El Resucitado vive en el mundo de Dios, donde hay un lugar para todos, donde se está formando una nueva tierra y se está construyendo la ciudad celestial, la morada definitiva del hombre. No podemos imaginar esta transfiguración de nuestra corporeidad mortal, pero estamos seguros de que mantendrá nuestros rostros reconocibles y nos permitirá seguir siendo humanos en el cielo de Dios. (Audiencia General, 24 agosto 2022)
León Magno, Santo
Memoria Litúrgica, 10 de noviembre
Papa y Doctor de la Iglesia
Martirologio Romano: Memoria de san León I, papa, doctor de la Iglesia, que, nacido en Etruria, primero fue diácono diligente en la Urbe y después, elevado a la cátedra de Pedro, mereció con todo derecho ser llamado “Magno”, tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios, valientemente afirmada por los legados delConcilio Ecuménico de Calcedonia, hasta que descansó en el Señor en Roma, donde en este día tuvo lugar su sepultura en San Pedro del Vaticano (461).
Etimología: León = Aquel hombre audaz, imperioso y valiente, es de origen latino
Breve Biografía
El Papa León, que nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los textos de historia por el prestigio moral y político que demostró ante la amenaza de los Hunos de Atila (a los que logró detener sobre el puente Mincio) y de los Vándalos de Genserico (cuya ferocidad mitigó en el saqueo de Roma del 455). Elevado al solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado (murió el 10 de noviembre del 461) llevó a cabo la unidad de toda la Iglesia alrededor de la sede petrina, impidiendo usurpaciones de jurisdicción, arrancando de raíz los abusos de poder, frenando las ambiciones del patriarcado constantinopolitano y del vicariato de Arles.
Desafortunadamente, no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles. Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez y hieratismo no le impedían comunicar el calor humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 Sermones y por las 173 cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todo las homilías nos muestran al Papa, uno de los más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces para la práctica de la vida cristiana.
Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y previsor, se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente en la elaboración dogmática del grave problema teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo.
Su famosa Epistola dogmatica ad Flavianum, leída por los delegados romanos que presidían la asamblea, presentó el sentido y también las fórmulas de la definición conciliar, creando así una efectiva unidad y solidaridad con la sede de Roma. León fue el primer Papa que recibió de la posteridad el epíteto de “magno”, grande, no sólo por las cualidades literarias y la firmeza con la que mantuvo en vida al decadente imperio de Occidente, sino por la solidez doctrinal que demuestra en sus cartas, en sus sermones y en las oraciones litúrgicas de la época en donde se ven evidentes su sobriedad y precisión características.
El reino de Dios está aquí
Santo Evangelio según san Lucas 17, 20-25. Jueves XXXII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Dios mío, concédeme la gracia de poder ser dócil a tu palabra, para que germine desde lo más profundo de mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 17,20-25
En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: «¿Cuándo llegará el Reino de Dios?». Jesús les respondió: «El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes».
Les dijo entonces a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un sólo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy el Evangelio nos invita a escuchar la respuesta de Jesús sobre el reino de los cielos, respuesta que ha sido dada por la curiosidad de saber «cuándo iba a llegar el reino de Dios». Ahora es momento de preguntar cuántas veces en mi vida han surgido preguntas que he dirigido a Dios como, por ejemplo: ¿Hasta cuándo…? ¿Por qué…?, entre otras, que, en el fondo, lo que le digo es: «cuándo vendrás a instaurar tu reino?»
Jesús con una mirada paternal me ve a los ojos y dice: Ya estoy en tu corazón, basta que hagas silencio y escuches cuando te hablo desde lo más íntimo de tu corazón. Jesús mismo muestra que el camino para reconocerle, no es fácil, pero que está al alcance de quien quiere encontrarse con Él y su reino.
«Dios es cercano, su Reino está cerca: el Señor no desea que lo teman como a un soberano poderoso y distante, no quiere quedarse en un trono en el cielo o en los libros de historia, sino que quiere sumirse en nuestros avatares de cada día para caminar con nosotros. Pensando en el don de un milenio abundante de fe, es bello sobre todo agradecer a Dios, que ha caminado con vuestro pueblo, llevándolo de la mano, como un papá con su niño, y acompañándolo en tantas situaciones. Es lo que siempre estamos llamados a hacer, también como Iglesia: escuchar, comprometernos y hacernos cercanos, compartiendo las alegrías y las fatigas de la gente, de manera que se transmita el Evangelio de la manera más coherente y que produce mayor fruto: por irradiación positiva, a través de la transparencia de vida». (Homilía de S.S. Francisco, 28 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré que el día sea agradable para las personas con quienes me encuentre, llevándoles palabras de aliento.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Falsos mesías, falsos profetas
Se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error
Etimológicamente, la palabra «mesías» procede del término hebreo mashiah, que deriva a su vez de la raíz mâshah, que significa «ungir». El mesías es aquel que ha sido ungido. Por eso con frecuencia se le llama «el Ungido de Yahvé».
