Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Una vez, cuando pregunté al Señor cómo podía soportar tantos delitos y toda clase de crímenes sin castigarlos, el Señor me contestó: Para castigar tengo la eternidad y ahora estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita.  Hija Mía, secretaria de Mi misericordia, no sólo te obligo a escribir y proclamar Mi misericordia, sino que impetra para ellos la gracia para que también ellos adoren Mi misericordia.

Reflexión: El tiempo de la Misericordia

Una vez pregunté al Señor, ¿cómo podía soportar tantos delitos y crímenes sin castigarlos?: “Para castigar tengo la eternidad, ahora estoy prolongando el tiempo de la Misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de mi visita”.

El Papa Francisco en julio del 2013 en la Jornada Mundial de la Juventud manifestó: el nuestro es el tiempo de la Misericordia. Sí creo que este es el tiempo de la Misericordia. La Iglesia muestra su rostro materno a la humanidad herida, no espera a que las heridas llamen sus puertas, sino que los va a buscar a las calles, los recoge, los abraza, los cura, hace que se sientan amados. Dije entonces, yo estoy cada vez más convencido de ello, que esto es un kairós, que nuestra época es un kairós de misericordia.

San Juan Pablo II avanzó en este camino a través de la encíclica: “Dives in misericordia” (1980), “Rico en Misericordia”, el más maravilloso atributo de Dios. Además instituyó la Fiesta de la Divina Misericordia y canonizó el 30 de abril del 2002 a Sta. María Faustina Kowalska, el primer domingo después de la Pascua.

¿Por qué este tiempo nuestro y esta humanidad tiene tanta necesidad de misericordia? Porque es una humanidad herida, incrédula que ha perdido su fe, muestra heridas profundas, llena de miedos y temores, sumida en esta pandemia. Es un pueblo, como un rebaño sin pastor y no espera nada después de la muerte, ha perdido el sentido del pecado y se suma la idea de que sus pecados no pueden ser perdonados.

Jesús le dice a Sta. Faustina, prepara al mundo para mi última venida. Le recuerda: Antes de venir como juez justo, vengo como rey de misericordia. Antes que llegue el día de la justicia, les será dado a los hombres, este signo en el cielo, aparecerá la cruz y de los orificios donde fueron clavadas las manos y los pies del Salvador, saldrán grandes luces, que iluminarán la Tierra. Eso sucederá poco antes del último día.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda descubrir este tiempo de misericordia a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

 Amén.

Dr. Víctor Arce.