y consagradas enseñan en las universidades, participan en las cumbres internacionales sobre el medio ambiente e intentan mediar en las crisis políticas.

Las religiosas y consagradas en la vida de la Iglesia

En el Video del Papa, Francisco también reconoce que, algunas veces, las mujeres religiosas son “injustamente tratadas, incluso dentro de la Iglesia”. Por eso las llama a luchar contra ello y a no desanimarse; les pide que sigan mostrando “la belleza del amor y la compasión de Dios como catequistas, teólogas, acompañantes espirituales”, y “a través de las obras apostólicas que realizan.” 

Sor Jolanta Kafka, Presidenta de la UISG, comentó a propósito del Video del Papa:

«Nos sentimos, como religiosas, muy animadas y llamadas por el Papa Francisco, tanto en nuestra vida comunitaria como en los retos que hoy tenemos en la misión. Unimos a la invitación a rezar por las religiosas y consagradas del mundo con la oración por todas las mujeres, los hombres, los niños y especialmente los jóvenes que encontramos cada día en el ministerio. Con ellos compartimos el dinamismo de la vocación a la que estamos llamados, para participar de la alegría del Evangelio y la esperanza en un mundo donde todos somos hermanos. Como UISG sentimos la responsabilidad de responder a las palabras del Papa Francisco para continuar con valentía y alegría en nuestra misión de testimoniar la belleza de la consagración: entregarse totalmente por el Reino a ejemplo de Jesús».

Por su parte, el P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, agregó: “Es incalculable el valor que aportan los cientos de miles de mujeres religiosas y consagradas a la vida y a la misión de la Iglesia a través del mundo. Hice toda mi formación con religiosas y he trabajado con muchas de ellas, así como consagradas, en propuestas pastorales, educativas o sociales para responder a los desafíos del mundo de hoy. Forman parte de mis mejores experiencias en la misión. También hice mi formación con numerosos laicos y laicas, entregados con generosidad en la misión, sin embargo, es muy diferente trabajar con religiosas con las cuales comparto, como Jesuita, un estilo de vida y un sentir común al servicio del Evangelio y la promoción de la justicia del Reino de Dios. Sin contar que muchas religiosas me formaron también en teología, biblia, o contribuyeron a mi formación como acompañante espiritual. Este mes es una buena ocasión, para todos nosotros, conocerlas mejor en su diversidad y descubrir su aporte a la misión de la Iglesia y a los desafíos de nuestro tiempo”.

Acerca de El Video del Papa

El Video del Papa es una iniciativa oficial de alcance global que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración). Desde el año 2016 El Video del Papa lleva más de 167 millones de visualizaciones en todas las redes sociales vaticanas, es traducido a más de 23 lenguas y tiene una cobertura de prensa en 114 países. Los videos están producidos y realizados por el equipo de El Video del Papa de la Red de Oración, coordinado por Andrea Sarubbi, con el apoyo de la agencia La Machi Comunicación para Buenas Causas. El proyecto cuenta también con el apoyo de Vatican Media. Más información en: elvideodelpapa.org.

Acerca de la Red Mundial de Oración del Papa

La Red Mundial de Oración del Papa es una Obra Pontificia, que tiene como misión movilizar a los católicos por la oración y la acción, ante los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia. Estos desafíos se presentan en forma de intenciones de oración confiados por el Papa a toda la Iglesia. Su misión se inscribe en la dinámica del Corazón de Jesús, una misión de compasión por el mundo. Fue fundada en 1844 como Apostolado de la Oración. Está presente en 89 países y la integran más de 22 millones de católicos. Incluye su rama de jóvenes, el MEJ – Movimiento Eucarístico Juvenil. En diciembre 2020 el Papa constituyó esta obra pontificia como fundación vaticana y aprobó sus nuevos estatutos. Su Director Internacional es el P. Frédéric Fornos, SJ. Más información en: oraciondelpapa.va

Acerca de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG)

La Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) fue creada en 1965, inspirada por el Concilio Vaticano II, para promover una colaboración más profunda entre las congregaciones femeninas de Vida Religiosa Apostólica. Actualmente la UISG está compuesta por más de 1900 Superioras Generales en todo el mundo organizadas en 36 constelaciones. Como organismo internacional arraigado en Cristo, y representando a Congregaciones religiosas femeninas en todo el mundo, la UISG busca testimoniar y proclamar la identidad de la vida religiosa apostólica en toda su diversidad. Tejiendo una solidaridad global y abriendo nuevas fronteras, animamos, apoyamos y estimulamos el liderazgo de los religiosos para ser una voz profética y testimonio en la Iglesia y en el mundo. La UISG mantiene relación con diversos Departamentos de la Santa Sede, especialmente con la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CICLSAL). Más información en: uisg.org.

Candelaria: mucho más que tamales

El 2 de febrero la Iglesia católica celebra el misterio de la Presentación de Nuestro Señor en el templo

El 2 de febrero la Iglesia católica celebra la purificación de María  y el misterio de la Presentación de Nuestro Señor en el templo y esta fecha también es llamada Día de la Candelaria.