Dicho de otro modo, ese ser excepcional en el sentido estricto de la palabra, es radicalmente diferente al profeta. El Divino actúa no sólo en lo que dice, sino en su ser. Como dice Henri Desroche: «a diferencia del profeta, que sólo reivindica una misión recibida de Dios, la mesianidad implica un vínculo de identificación mayor con Dios (…). Si el profeta está unido a Dios por un vínculo electivo, el mesías está unido a Dios por un vínculo nativo».
Puesto que el mesías es el Ungido de Dios, ¿cómo abordaremos el mesianismo? La Encyclopedia of Social Sciences define el artículo «mesianismo» como «esencialmente la creencia religiosa en la venida de un Redentor que podrá fin al orden actual de las cosas de forma universal o bien para un grupo aislado, e instaurará un orden nuevo hecho de justicia y felicidad». Se habrá comprendido que el mesianismo promete la venida de un enviado de Dios llamado a restablecer la justicia en la tierra y a establecer una edad de oro edénica.
Resulta mucho más difícil proclamarse mesías que declarase profeta o jefe de secta. Al contrario de lo que sucede con el simple líder carismático, el mesías debe demostrar constantemente su impregnación divina. Por eso proliferan en la actualidad los milagros y abunda el teatro. El falso mesías necesita decorado, puesta en escena. Reivindica un estatuto evidentemente privilegiado: el del hombre divinizado.
Los católicos creemos, sostenemos y afirmamos que Jesucristo es el Hijo de Dios. «Cristo» procede del término griego christos, que significa «ungido». Jesús es, pues, el Ungido de Dios. Es además el Hijo de María Santísima y San José y es descendiente directo del rey David. Pero es mucho más que eso, la Trinidad implica que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un mismo y único Dios. Cristo es Dios hecho hombre, Dios verdadero, al tiempo que Hombre verdadero.
Los católicos no esperamos a Jesús físicamente en persona antes del Juicio Final, y no debemos confiar en quien se dice su emisario, o dice ser Él mismo, o quien lo ha enviado, trayendo un mensaje diferente y/o contradictorio al revelado durante Su vida en la tierra.
Muy diferentes son las Apariciones y los Mensajes que el Señor y la Virgen han ido dando y dan todavía a la humanidad como advertencias, guías y ayudas, y que en nada contradicen la Revelación original que es la base de nuestra Fe.
Desde esta perspectiva, y con la base de nuestra firme convicción en esas Verdades, nos dedicaremos a comentar aquí las características principales de aquellas personas que por distintos motivos han querido ser conocidas como los mesías que traerían la era dorada de la que hablamos en un principio.
¿Quieres dar de comer al hambriento?
Ayuda al comedor de la Capilla San Lucas en la CDMX
CDMX, 21 de Junio 2017- El día de ayer el Diácono Permanente Francisco Del Toro Núñez, concedió a Catholic.net una entrevista donde nos cuenta cómo es la administración del comedor que está a su cargo en la Capilla de San Lucas, ubicada en la Plaza de Pino Suárez, en el centro de la Ciudad de México.
El Diácono Francisco, nos contó que la capilla tiene dos actividades: el comedor, donde a diario se preparan alimentos para las personas en situación de calle y la entrega de despensas mensual, a personas en pobreza extrema. Esta actividad pertenece a la Pastoral de la caridad; todos los Jueves, las personas que reciben despensa asisten a la capilla, como parte de un seguimiento pastoral, y el primer Jueves de cada mes a las 10 de la mañana reciben su despensa.
El Diácono, comentó a Catholic.net, que la forma en la que se arman despensas, es a través de la caridad: se les pide a los niños que asisten al catecismo en esa capilla diversos productos como: arroz, frijol, papel higiénico, azúcar, aceite, sal, sopas, latas de atún, sardina y verduras.
Además – como “una excepción muy bonita” – el Diácono Del Toro, nos platicó que recibe ayuda en especie de Padres Oratorianos de San Felipe de Jesús, que están en la Parroquia La Profesa, así como de los Padres de San Agustín, que se encuentran en la Parroquia de San Bernardo, sin olvidar mencionar la ayuda que recibe de los Padres Ortodoxos; Estos padres donan a la Capilla siempre que pueden y lo hacen por amor.