La Santísima Virgen María  había concebido un Hijo por gracia del Espíritu Santo, a Ella no le correspondía la Ley de Moisés que ordenaba que la mujer después del parto se guardase durante cuarenta días en su casa como purificación y al cumplir estos, se presentara en el Templo para también ofrecer a su hijo primogénito a Dios. Había también otro mandato, dejar en la puerta del Tabernáculo un cordero y una paloma. En el caso de personas pobres no se requería el cordero sino dos palomas o dos tórtolas.

María era la Madre del Hijo de Dios, sin embargo a los ojos del mundo le obligaba el mandato y con toda humildad María se sometió a todos los requisitos de la ceremonia tradicional y como eran pobres hizo la ofrenda de dos tórtolas. Todo esto nos lo cuenta en su  Evangelio Lucas 2, 22-40.

Y ese mismo día se da el encuentro de Simeón y la anciana Ana con el Niño Jesús y sus padres a la puerta del templo. Simeón varón justo y temeroso de Dios, tomó al Niño en sus brazos y alabó a Dios por la felicidad de poder contemplar al esperado Mesías al igual que Ana, pero dirigiéndose a María le predijo un sufrimiento infinito semejante a una espada clavada en su corazón.

La celebración de esta fiesta se dice que comenzó por un descubrimiento hecho en Arezzo, Italia en 1887, de unos escritos hechos por la Abadesa española Etheria, que al volver de Tierra Santa escribió experiencias y tradiciones.

Candelaria o candela significa vela y era una procesión con antorchas practicada en Jerusalén desde el año 440 más o menos. En muchos lugares y países es día de fiesta. En Bolivia Nuestra Señora de la Candelaria, en Brasil, en Cartagena de Indias, Colombia Nuestra Señora de la Popa de la Galera sobre la cima de un cerro en forma de popa de una galera es venerada esta imagen sobre todo por los marinos que le tienen gran devoción y en México Nuestra Señora de San Juan de los Lagos.

En este día hay muchas reuniones para saborear “tamales” como clásica tradición en México. Esta bella costumbre que consolida la amistad con el gusto de volver a encontrarse después de la rosca del día de los reyes magos, 6  de enero y su taza de chocolate,  la ofrece aquel o aquella que encontró un muñequito dentro del rico trozo de rosca. Mucho se disfruta con esto y por eso el deseo de que no se pierda la tradición.

Presentación de Jesús al templo (Fiesta de la Candelaria)

2 de febrero. José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén, también se conoce como Fiesta de la Candelaria

Por: Teresa Vallés | Fuente: Catholic.net

Origen de la fiesta:

Esta costumbre tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Dios al templo.

En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los cuarenta días que hubiese dado a luz. Si el hijo nacido era varón, debía ser circuncidado a los ocho días y la madre debería permanecer en su casa durante treinta y tres días más, purificándose a través del recogimiento y la oración.

Ya que se cumpliera la fecha, acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola. Con respecto al niño, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios. Lo mismo pasaba con los animales primogénitos.

José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén. Como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que Él sería la luz que iluminaría a los gentiles. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar.

Explicación de la fiesta:

El día 2 de febrero de cada año, se recuerda esta presentación del Niño Jesús al templo, llevando a alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia. También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura) a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De aquí viene el nombre de la “Fiesta de las candelas” o el “Día de la Candelaria”.

En México, se acostumbra que aquellos a quienes les tocó el muñeco de la rosca de reyes, son los que deberán presentarlo en el templo el día de la Candelas. Para esto, hay que vestirlo y engalanarlo. También, comprarle un trono para sentarlo. En esta celebración se bendicen la imagen del Niño Dios y las candelas, que representan la luz de Cristo en los hogares. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante el año.

Esta fiesta termina con una merienda familiar y de amigos, en la cual se sirven tamales y atole de sabores y chocolate caliente.

Es una fiesta que podemos aprovechar para reflexionar acerca de la obediencia de María y para agradecer a Jesús que haya venido a iluminar nuestros corazones en el camino a nuestra salvación eterna.

La Virgen de la Candelaria:

Es una de las muchas advocaciones (nombres) de la Virgen María. Tuvo su origen en Tenerife, una de las islas Canarias.
Según la tradición, la Virgen se le apareció en 1392 a dos indios guanches que pastoreaban su rebaño, quienes, al llegar a la boca de un barranco, notaron que el ganado no avanzaba, como si algo impidiera seguir adelante. Para ver qué era lo que pasaba, uno de los pastores avanzó y vio en lo alto de una peña una imagen de madera como de un metro de alto de una mujer. Traía una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho. El niño llevaba en sus manos un pajarito de oro.

Los indios, como tenían prohibido hablar con mujeres que estuvieran solas, le hicieron señas para que se apartara del camino. Como no les hacía caso, uno de los indios tomó una piedra para lanzársela, pero el brazo se le paralizó. Su compañero tomó la imagen e intentó romperla, pero en el intento, se cortó sus propios dedos.

Los indios corrieron a avisar al rey, quien de inmediato fue con todos sus guardias al lugar del acontecimiento. Tomaron la figura y la llevaron a la casa del rey. Los encargados de llevársela fueron los pastores que la encontraron, quienes al instante de tomarla en sus manos, quedan curados del brazo uno y de los dedos, el otro. Ante este milagro, el rey ordenó que todo el pueblo honrara a aquella figura de mujer, a quien le llamaron “La Extranjera”.

Cuando la gente se acercaba a Ella, se oían armonías celestiales, se percibían aromas exquisitos y la imagen despedía una luz resplandeciente. Infundía en las personas temor y respeto, pero ellos no sabían a quién representaba.

Años después, los españoles conquistaron la isla de Lanzarote y soñaban con conquistar la isla de Tenerife.

En uno de sus intentos de conquista, apresaron a un niño guanche y lo llevaron a Lanzarote. Ahí lo bautizaron con el nombre de Antón, lo catequizaron y un tiempo después, lo llevaron de regreso a su isla natal de Tenerife.

Antón fue a la casa del rey a contarle todo lo que le había sucedido y el rey le dio permiso de ver a La Extranjera.

Cuando Antón la vio, se puso de rodillas y les dijo a todos que hicieran lo mismo. Les explicó que aquella Señora, era la representación de la Virgen María cuando llevaba a Jesús a presentar al templo. Le explicó que la Virgen María era la Madre del Dios y de todos los hombres y que era una gran suerte tener ese gran tesoro.

Antón le pidió al Rey permiso para buscar un lugar en el que todos la pudieran venerar. El Rey accedió y llevaron la imagen a la cueva de Achbinico, un templo subterráneo, que parecía una Iglesia natural. Antón cuidó por un tiempo de la Basílica. Alrededor de 1530, encargaron el Santuario a los padres dominicos que se les conocía como “Los frailes de la Virgen”.

En noviembre de 1826, una tormenta terrible azotó a la isla de Tenerife, llegando al Santuario de la Virgen y las aguas se llevaron la Imagen. Se hizo todo por tratar de recuperarla, pero no fue posible encontrarla. Los padres dominicos acordaron mandar a hacer una imagen nueva. Así lo hicieron y en la festividad del día 2 de Febrero de 1830, bendijeron la nueva imagen de Nuestra Señora de la Candelaria.

Desde el año 1599 se nombró a la Virgen de la Candelaria patrona de todo el archipiélago canario. Su devoción se ha extendido por la península y por toda Hispanoamérica, principalmente por Venezuela.

Sus milagros y favores son constantes. Cada año acuden a visitarla miles de personas de todas clases sociales para darle gracias y pedirle beneficios.

Le cantan:
Muchas flores la fortuna
Regaló a las Canarias;
Pero como Tú ninguna.
Virgen de la Candelaria.

Virgen de Candelaria,
la más bonita, la más morena,
la que extiende su manto
desde la cumbre hasta la arena

En México, en Tlacotalpan, en el Estado de Veracruz, tienen como patrona a la Virgen de la Candelaria. Su traje es muy significativo: bajo el manto de azul profundo, lleva un vestido blanco resplandeciente, bordado con motivos vegetales y volutas (flores y espigas de trigo grandes). La Virgen se encuentra en la Iglesia y el día 2 de Febrero se acostumbra sacarla de la Iglesia, cantarle las Mañanitas por la mañana y por la tarde, llevarla en procesión por el río Papaloapan.

Tlacotalpan es un lugar que se encuentra al margen izquierdo del río Papaloapan, que quiere decir «río de mariposas».

Consulta también Presentación de Jesús de Jesús Martí Ballester

Jornada Mundial de la Vida Consagrada, 2 de febrero

La Jornada de la Vida consagrada se celebrará en la fiesta en que se hace memoria de la presentación que María y José hicieron de Jesús en el templo «para ofrecerlo al Señor» (Lc 2, 22).

La celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que tiene lugar por primera vez el 2 de febrero de 1997 tiene como objetivo ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor

La misión de la vida consagrada en el presente y en el futuro de la Iglesia, en el tercer milenio, no se refiere sólo a quienes han recibido este especial carisma, sino a toda la comunidad cristiana. En la exhortación apostólica post-sinodal Vita consecrata, publicada en 1996 por Juan Pablo II, escribía: «En realidad, la vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión, ya que «indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana» y la aspiración de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo» (n. 3). A las personas consagradas, pues, quisiera repetir la invitación a mirar el futuro con esperanza, contando con la fidelidad de Dios y el poder de su gracia, capaz de obrar siempre nuevas maravillas: «¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotros grandes cosas» (ib., 110).