En cuanto al comedor, el Diácono Francisco platicaba que a diario se atienden a un grupo de entre 100 y 150 personas que viven en situación de calle o son migrantes, resaltando que el trato que se les da es de completo respeto, por que se reconoce su dignidad.
Las personas reciben los alimentos en el comedor a las 6:30 pm, puesto que después de hacer un Análisis de la Realidad, se dieron cuenta que durante el día las personas pueden conseguir comida, sin embargo en la noche es más difícil, por tanto este servicio es su cena.
Las labores en el comedor empiezan aproximadamente entre 8:00 am y 9:00 am, a diario compran la despensa en la Merced, que queda muy cerca de donde el comedor está ubicado, para preparar el menú del día “siempre con un muy buen sazón”, las personas que ayudan a esta labor son 4 y pertenecen a la Pastoral de la Caridad. Estas personas tomaron un curso de Caritas para servir en el comedor.
Lo que no puede faltar en la despensa para el comedor diario, es: jitomate, cebolla, ajo, cilantro, epazote, huevo, longaniza, salchicha, latas de atún o sardina, aceite, nopales, frijoles, lentejas y arroz.
Para comprar todo, el Diácono se apoya de la limosna que se reciben en la capilla y de la gente que quiera donar algunos productos.
Actualmente el primer Decanato de la Vicaria a la que pertenece la Capilla de San Lucas, dan al comedor una ayuda monetaria de $3,000 pesos mensuales, dinero que se ocupa para cubrir los gastos de gas, tortillas, platos y cucharas, según comentó el Diácono Francisco a Catholic.net.
Sin embargo, el comedor no es la única labor que se hace con los migrantes y las personas en situación de calle, todos ellos tienen un seguimiento evangelizador y catequético. Los lunes tienen una misa especial y los Jueves tienen una hora Eucarística.
Este acompañamiento ha dado fruto en la comunidad del Comedor, hay testimonio de gente que ha encontrado trabajo o se ha auto empleado, van con el Diácono y le cuentan su experiencia.
Cuando le preguntamos al Diácono Francisco, en que forma los laicos podemos contribuir en esta tan misericordiosa labor, el nos comentaba que se necesitan “Voluntarios con amor” para ayudar a atender el comedor. Y nos platicaba que al hablar de donaciones en especie “sería como sacarse la lotería” tener donaciones de: aceite, frijol, arroz, azúcar, sal, lentejas, Abas, atunes y sardinas, chiles curados, platos grandes y cucharas soperas.
La Capilla de San Lucas Evangelista, se encuentra ubicada Fray Servando No. 14, Plaza San Lucas o Plaza Pino Suarez, Col. Centro. Y el telefono es el 5522-7718.
San León Magno, el Papa que convenció hasta a Atila
Un pastor para momentos de crisis que defendió la fe ante los que la atacaban
San Léon I el Magno (que significa grande) nació en la actual Toscana italiana. Fue elegido Papa en el año 440 y falleció en el 461.
Vivió una época convulsa y tuvo que luchar heroicamente contra enemigos tanto internos como externos de la Iglesia.
Protegió la doctrina en torno a Cristo
En cuanto al enemigo interno más feroz, san León aplastó la herejía monofisita, que afirmaba que Jesús era Dios pero no Hombre. También la nestoriana, que aseguraba que en Cristo había dos personas.
Convocó el concilio ecuménico de Calcedonia en el año 451 y quedaron condenadas ambas.
Los padres conciliares aprobaron el texto que definía la doctrina cristológica con un rotundo «Pedro ha hablado a través del León».
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Combatió igualmente con vigor el pelagianismo, el maniqueísmo y el priscilianismo. Y es que luchó por la integridad de la fe y la unidad de la Iglesia.
Frente a frente con Atila
Entre los enemigos externos se encontraban las constantes invasiones bárbaras: san León I logró convencer a Atila, rey de los hunos, de que no marchara sobre Roma en el 452.
Sin embargo, los vándalos saquearían la Ciudad Eterna tres años después. El Papa logró que al menos se respetara la vida de los habitantes de Roma y que no la incendiaran.
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Oración
Oh, Dios, que nunca permites que las puertas del infierno prevalezcan contra tu Iglesia,
asentada sobre la firmeza de la roca apostólica:
te pedimos, por intercesión del papa san León Magno,
que permaneciendo firme en tu verdad disfrute una paz continua.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.