Los motivos de la Jornada de la Vida Consagrada

La finalidad de dicha jornada es por tanto triple: en primer lugar, responde a la íntima necesidad de alabar más solemnemente al Señor y darle gracias por el gran don de la vida consagrada que enriquece y alegra a la comunidad cristiana con la multiplicidad de sus carismas y con los edificantes frutos de tantas vidas consagradas totalmente a la causa del Reino. Nunca debemos olvidar que la vida consagrada, antes de ser empeño del hombre, es don que viene de lo Alto, iniciativa del Padre, «que atrae a sí una criatura suya con un amor especial para una misión especial» (ib., 17). Esta mirada de predilección llega profundamente al corazón de la persona llamada, que se siente impulsada por el Espíritu Santo a seguir tras las huellas de Cristo, en una forma de particular seguimiento, mediante la asunción de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Estupendo don.

«¿Qué sería del mundo si no existieran los religiosos?», se preguntaba justamente santa Teresa (Libro de la vida, c. 32,11). He aquí una pregunta que nos lleva a dar incesantes gracias al Señor, que con este singular don del Espíritu continúa animando y sosteniendo a la Iglesia en su comprometido camino en el mundo.

En segundo lugar, esta Jornada tiene como finalidad promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de la vida consagrada.

Como ha subrayado el Concilio (cfr. Lumen gentium, 44) y yo mismo he tenido ocasión de repetir en la citada exhortación apostólica, la vida consagrada «imita más de cerca y hace presente continuamente en la Iglesia la forma de vida que

Jesús, supremo consagrado y misionero del Padre para su Reino, abrazó y propuso a los discípulos que le seguían» (n. 22). Esta es, por tanto, especial y viva memoria de su ser de Hijo que hace del Padre su único Amor -he aquí su virginidad-, que encuentra en Él su exclusiva riqueza -he aquí su pobreza- y tiene en la voluntad del Padre el «alimento» del cual se nutre (cfr Jn 4,34) -he aquí su obediencia.

Esta forma de vida abrazada por Cristo y actuada particularmente por las personas consagradas, es de gran importancia para la Iglesia, llamada en cada uno de sus miembros a vivir la misma tensión hacia el Todo de Dios, siguiendo a Cristo con la luz y con la fuerza del Espíritu Santo.

La vida de especial consagración, en sus múltiples expresiones, está así al servicio de la consagración bautismal de todos los fieles. Al contemplar el don de la vida consagrada, la Iglesia contempla su íntima vocación de pertenecer sólo a su Señor, deseosa de ser a sus ojos «sin mancha ni arruga ni cosa parecida, sino santa e inmaculada» (Ef 5,27).

Se comprende así, pues, la oportunidad de una adecuada Jornada que ayude a que la doctrina sobre la vida consagrada sea más amplia y profundamente meditada y asimilada por todos los miembros del pueblo de Dios.

El tercer motivo se refiere directamente a las personas consagradas, invitadas a celebrar juntas y solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en ellas, para descubrir con más límpida mirada de fe los rayos de la divina belleza derramados por el Espíritu en su género de vida y para hacer más viva la conciencia de su insustituible misión en la Iglesia y en el mundo.

En un mundo con frecuencia agitado y distraído, la celebración de esta Jornada anual ayudará también a las personas consagradas, comprometidas a veces en trabajos sofocantes, a volver a las fuentes de su vocación, a hacer un balance de su vida y a renovar el compromiso de su consagración. Podrán así testimoniar con alegría a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo, en las diversas situaciones, que el Señor es el Amor capaz de colmar el corazón de la persona humana.

Existe realmente una gran necesidad de que la vida consagrada se muestre cada vez más «llena de alegría y de Espíritu Santo», se lance con brío por los caminos de la misión, se acredite por la fuerza del testimonio vivido, ya que «el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos» (Evangelii nuntiandi, n. 41).

El turismo, ocasión para acercarse a Dios

Mensaje para la Jornada Mundial del Turismo

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 1 de julio de 2010 (ZENIT.org).-

* * * * *
Con el tema “Turismo y diversidad biológica”, propuesto por la competente Organización Mundial, la Jornada Mundial del Turismo quiere ofrecer su contribución a este 2010, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas «Año Internacional de la Diversidad Biológica».

Tal proclamación nace de la profunda preocupación «por las repercusiones sociales, económicas, ambientales y culturales de la pérdida de la diversidad biológica, incluidas las consecuencias adversas que entraña para la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio, y destacando la necesidad de adoptar medidas concretas para invertir esa pérdida».1

La biodiversidad, o diversidad biológica, hace referencia a la gran riqueza de seres que viven en la Tierra, así como al delicado equilibrio de interdependencia e interacción que existe entre ellos y con el medio físico que los acoge y condiciona. Esta biodiversidad se traduce en los diferentes ecosistemas, de los que son un buen ejemplo los bosques, los humedales, la sabana, las selvas, el desierto, los arrecifes de corales, las montañas, los mares, o las zonas polares.

Ante ellos se ciernen tres graves peligros, que requieren una solución urgente: el cambio climático, la desertificación y la pérdida de la biodiversidad. Esta última se está desarrollando en los últimos años a un ritmo sin precedentes. Estudios recientes indican que, a nivel mundial, están amenazados o en peligro de extinción el 22% de los mamíferos, el 31% de los anfibios, el 13.6% de las aves o el 27% de los arrecifes.2

Hay numerosos sectores de la actividad humana que contribuyen en gran manera a estos cambios, y uno de ellos es, sin duda alguna, el turismo, el cual se sitúa entre los que han experimentado un mayor y rápido crecimiento. Al respecto, podemos recordar las cifras que nos ofrece la Organización Mundial del Turismo (OMT). Si las llegadas internacionales de turistas fueron de 534 millones en el año 1995, y de 682 millones en el 2000, las previsiones que aparecían en su informe Tourism 2020 Vision son de 1006 millones para el año 2010, y que llegarían a 1561 millones en el año 2020, con un crecimiento medio anual de 4.1%.3 Y a estas cifras de turismo internacional habría que añadir aquellas aun más importantes del turismo interno.

Todo ello nos muestra el fuerte crecimiento de este sector económico, lo que comporta unos importantes efectos en la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, con el consiguiente peligro de que se transforme en un serio impacto medioambiental, especialmente por el consumo desmesurado de recursos limitados (como el agua potable y el territorio) y por la gran generación de contaminación y residuos, superando las cantidades que serían asumibles por una determinada zona.

La situación se ve agravada por el hecho de que la demanda turística se dirige cada vez más hacia los destinos de naturaleza, atraída por sus innumerables bellezas, lo que supone un impacto importante en las poblaciones visitadas, en su economía, en el medio ambiente y en su patrimonio cultural. Este hecho bien puede ser un elemento perjudicial o, por el contrario, contribuir significativamente y en modo positivo a la conservación del patrimonio. El turismo vive así una paradoja. Si por una parte surge y crece gracias al atractivo de unos parajes naturales y culturales, por otra parte éstos pueden llegar a ser deteriorados e incluso destruidos por el mismo turismo, por lo que acaban siendo rechazados como destinos al no gozar ya del atractivo que estaba en el origen.

Por todo ello, debemos afirmar que el turismo no puede eximirse de su responsabilidad en la defensa de la biodiversidad, sino que, por el contrario, debe asumir un rol activo en la misma. El desarrollo de este sector económico ha de ir acompañado ineludiblemente de los principios de sostenibilidad y respeto a la diversidad biológica.

De todo esto se ha preocupado seriamente la comunidad internacional, y sobre el tema se han realizado reiterados pronunciamientos.4 Y la Iglesia quiere sumar su voz, desde el espacio que le es propio, partiendo de la convicción que ella misma «tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe hacer valer en público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender la tierra, el agua y el aire como dones de la creación que pertenecen a todos. Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo».5 Sin entrar en la cuestión de soluciones técnicas concretas, que escaparían a su propia competencia, la Iglesia se preocupa de llamar la atención sobre la relación entre el Creador, el ser humano y la creación.6 El Magisterio reitera insistentemente la responsabilidad del ser humano en la preservación de un ambiente íntegro y sano para todos, desde el convencimiento que «la tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata del deber, común y universal, de respetar un bien colectivo».7

Tal como señala el Papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate, «el creyente reconoce en la naturaleza el maravilloso resultado de la intervención creadora de Dios, que el hombre puede utilizar responsablemente para satisfacer sus legítimas necesidades -materiales e inmateriales- respetando el equilibrio inherente a la creación misma»,8 y cuyo uso representa para nosotros «una responsabilidad para con los pobres, las generaciones futuras y toda la humanidad».9 Por ello, el turismo debe ser respetuoso con el medio ambiente, buscando alcanzar una perfecta armonía con la Creación, de modo que, garantizando la sostenibilidad de los recursos de los que depende, no origine trasformaciones ecológicas irreversibles.

El contacto con la naturaleza es importante y por tanto el turismo se debe esforzar por respetar y valorar la belleza de la creación, desde el convencimiento de que «muchos encuentran tranquilidad y paz, se sienten renovados y fortalecidos, al estar en contacto con la belleza y la armonía de la naturaleza. Así, pues, hay una cierta forma de reciprocidad: al cuidar la creación, vemos que Dios, a través de ella, cuida de nosotros».10

Hay un elemento que hace todavía más exigente si cabe este esfuerzo. En su búsqueda de Dios, el ser humano descubre algunas vías para acercarse al Misterio, que tiene como punto de partida la creación.11 La naturaleza y la diversidad biológica nos hablan del Dios Creador, el cual se hace presente en su creación, «pues por la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor» (Sb 13, 5), «pues fue el Autor mismo de la belleza quien las creó» (Sb 13, 3). Es por ello que el mundo, en su diversidad, «se presenta a la mirada del hombre como huella de Dios, lugar donde se revela su potencia creadora, providente y redentora».12 Por este motivo, el turismo, acercándonos a la creación en toda su variedad y riqueza, puede ser ocasión para promover o acrecentar la experiencia religiosa.

Todo esto hace urgente y necesario buscar un equilibrio entre turismo y diversidad biológica, en el que ambos se apoyen mutuamente, de modo que desarrollo económico y protección del ambiente no aparezcan como elementos contrapuestos e incompatibles, sino que se tienda a conciliar las exigencias de ambos.13

Los esfuerzos por proteger y promover la diversidad biológica en su relación con el turismo pasan, en primer lugar, por desarrollar estrategias participativas y compartidas, en las que se comprometan los diversos sectores implicados. La mayoría de los gobiernos, instituciones internacionales, asociaciones profesionales del sector turístico y organizaciones no gubernamentales defienden, con una visión a largo plazo, la necesidad de un turismo sostenible como única forma posible para que su desarrollo sea al tiempo económicamente rentable, proteja los recursos naturales y culturales, y sirva de ayuda real en la lucha contra la pobreza.

Las autoridades públicas deben ofrecer una legislación clara, que proteja y potencie la biodiversidad, reforzando los beneficios y reduciendo los costes del turismo, al tiempo que debe velar por el cumplimiento de las normas.14 A esto debe acompañar ciertamente una importante inversión en planificación y en educación. Los esfuerzos gubernamentales deberán ser mayores en aquellos lugares más vulnerables y donde la degradación haya sido mayor. Quizá en algunos de ellos, el turismo debería ser restringido o, incluso, evitado.

Por su parte, se le pide al sector empresarial del turismo «que conciba, desarrolle y lleve a cabo sus actividades reduciendo al mínimo su impacto negativo, e incluso contribuyendo de manera efectiva a la conservación de ecosistemas sensibles y del medio ambiente en general, beneficiando directamente a las comunidades locales e indígenas».15 Para ello, sería conveniente realizar estudios previos de la sostenibilidad de cada producto turístico, evidenciando los aportes positivos reales como los riesgos potenciales, desde la convicción de que el sector no puede buscar el objetivo del máximo beneficio a cualquier coste.16

Finalmente, los turistas deben ser conscientes de que su presencia en un lugar no siempre es positiva. Con este fin, han de ser informados sobre los beneficios reales que comporta la conservación de la biodiversidad, y ser educados en modos de turismo sostenible. Así mismo, deberían reclamar a las empresas turísticas propuestas que contribuyan realmente al desarrollo del lugar. En ningún caso, ni el territorio ni el patrimonio histórico-cultural de los destinos deben salir perjudicados en favor del turista, adaptándose a sus gustos o deseos. Un esfuerzo importante, que de modo especial debe realizar la pastoral del turismo, es la educación en la contemplación, que facilite a los turistas descubrir la huella de Dios en la gran riqueza de la biodiversidad.

Así, de la mano de un turismo que se desarrolle en armonía con la creación, se facilitará que en el corazón del turista se repita la alabanza del salmista: «Señor, dueño nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra» (Sal 8, 2).
Ciudad del Vaticano, 24 de junio de 2010
+ Antonio Maria Vegliò
Presidente
+ Agostino Marchetto
Arzobispo Secretario
______________________
1 Organización de las Naciones Unidas, Resolución A/RES/61/203 aprobada por la Asamblea General, 20 diciembre 2006.
2 Cfr. J.-C. Vié, C. Hilton-Taylor and S. N. Stuart (eds.), Wildlife in a Changing World. An analysis of the 2008 IUCN Red List of Threatened Species, International Union for Conservation of Nature and Natural Resources, Gland, Switzerland, 2009, p. 18: http://data.iucn.org/dbtw-wpd/edocs/RL-2009-001.pdf
3 Cfr. http://www.unwto.org/facts/eng/vision.htm
4 Un primer documento a reseñar es la Carta del Turismo Sostenible, aprobada en la «Conferencia Mundial de Turismo Sostenible», celebrada en la isla española de Lanzarote del 27 al 28 de abril de 1995. De forma conjunta, la Organización Mundial del Turismo (OMT), el World Travel & Tourism Council (WTTC) y el Consejo de la Tierra elaboraron en 1996 el informe Agenda 21 para la Industria de Viajes y Turismo: Hacia un desarrollo sostenible ambientalmente, que traduce en un programa de acción para el turismo la Agenda 21 de las Naciones Unidas para la promoción del desarrollo sostenible (y que fue adoptada en la Cumbre de la Tierra que se celebró en Río de Janeiro en 1992). Otro referente significativo es la Declaración de Berlín, documento conclusivo de la «Conferencia internacional de Ministros de Medio Ambiente sobre biodiversidad y turismo», que tuvo lugar en la capital alemana del 6 al 8 de marzo de 1997. Quizá sea este documento la contribución más importante, debido a su elaboración, influencia, difusión y a sus signatarios. Unos meses después se firmó la Declaración de Manila sobre el impacto social del turismo, donde se destacó la importancia de una serie de principios a favor de la sostenibilidad turística. Como fruto de la «Cumbre Mundial del Ecoturismo», organizada en mayo de 2002 por la OMT, con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se publicó la Declaración de Québec sobre el ecoturismo. En el marco del «Convenio sobre Diversidad Biológica» se editaron en el año 2004 las Directrices sobre Diversidad Biológica y Desarrollo del Turismo. A todos estos documentos de índole internacional hay que unir las numerosas guías y compendios de buenas prácticas que en relación a este tema ha publicado la OMT, y entre la que se puede destacar la titulada Por un turismo más sostenible: Guía para responsables políticos, editada en 2005 en colaboración con el PNUMA.
5 Benedicto XVI, Carta encíclica Caritas in veritate, n. 51: AAS 101 (2009), p. 687.
6 Cfr. Benedicto XVI, Mensaje para la celebración de la XLIII Jornada Mundial de la Paz 2010, 8 diciembre 2009, n. 4: L’Osservatore Romano, n. 290 (45.333), 16 diciembre 2009, p. 6.
7 Pontificio Consejo «Justicia y Paz», Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2004, n. 466. Cfr. Juan Pablo II, Carta encíclica Centesimus annus, n. 40: AAS 83 (1991) p. 843.
8 Benedicto XVI, Carta encíclica Caritas in veritate, n. 48: l.c., p. 684.
9 Ibidem.
10 Benedicto XVI, Mensaje para la celebración de la XLIII Jornada Mundial de la Paz 2010, n. 13: l.c., p. 5.
11 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1997, n. 31.
12 Pontificio Consejo «Justicia y Paz», Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 487.
13 Cfr. Ibidem, n. 470.
14 Cfr. Benedicto XVI, Carta encíclica Caritas in veritate, n. 50: l.c., p. 686.
15 Cumbre Mundial del Ecoturismo, Informe Final. Declaración de Québec sobre el ecoturismo, 22 mayo 2002, Organización Mundial del Turismo y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Madrid 2002, recomendación 21.
16 Cfr. Organización Mundial del Turismo, Código Ético Mundial para el Turismo, 1 octubre 1999, art. 3 §4: http://www.unwto.org/ethics/full_text/en/full_text.php?subop=2

El Papa reacciona ante un hombre que gritaba durante su catequesis

Audiencia general. El Papa Francisco dedica la predicación a la figura de San José y habló de la comunión de los santos

Un hombre gritaba durante la catequesis del Papa Francisco de este miércoles 2 de febrero de 2022, interrumpiendo la tranquilidad de la cita semanal en el Vaticano. 

De frente a los fieles y a los peregrinos del mundo congregados en el aula Pablo VI, Francisco aprovechó la ocasión para pedirles que abrieran el corazón y los oídos para escuchar el grito del “hermano” que sufre.  

Así,  ha dejado de un lado su discurso escrito y ha pedido a los presentes no ser “sordos” ante la necesidad del hermano necesitado y rezar un “Ave María” por este “hermano» que “pobrecito, si gritaba es porque sufre”, pues, dijo, probablemente vive agobiado por un “problema – espiritual, físico, psíquico- recemos por él a la Virgen María».

El hombre usaba una mascarilla quirúrgica que luego se quitó, mientras vociferaba cosas incomprensibles en inglés, contó Eva Fernández, corresponsal de Cope en el Vaticano. Luego, ha sido “acompañado” – sin usar la fuerza- por un gendarme y una guardia suiza fuera del Aula. 

“Precisamente por esto me gusta concluir esta catequesis con una oración a San José al cual estoy particularmente unido y que recito cada día desde hace muchos años”, dijo el Papa al final de la audiencia dedicada al padre putativo de Jesús y la comunión de los santos. 

“Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén” 

La comunión de los santos

Por otro lado, el Papa Francisco explicó que la comunión de los santos en algunos casos es mal interpretada por los fieles. 

Los santos – sostuvo – son nuestros amigos y podemos rezarles para que intercedan ante Dios, pues se trata de la “comunidad de los pecadores salvados” en la tierra y en el cielo. 

“Lo que nosotros llamamos devoción es en realidad una forma de expresar el amor a partir precisamente de este vínculo (de amistad) que nos une (a los santos).

Y todos nosotros sabemos que a un amigo podemos dirigirnos siempre, sobre todo cuando estamos en dificultad y necesitamos ayuda”.

Devoción pagana hacia los santos 

El Papa lamentó que a veces “también el cristianismo puede caer en formas de devoción” más “pagana que cristiana”. 

Además, confío que cuando era niño, él mismo creía que significaba que los santos “hacían la comunión”. 

Por ello, insistió que la oración “no se basa en la confianza en un ser humano, o en una imagen o en un objeto, incluso cuando sabemos que son sagrados”. 

“Incluso cuando nos encomendamos plenamente a la intercesión de una santo, o más aún en la Virgen María, nuestra confianza tiene valor solamente en relación con Cristo”, afirmó. 

Asimismo, sostuvo, “no son los santos los que realizan los milagros, sino solamente la gracia de Dios que actúa a través de ellos.”

La amistad con María 

El Papa dijo que todos necesitan amigos como los santos. “Todos necesitamos relaciones significativas que nos ayuden a afrontar la vida. También Jesús tenía a sus amigos, y a ellos se ha dirigido en los momentos más decisivos de su experiencia humana”. 

Por eso, “en la historia de la Iglesia hay constantes que acompañan a la comunidad creyente: sobre todo el gran afecto y el vínculo fortísimo que la Iglesia siempre ha sentido en relación con María, Madre de Dios y Madre nuestra”. 

“Pero también el especial honor y afecto que ha rendido a San José. En el fondo, Dios le confía a él lo más valioso que tiene: su Hijo Jesús y la Virgen María”. 

Francisco indicó que es siempre “gracias a la comunión de los santos que sentimos cerca de nosotros a los santos y a las santas que son nuestros patronos, por el nombre que tenemos, por la Iglesia a la que pertenecemos, por el lugar donde vivimos, etc.”

Y- continuó- esta es la confianza que debe animarnos siempre al dirigirnos a ellos en los momentos decisivos de nuestra vida”.

Lo que tienes que saber sobre la fiesta de la Candelaria

Aunque no se celebra en todas partes, mantiene una rica tradición de la Iglesia

Si cuentas 40 días después de la celebración de la Navidad, llegas al 2 de febrero. Antiguamente, la Iglesia marcaba este día con una fiesta especial, como el día final del “niño Jesús” en el calendario litúrgico, antes de la celebración de la Cuaresma.

La fiesta tiene muchos nombres diferentes en la Iglesia católica romana. Se ha llamado fiesta de la Presentación del Señor, fiesta de la Purificación de la Santísima Virgen María y, como es más conocida, Candelaria. Cada nombre destaca un aspecto diferente de esta fiesta celebrada por la Iglesia.

Purificación de María

Primero, se llama fiesta de la Purificación de la Santísima Virgen María por motivo de una antigua ley mosaica explicada en Levítico:

[Cuando una mujer quede embarazada y dé a luz, será impura] Al concluir el período de su purificación, tanto por el hijo como por la hija, la madre presentará al sacerdote, a la entrada de la Carpa del Encuentro, un cordero de un año para ofrecer un holocausto, y un pichón de paloma o una torcaza, para ofrecerlos como sacrificio por el pecado. El sacerdote lo presentará delante del Señor y practicará el rito de expiación en favor de ella. Así quedará purificada. (Levítico 12,6-7)

María, como judía devota, cumplió la ley e hizo lo que se esperaba de ella. Después de 40 días, se presentó al sacerdote con la ofrenda apropiada para ser declarada “pura”.

Presentación de Jesús en el templo

La celebración litúrgica también se conoce como fiesta de la Presentación del Señor, en referencia de nuevo a la antigua práctica judía de presentar al primogénito ante Dios.

También lo serán los primogénitos, tanto de hombres como de animales, ofrecidos al Señor. Pero harás rescatar los primogénitos de los hombres y los primogénitos de los animales impuros. (Números 18,15)

Así pues, María y José llevaron consigo a Jesús, como narra san Lucas:

“Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño [Jesús] a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: ‘Todo varón primogénito será consagrado al Señor’”.  (Lucas 2,22-23)

San Lucas cuenta que, estando en el templo, la Sagrada Familia se encontró con un anciano llamado Simeón y lo que dijo después constituye la esencia de por qué la fiesta se llama Candelaria.

Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera
en paz, como lo has prometido,
porque mis ojos han visto la salvación
que preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas
y gloria de tu pueblo Israel.
(Lucas 2,29-32)

Simeón declaró que Jesús sería una “luz”, de modo que la Iglesia desarrolló la costumbre de encender y bendecir velas, candelas, en este día.

Históricamente, el sacerdote bendecía todas las velas empleadas durante la misa para todo el año. La congregación también recibía candelas y se repetían las palabras de Simeón en una canción.

El Misal romano actual incluye la siguiente oración que resume este simbolismo.

Oración para bendecir las candelas

Oh Dios, fuente y origen de toda luz, 

que has mostrado hoy a Cristo, luz de las naciones, 

al justo Simeón: 

dígnate santificar con tu bendición estos cirios; 

acepta los deseos de tu pueblo 

que, llevándolos encendidos en las manos, 

se ha reunido para cantar tus alabanzas,

y concédenos caminar por la senda del bien, 

para que podamos llegar a la luz eterna. 

Aunque no es un día santo de precepto, sigue siendo un día hermoso en el calendario de la Iglesia, uno que señala el final del “ciclo navideño” y mira con esperanza a la luz que quebrará las tinieblas en la vigilia pascual, cuando se realiza otro servicio a la luz de las velas en reconocimiento de que “el pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz” (Mateo 4,16).